Madrid, 21 Julio de 2020. -(ECSAHARAUI)
Redacción ECS (vídeo extraído de RRSS
Redacción ECS (vídeo extraído de RRSS
El Sáhara Occidental es una tierra plagada de minas y artefactos explosivos que los marroquíes esconden bajo tierra para atentar contra los saharauis. Se estima que hay más diez millones de minas y explosivos, según la ONU. Cada año mueren entre 10 a 20 personas civiles a causa de estas minas.
El territorio saharaui está dividido por un muro militar marroquí de más de 2700 Km. de longitud, fue construido por el régimen de Hassan II de Marruecos a partir de 1983, con el objetivo de poner fuera del alcance de sus legítimos propietarios (pueblo saharaui), el territorio saharaui invadido por Marruecos con la ayuda económica y militar de Estados Unidos, desde 1974.
Este gran muro está compuesto por un conjunto de ocho muros defensivos de una longitud superior a 2720 km aproximadamente, el mismo fue construido por Marruecos con la ayuda de expertos israelíes y asistencia de Arabia Saudita.
El muro, plagado de minas antipersona desde principio a fin, divide el Sahara Occidental en dos partes, una, ocupada por Marruecos, donde se encuentran todas las riquezas del país (banco pesquero, minas de fosfatos, reservas de hidrocarburos…ect), y otra, en manos del Frente Polisario, donde sólo hay desierto y restos de guerra.
Es un terraplén construido de arena, piedra y alambre de espino y controlado por más de 160 mil soldados marroquíes- uno de los más largos del mundo- está totalmente plagado de minas antipersonales y atraviesa el territorio de la antigua colonia española prácticamente de norte a sur.
El Ejército de Marruecos controla los dos tercios occidentales del Sáhara y la franja superior septentrional, mientras que el Frente Polisario domina el lado oriental, fronterizo con Argelia y Mauritania.
En el sector de El Mahbes, una ONG española ha depositado simbólicamente flores de papel y de tela con el mensaje: «Plantemos flores en lugar de minas».
Desde el alto el fuego, más de 300 personas han muerto o han resultado heridas por la explosión de minas y bombas de racimo», dice Aziz Haidar, presidente de una ONG saharaui de víctimas de minas, que advierte de que «la lluvia arrastra las minas a zonas consideradas como seguras».
Las minas complican mucho la vida a los nómadas saharauis al haber dividido el muro sus zonas de trashumancia y de abastecimiento de agua, a lo que se suma, según varios testimonios, la muerte de miles de camellos en los últimos años a causa de los explosivos.
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