ANÁLISIS | ¿Cuántas probabilidades hay de que Marruecos inicie una guerra en el Sáhara Occidental?

Es de inestimable rigor analizar la situación que se nos presenta teniendo siempre presente la coyuntura mundial en la que nos encontramos, dominada por la ecuación de la pandemia y crisis económica cuyas profundidades aún no han tocado suelo, y que inevitablemente obligan a los gobiernos a actuar en contra de sus intereses y beneficios, sin embargo sucede que en un momento marcado por crisis galopantes, los poderes se desatan por cuestiones de supervivencia económica, que es la que al fin y al cabo garantiza la supervivencia política en el poder dentro de un mundo dominado por el libre mercado. 

Madrid, 12 Noviembre de 2020. - (ECSAHARAUI) 

Mohamed Salem Abdelhay. - 12/11/2020 - ECSAHARAUI.




La resistencia y dialéctica saharaui auguró el éxito de los manifestantes que protestan El Guerguerat, generando una ola de unidad popular pocas veces vista. La efectividad de la protesta como método de presión residió en atacar directamente y de forma pacífica a los verdaderos intereses marroquíes bloqueando el paso ilegal, de modo que la fuerza ocupante se delate ante la propia MINURSO y la comunidad internacional, produciendo esto dos efectos completamente opuestos; por un lado reactiva en contra de su beneficio el interés de la ONU en solucionar el conflicto y constatando por otro lado; la violación del alto el fuego y su continuo obstruccionismo a un proceso de paz, que a su vez, expone a la MINURSO ante su propia inutilidad e incapacidad para aplicar sus propias resoluciones, a pesar de disponer de los correspondientes mecanismos coercitivos para imponer las mismas.



Mohamed VI se encuentra ahora mismo ante un escenario pre-candente de estallido social en el interior de su país, la onda expansiva de la pandemia ha pulverizado la economía marroquí, así como los ingresos generados por colonialismo, inmigración y tráfico de drogas. Éste último no computa en términos oficiales por circunstancias obvias, a pesar de que gran parte de la sociedad vive del mismo ya que posibilita un importante y fluido intercambio de capitales en el país norteafricano. Con los peores datos económicos del siglo, a saber; contracción del PIB de un 6,2%, caída del 20% de ventas junto a una devaluación del 5% de su moneda, y por si fuera poco, un rampante 27% de pobreza que apunta directamente a una crisis que hará temblar los cimientos del trono de Mohamed VI.



Recordemos que uno de los muchos factores que determinaron la ocupación del Sáhara Occidental en el 1975 por Marruecos, fue la débil situación política en la que se encontraba el reinado de Hasan II, logrando sobrevivir a dos golpes de estado en el 1971 y 1972, por lo que recurrió a una guerra para afianzar el nacionalismo marroquí y consolidar su reinado, catalogado por muchos como una dictadura encubierta.

Teniendo presente estos datos, se hace evidente que Marruecos no soportará económicamente cargar con una guerra con el conveniente gasto de despliegue, logística y mantenimiento, por ello la opción que emerge de esta posición, si llega a materializarse, es que se opta por una estrategia suicida basada en quebrar su nación para sumir dos estados en una guerra de desgaste a largo plazo con el pretexto del nacionalismo. Las desventajas que ofrece esta opción no son nada menores; la primera es el agravamiento de la crisis económica y sanitaria que sufre Marruecos, así como el posterior desencadenamiento de crisis internas sociales, diplomáticas y políticas derivadas de la exigencia de sufragar simultáneamente el mantenimiento de su población de 36 millones de habitantes, de costear los gastos de una guerra prolongada así como de las subvenciones millonarias que nutren las zonas ocupadas del Sáhara Occidental. La segunda y no menos desfavorable; es la desestabilización de toda la región norteafricana por la persistencia de un enfrentamiento armado que afecta a la seguridad y paz de la mencionada región, repercutiendo inmediatamente en las relaciones europeo-marroquíes, de las cuales depende el 70% del comercio exterior marroquí. Por lo tanto, vemos como las dimensiones intercontinentales de una eventual guerra en el Sáhara Occidental contienen el peso suficiente para motivar la implicación decidida de países vecinos con intereses regionales, en aras de buscar una solución o evitar un conflicto bélico propiamente dicho que afecte la seguridad e intereses geoestratégicos nacionales. Prueba de ello es la intromisión de Mauritania como agente mediador, con suficiente peso en la estabilidad regional por su lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. Concluimos pues, que Marruecos no iniciará una guerra total a menos que cuente con ayuda económica o material extranjera como en la década de los 80' durante la primera guerra y la posterior construcción del Muro de la Vergüenza.



