Se destapa el mayor escándalo de espionaje de la CIA que implica a Juan Carlos I.

Madrid, 03 Octubre de 2020. -(ECSAHARAUI)





Redacción Lehbib Abdelhay/ECS




ECS. El Sáhara Occidental es un tema de descolonización que no sólo afecta a la región del Maghreb. Hay muchos países pendientes de cuanto sucede en este conflicto por los daños colaterales que puede suponer.







La Agencia Central de Inteligencia americana compartió varias fotos de soldados saharauis lanzando misiles y otros marroquíes capturados por las fuerzas saharauis.La decisión de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, CIA, de abrir el acceso a más de 10 millones de páginas de más de 900.000 documentos desclasificados permite conocer lo que sucedió exactamente a partir de marzo de 1979.







La agencia de inteligencia americana revela que Marruecos estaba perdiendo la guerra contra el Frente Polisario. Según el documento, Marruecos estaba perdiendo la batalla hasta que países europeos y Árabes intervinieron para ayudar a la dictadura de Hassan II.




»La anexión del Sáhara Occidental por Marruecos en 1975 fue por la fuerza y desembocó en una guerra’‘, según los documentos desclasificados, la guerra del Sáhara que estuvo muy disputada entre el Frente Polisario y Marruecos, fue determinante la ayuda que recibieron los marroquíes por parte de Estados Unidos, Francia, España y Arabía Saudí gracias a las relaciones de Hassan II con Henry Kissinger, entonces consejero de Seguridad Nacional de EEUU y con los Saud de Arabía Saudí.







Pero que hizo Juan Carlos con el pueblo del Sáhara Occidental?

El 21 de agosto de 1975, el Departamento de Estado norteamericano da luz verde a un proyecto estratégico secreto de la CIA, financiado por Arabia Saudí, para arrebatar la antigua provincia del Sahara (270.000 Kms cuadrados) a España. Un territorio vital desde el punto geoestratégico, rico en fosfatos, hierro, petróleo y gas, que EE.UU no está dispuesto a dejar en manos de España dada la situación en que se encuentra el régimen de Franco.







El plan consiste en invadir la zona mediante una marcha de unos 300.000 ciudadanos marroquíes (Marcha Verde), que se harían pasar por antiguos habitantes de la zona.

El 6 de octubre de 1975, los servicios de Inteligencia del Ejército español informan a Franco, ya muy enfermo, de los planes de EE.UU en relación con el Sáhara Occidental y le piden que actúe en consecuencia.El 16 de octubre de 1975, la Marcha Verde es anunciada por Hasan II, al mismo tiempo que el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU rechaza las pretensiones de Maruecos sobre ese territorio. Hassan II declara sin vergüenza ninguna: »Tenemos que iniciar una marcha verde desde el Norte de Marruecos hacia el Sur y del Este al Oeste. Tenemos, querido pueblo, que levantarnos como un solo hombre, con orden y organización para dirigirnos al Sahara y encontrarnos con nuestros hermanos allí.’







El 21 de octubre de 1975, el príncipe Juan Carlos de Borbón, heredero del dictador, se niega a aceptar la jefatura del Estado con carácter interino. Quiere plenos poderes para poder actuar en el Sáhara Occidental.







El 22 de octubre de 1975, el presidente del Gobierno español, Arias Navarro, con conocimiento de Franco, manda al ministro José Solís a Rabat para tratar de parar el órdago marroquí prometiendo negociaciones sobre el tema en cuanto la situación del dictador mejore.

El 26 de octubre de 1975, da comienzo la Marcha Verde en territoriomarroquí. Toda la planificación operativa y la organización logística del plan ha corrido a cargo de técnicos norteamericanos.

El 31 de octubre de 1975, Juan Carlos de Borbón se hace cargo de la jefatura del Estado español. Mostrándose muy preocupado por la situación en el Sahara, pues tiene muy presente el caso portugués. No quiere que la situación le desborde.







Finalmente el monarca español asumió oficialmente la jefatura de Estado el 31 de Octubre después de negarse a hacerlo una semana antes. Ese mismo día convocó un Consejo de Ministros y se puso manos a la obra. Sus contactos con su homólogo marroquí fueron constantes. Hasta entonces, según transmitió Stabler, «el Gobierno seguía vacilante» ante la falta de liderazgo y, sobre todo, el aumento de las presiones marroquíes.







