Barcelona, 05 Mayo de 2019, -(El Confidencial Saharaui).
Las autoridades españolas deportaron en la madrugada del 4 de Mayo a una familia de origen saharaui solicitante de asilo, a pesar de que presentaron los documentos necesarios que acrediten su origen. La policía la deportó por la fuerza.
En declaraciones a la prensa, la familia denunció agresiones, patadas y torturas psicológicas por parte de los efectivos de la policía española, según el diario local Guerguerat. La pareja ya ha sido deportada en un avión que la llevó a Tánger, desde donde partirá hacia el Sáhara Occidental.
A su llegada a Tánger, fueron entregados a la policía marroquí que los llevó a sus dependencia para ser retenidos e interrogados. Según una fuente oficial, la familia había pedido asilo político en tres ocasiones, todos fueron denegados. La pareja llevó retenida en el aeropuerto de Barcelona durante 15 días.
Por Lehbib Abdelhay/ECS
Miembros de la Policía /foto ilustrativa-agencia |
Las autoridades españolas deportaron en la madrugada del 4 de Mayo a una familia de origen saharaui solicitante de asilo, a pesar de que presentaron los documentos necesarios que acrediten su origen. La policía la deportó por la fuerza.
"Nunca antes nos hemos encontrado con un caso en el que una familia saharaui sea deportada mientras se sabe que sus derechos serán violados una vez que pise suelo marroquí".
En declaraciones a la prensa, la familia denunció agresiones, patadas y torturas psicológicas por parte de los efectivos de la policía española, según el diario local Guerguerat. La pareja ya ha sido deportada en un avión que la llevó a Tánger, desde donde partirá hacia el Sáhara Occidental.
A su llegada a Tánger, fueron entregados a la policía marroquí que los llevó a sus dependencia para ser retenidos e interrogados. Según una fuente oficial, la familia había pedido asilo político en tres ocasiones, todos fueron denegados. La pareja llevó retenida en el aeropuerto de Barcelona durante 15 días.
No es la primera vez que España deporta a Marruecos saharauis que pedían asilo político en sus aeropuertos o centro de internamiento. En el mes de febrero la Guardia Civil deportó, desde las islas de Gran Canaria, a un activista saharaui reclamado por Marruecos.