Por Lehbib Abdelhay /ECS
Después de casi 30 años vigilando el alto el fuego en el Sáhara Occidental, aunque eso no es su principal tarea, la misión de la ONU para el referéndum en el Sáhara Occidental, MINURSO, y después del estallido de la guerra, no tiene más función que vigilar los combates bélicos entre el Ejército saharaui y el marroquí informar sobre ello.
Según el portavoz principal del Secretario General de la ONU, Stéphane Dujarric, la MINURSO lleva desde el 13 de noviembre, día en que Marruecos rompió con el alto el fuego, informando sobre enfrentamientos e intercambio de disparos entre el Frente Polisario y Marruecos.
Sin embargo, la MINURSO sigue haciendo creer al pueblo saharaui que puede solucionar el conflicto con informes o declaraciones periódicas para levantar el ánimo a los saharauis, una jugada sociológica muy sucia que, sorprendentemente, aún les funciona. La realidad es que el conflicto saharaui y el asunto del último país africano sin descolonizar ha sido un colosal fracaso, absoluto y sin precedentes para la ONU, por mucho que traten de maquillarlo.
En 2016, Marruecos expulsó el contingente encargado de la organización de un referéndum en el Sáhara Occidental, meses después, y tras un conflicto con la ONU, Marruecos se retrató y reincorporó a una parte de este contingente, que es la parte militar, con el fin de vigilar solamente el alto el fuego en el territorio. Cuatro años después, el pasado 13 de noviembre y después de una incursión militar marroquí en la brecha ilegal en El Guerguerat, el Frente Polisario declaró el fin del trabajo de este contingente de la MINURSO encargado de monitorear la situación militar en la antigua colonia española.
Todos los esfuerzos de la ONU han fracasado repetidamente para negociar un acuerdo sobre el territorio en disputa desde 1975, cuando el poder colonial de España abandonó el territorio, iniciando un enfrentamiento bélico que duró hasta 1991 cuando intervino la ONU estableciendo el alto el fuego.
Han pasado ya más de 40 años, y aunque parezca mentira, los saharauis están más lejos de ver una solución que hace 20 años, curioso cuando la ONU en 1991 prometió solucionarlo en un plazo que no excedería los 2 años, es decir, lo que tardarían en realizar un censo completo para llevar a cabo un referéndum de autodeterminación.
Hoy en día, la única solución que ven los saharauis para desbloquear la situación y obligar a Marruecos a mover carta es seguir con la lucha armada, algo que la propia ONU y el Consejo de Seguridad han evitado a toda costa, pero que no hacen más que favorecerlo porque con sus resoluciones y pasividad ante Marruecos perpetúan y prolongan el conflicto, agravando así la situación de los saharauis y por consiguiente, agotando su paciencia.
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