Sáhara Occidental, un capítulo “encapsulado” de la historia de España

Madrid, 01 Octubre de 2019. -(ECSaharaui)

Luis Portillo Pasqual del Riquelme



He aquí la carta que escribí el pasado mes de octubre al historiador español Julián Casanova

Estimado Profesor Casanova:

Me tomo la libertad de ponerle estas líneas con la esperanza de que tengan alguna utilidad.


He escuchado su oportuna e interesante intervención esta noche (jueves, 4 de octubre) en RNE, desde su actual residencia en la Universidad de Princeton, y me he animado a escribirle.

Como hijo de militar, viví algunos años en la "provincia española" que hoy es el Sáhara Occidental ocupado e invadido por Marruecos. Me duele mucho la actuación de España (fundamentalmente, pero no solo, de sus gobiernos) entonces y también ahora. Dejamos a los saharauis en manos de sus peores enemigos. Y hoy se mantiene el silencio; y también en silencio se sigue maniobrando en contra de ese pueblo. Y los representantes de los poderes públicos no alzan la voz ni atienden las reiteradas demandas de la ciudadanía consciente y solidaria con esa causa, una importante causa pendiente de la Transición española a la democracia. Una transición incompleta mientras no asumamos y cumplamos con nuestra enorme responsabilidad en el abandono y entrega de ese pueblo y su territorio a Marruecos.

A finales de 2007 estuve unos días en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf. La experiencia fue traumática. Me pareció una injusticia universal, con todo lo que ello conlleva.

Desde entonces, de forma irregular, y en la medida de mis fuerzas y conocimientos, vengo escribiendo ("disparando" cuasi panfletos) para intentar difundir la causa, romper el silencio y mover a nuestros dirigentes a que retomen seria y valientemente (?) sus obligaciones (en mi opinión) en este asunto. (Le envío, más abajo, algunos vínculos a trabajos publicados; buena parte de mis escritos están publicados en "Tlaxcala " y en "Rebelión").

Pero yo soy solo un aprendiz de escribiente, ni historiador, ni científico, ni intelectual. Si lo prefiere, un "joven" de 73 años que entiende el compromiso personal y no se pierde (a veces, sí) en los vaivenes y desbarates de esta sociedad consumista, oportunista y acomodaticia. Miope y juerguista (las valoraciones positivas se las dejo a otros, que son muchos, demasiados: el atontamiento general, nacional o internacional).

Le escribo porque usted es una persona seria y puede ejercer influencia sobre personas e instituciones para que la causa saharaui, que es un tema de nuestra historia pasada y contemporánea, sea abordada e implantada en la Universidad, se estudie, se investigue, se dé voz a quienes se les ha robado todo y, desde la Universidad (al menos, desde la Universidad) se dé visibilidad a esa cuestión pendiente, se profundice en ella en los Departamentos de Historia Contemporánea (y otros, como Cooperación, Relaciones Internacionales, Derecho Público, Política Exterior, Ciencias de la Información y la Comunicación, Diplomacia,..., etc.). Es decir, poner la cuestión sobre el tapete y forzar a que los responsables políticos dejen de mirar para otro lado.

Sé que usted estará muy atareado con sus temas, como no puede ser de otra manera. Pero como estudioso de la España Moderna y Contemporánea -uno de los mejores y con mayor prestigio-, estoy seguro de que podrá encontrar algunos momentos para trasladar estas preocupaciones y sugerencias a compañeros, profesores, estudiantes y círculos interesados. A fin de cuentas, un solo artículo suyo vale un potosí y puede servir para abonar el terreno.

Yo solo soy un escribiente (aprendiz de) impetuoso y voluntarista, y aquí hacen falta profesionales comprometidos y con altura de miras, gente que no busque solo el dinero y los votos y que sepa que la vida del pueblo saharaui vale tanto o más que la nuestra y nuestros logros y comodidades. Es una enorme deuda pendiente que debemos saldar de una vez por todas (Francia lo viene haciendo, en parte, con Argelia. Claro que Francia es, al mismo tiempo, quizás el peor enemigo del pueblo saharaui: los quiere machacados y desaparecidos del mapa. También Portugal se propuso y logró solucionar la cuestión de Timor Oriental. Nosotros, ni Cuba, ni Filipinas, ni Guinea ni el Sáhara Occidental.