Rabat envió el primer grupo de «marchadores verdes» al Sáhara el 30 de octubre, y no el 6 de noviembre, fecha oficial del inicio de la Marcha Verde, para bloquear una posible intervención de Argelia contra la invasión.

El 31 de octubre de 1975, el príncipe preside un Consejo de Ministros en La Zarzuela. Cuestión prioritaria: el Sahara. Juan Carlos manifiesta su férrea determinación de ponerse al frente de la situación. Sin embargo, no les dice a los reunidos que él ya ha enviado a su hombre de confianza, Manuel Prado y Colón de Carvajal, a Washington, para solicitar la ayuda de Henry Kissinger. Es consciente de que una guerra colonial con Marruecos en aquellos momentos podría precipitar los acontecimientos al estilo de lo acaecido en Portugal y que podría perder su corona antes de ceñirla.

El Secretario de Estado norteamericano acepta la mediación solicitada por el nuevo jefe del Estado español, intercede ante Hassan II y en las siguientes horas se firma un pacto secreto por el que Juan Carlos se compromete a entregar el Sahara español a Marruecos a cambio del total apoyo político americano en su próxima andadura como rey de España.

El 2 de noviembre de 1975, Juan Carlos de Borbón visita las tropas españolas en El Aaiún en un viaje sorpresa. Está en tratos secretos con los americanos para la entrega del territorio, pero no tiene ningún reparo en aparentar con los militares (a los que traicionará en las siguientes horas igual que al pueblo español, a los saharauis y a la propia ONU) En este centro, en el curso de una bien regada amistad con los militares, hasta se permite decirlesa los oficiales de las tropas allí destacadas: “España no dará un paso atrás, cumplirá todos sus compromisos, respetará elderecho de los saharauis a ser libres” y también, dice “No dudéis que vuestro comandante en jefe estará aquí, con todos vosotros, en cuanto suene el primer disparo”.

El 6 de noviembre de 1975, la Marcha Verde invade la antigua provincia africana española. En virtud del pacto secreto (alta traición) entre Kissinger, Hassan II y el traidor nuevo jefe del Estado español.

Los campos de minas de la frontera han sido levantados y los legionarios españoles prudentemente retirados. España hasta se permite la desvergüenza de enviar al ministro de la Presidencia para que gire una visita de cortesía a los campamentos marroquíes de la Marcha Verde. La ONU, incómoda y sin saber qué sucede, urge a Hassan II a retirarse y a respetar la legalidad internacional. Mientras España mira hacia otro lado porque bastante tiene el principe con asegurar su corona y el monarca alauí no hace el menor caso.

El 9 de noviembre de 1975, Hassan II da por alcanzados todos sus objetivos en el Sahara y en espera de las conversaciones de Madrid, retira los campamentos de la Marcha Verde a Tarfaya. Argelia protesta y retira su embajador en Rabat. Los saharauis, traicionados por España, se aferran a la lucha armada.

El 12 de noviembre de 1975, comienza la Conferencia de Madrid entre España, Marruecos y Mauritania, dirigida y controlada por EE.UU en la sombra.

El 14 de noviembre de 1975 se produce la famosa Declaración de Madrid sobre el Sahara (acuerdos tripartito de Madrid). Por ella se entrega a Marruecos toda la parte norte de la antigua provincia española:

200.000 Kms cuadrados de gran importancia geoestratégica, muy ricos en toda clase de minerales, gas y petróleo (descubierto por petrolíferas norteamericanas y en reserva estratégica). A Mauritania (que los abandonará enseguida en beneficio de su poderoso vecino del norte) se le transfieren 70.000 Kms cuadrados del sur, los más pobres e improductivos.

Las Cortes y el pueblo español no saben nada del asunto. Todo se ha tejido entre bastidores, con la CIA, el departamento de Estado norteamericano y los servicios secretos marroquíes como maestros de una ceremonia bochornosa en la que el príncipe Juan Carlos ha movido sus hilos a través de sus hombres de confianza: Armada, Mondéjar y Torcuato Fernández Miranda.Mientras el Gobierno del anonadado Arias Navarro, con Franco moribundo y su porvenir político acechando, se limitó a ejercer de convidado en la mayor vergüenza política y militar de España en toda su historia. Porque, efectivamente, este país nunca jamás había traicionado de una forma tan perversa a sus propios ciudadanos (los saharauis lo eran en 1975), se había humillado de tal manera ante un pueblo más débil que él pactando en secreto su rendición, y abandonado cobardemente el campo de batalla sin pegar un solo tiro y después entregando a su enemigo acuartelamientos y armas.

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