Sin embargo, los últimos movimientos de tropas marroquíes nos ilustran acerca de qué es lo que intentan a partir del hecho de desplegar militares vestidos de civiles con el objetivo de confundir a la MINURSO. Se puede inferir que los marroquíes pueden decantarse por iniciar un enfrentamiento local delimitado a la zona de riesgo de El Guerguerat para evitar a toda costa la extensión del conflicto a toda la región del Sáhara Occidental, de ahí que una parte de las tropas marroquíes retrocedan hasta establecerse en un punto alejado de la zona bloqueada por los saharauis. Otra posible alternativa que se encuadra dentro de la opción de un conflicto local, sería una previsible incursión marítima por medio de lanchas a través de La Güera. Sin embargo, cabe recordar que la RASD dispone de un puesto militar instalado en La Güera, lo que podría complicar las intenciones marroquíes.



Como vemos, lo que se deriva de estas actuaciones es la desesperación con la subsecuente desmoralización, la estrategia de Marruecos se basa en jugar con fuego pero derramando gasolina, acción bastante inservible ya que no han obtenido mayores cuotas de seguridad externa o interna, quizás todo lo contrario. El efecto resultante de este tipo de prácticas es recurrir al inicio de un desgaste diplomático con la ONU y con medio mundo, intentando buscar establecer lazos para afirmar la marroquinidad del Sáhara Occidental, como por ejemplo lo es el hecho de la apertura de consulados en El Aaiún ocupado, una operación diplomática carente de sentido y fundamento jurídico, ya que de los países que abrieron sus consulados, ninguno de ellos tiene ciudadanos residiendo en los territorios ocupados, y segundo que el Sáhara Occidental es un territorio reconocido por el derecho internacional como no autónomo y pendiente de descolonización cuyo administrador es España, por lo tanto, los consulados en el Sáhara ocupado más allá de ser un símbolo de ostentación y vacilación marroquí. carecen de efectos jurídicos, legales y prácticos, cuya única utilidad es netamente propagandística para reafirmarse en una ficción ideológica sin base histórica.



Otro factor a tener en cuenta es que Marruecos recurrirá a sus contactos estrechos y lobbys para que ejerzan presión sobre la RASD y los manifestantes que protestan en El Guerguerat, lo cual es bastante probable. Las divergencias de las dinámicas relacionales de cada país pueden también actuar como un peso determinante en el encauzamiento del conflicto, por un lado tenemos a la OUA y la UE que se opondrán frontalmente a la guerra, sin embargo Marruecos cuenta con la ayuda de una Francia atada a sus favores y compromisos históricos con Marruecos, y que usa la guerra del Sáhara Occidental simplemente por incomodar a Argelia.

Con este tipo de actitudes, queda demostrado que la táctica marroquí se basa en trasladar el centro de gravedad del conflicto saharaui a sus pérdidas/ganancias y no donde debe estar, que es en la soberanía e interés del pueblo saharaui. Desarmando consecuentemente su propia tesis de reclamar el Sáhara Occidental como parte de su integridad territorial y no por cuestiones de saqueo colonial. Aunque la incoherencia de dicho argumento emerge con mayor claridad cuando se conoce su propio trasfondo histórico, y es que sencillamente es una tesis nacional-expansionista (Gran Marruecos) propugnada por un partido político marroquí irónicamente llamado Istiqlal, ''independencia'' en árabe. Qué se podría esperar de un país que conmemora su propia independencia y la colonización de un país vecino como fiestas nacionales, y en el mismo mes.

No podemos predecir con exactitud el curso que tomará este evento, como tampoco podemos adelantarnos a los hechos, sin embargo lo que sí podemos confirmar taxativamente es que la brecha ilegal de El Guerguerat se clausurará para siempre.

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1 Comentarios

  1. Están ustedes sin país, sin económia y sin apoyos internacionales y se atreven a hacer análisis sobre la primera económia del Magreb (Argelia está tan aislada como sumida en su propia crisis interna)
    Realmente si siguen alejados dela realidad nunca conseguirán nada positivo para su pueblo 🤦🏻‍♂️

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