Espero que pueda disponer de algún tiempo para reflexionar sobre lo que aquí le expongo, trasladarlo a sus mejores colegas y poner algo ad hoc en marcha. No sabe usted cómo y cuánto se necesita, cuánto ellos lo necesitan. Y cuánto se lo agradecerán, aunque no tengan voz. No podemos dejarlos tirados en el camino, como hemos venido haciendo y como lo desean las fuerzas más retrógradas, reaccionarias y cavernícolas de Carpetovetonia (y también, de Francia, EE.UU y algunos más).

Una cosa es que haya mucha bibliografía sobre el tema (bastante silenciada), y otra diferente es que se consiga potenciar institucionalmente la globalidad de la causa, buscando por todos los medios solucionar este problema, que arranca con la muerte del famoso General y aún hoy la llevamos arrastrando. Y mucho peor la sufre y padece el tan maltratado pueblo saharaui.

Agradezco su atención y su interés, y estoy a su disposición.

Reciba un cordial saludo,

Luis Portillo Pasqual del Riquelme (Madrid)


Dos observaciones adicionales:

1) Tal vez le interese contactar con el Catedrático de Derecho Constitucional CARLOS RUIZ MIGUEL (Catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Santiago de Compostela), en mi opinión, el mejor experto en España, si es que no en el mundo.

2) Ejemplo de cómo se pretende silenciar esta causa: Leí con avidez y mucho interés las Memorias de JUAN LUIS CEBRIÁN (periodista profesional, cerebro de PRISA, primer director de EL PAÍS, miembro del Club Bidelberg, de la Real Academia de la Lengua, y muchas cosas más: "PRIMERA PÁGINA". En sus páginas y capítulos Iba desgranando año a año, los asuntos más relevantes de cada año. Pues bien, en el capítulo dedicado a 1975, ni siquiera menciona la palabra "Sáhara", ni Marcha Verde, ni el Acuerdo tripartito de Madrid,..., nada de nada, ni la prensa de la época... ¿Cómo puede hacer eso un periodista de su categoría, con lo tremenda, explosiva y duradera que fue aquella situación? Yo presencié la Marcha Verde en Suecia, ¡en la TV sueca! (se vio en todo el mundo). Fue el último Consejo de Ministros presidido por Franco y, precisamente, le dio el pipi leque en ese Consejo cuando le informaron de la situación en el Sáhara... Y todo eso lo oculta, a sabiendas, Juan Luis Cebrián.

Creo que era el Capítulo 5. Me indigné y me propuse escribirle. Pero, prudentemente, esperé a terminar el libro, a ver si, por casualidad, hablaba de ello en algún otro capítulo posterior. Pero no. Tan solo tres capítulos más adelante, hablando de la situación del Ejército ante la reforma prevista del mismo, únicamente en una sola línea decía algo así (no tengo ahora el libro a mano) como que el Ejército estaba molesta por el asunto de la Marcha Verde, o por el abandono del Sáhara. Nada más. Una sola línea. Aún hoy, dos años después de la lectura de esas "Memorias" (en las que él se pone como el mejor profesional de la información), pienso escribir sobre ello (caí enfermo y se me acumuló todo el trabajo no hecho y a recuperar). Por suerte, lo haré menos encolerizado y con más mano izquierda: un enano contra un gran preboste y el Imperio PRISA... Ese "incidente" me permitió comprender hasta dónde llega la fuerza del lobby (eso se llama de-sin-for-ma-ción, incluso en base al Libro de Estilo de EL PAÍS. La consigna de "encapsular el conflicto del Sáhara", lanzada por el propio Felipe Gonzáles y dada como noticia en su día por ese periódico. (Hoy puede encontrarse en Internet, pero NO en la web de EP. Lo han borrado).

Así que estas "pequeñas cosas", que pasan desapercibidas, todas remiten a un periodismo de desinformación, a un trabajo y una estrategia del lobby promarroquí, a una concreta alianza con el régimen alauita, y al sometimiento a los diktats del Elíseo...

Todo esto debe saberse.

Enlace a mis escritos en Tlaxcala

La respuesta de Julián Casanova

Muchas gracias por su mensaje, que aprecio. Y tiene razón, una cosa es la bibliografía e historiografía sobre el tema y otra, muy distinta, el conocimiento en general que se tiene sobre él y la escasa visibilidad en el mundo académico.

Un saludo, Julián Casanova


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