ECS. Madrid.
La diplomacia alauita está perdiendo la batalla diplomática del conflicto saharaui tras los reveses sufridos en la UE y en África, donde ha quedado prácticamente aislada, lo que les ha obligado a mover ficha e intensificar su cabildeo para lograr apoyos para su ocupación de partes del Sáhara Occidental.
Desde el pasado 18 de Marzo, según la prensa marroquí, Bourita ha comenzado una serie de acercamientos con países de Europa Central con el manido propósito de ''establecer relaciones bilaterales y apoyar la integridad territorial''. Los países elegidos han sido tres: Polonia, Hungría y Austria.
Nasser Bourita mantuvo conversaciones con los ministros de exteriores de los países arriba mencionados a través de llamadas telefónicas en las que les trasladó el deseo del Reino de Marruecos de fortalecer sus lazos con ellos. Es de destacar también que estos tres países apoyaron la intervención militar marroquí de El Guerguerat, por la que atacó a civiles saharauis indefensos que se manifestaban y que supuso el reinicio de los choques armados treinta años después de la firma del alto el fuego con el Frente POLISARIO.
Es curioso que Marruecos no tuviera ya relaciones con los países que apoyaron su intervención militar y solo se acuerde de ellos en el momento en el que flaquea su diplomacia. El aspecto económico es la debilidad de la diplomacia marroquí, ya que facilita su política de hechos consumados en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. En este sentido, la empresa polaca FLYARG, del sector aeronáutico y especializada en la construcción de helicópteros ultraligeros, anunció que invertirá ilegalmente en el Sáhara Occidental, violando las leyes del derecho europeo y del derecho internacional.
Marruecos también usa su normalización con el estado de Israel como amuleto para ganarse el apoyo de países a favor de Israel, es el caso de Hungría y su controvertido primer ministro de extrema derecha, Viktor Orbán, que mantuvo conversaciones con el líder de la diplomacia marroquí, Nasser Bourita. Y tres días después, le tocó el turno a Austria y a su canciller, Sebastian Kurz, acompañado del titular de Exteriores de Dinamarca, Jeppe Kofod. A pesar de que durante las discusiones, Marruecos se centró en promocionar su papel en el conflicto libio y en la pacificación del Sahel, a pesar de que inició la guerra contra el Sáhara Occidental y hundir el norte de África con narcóticos y terrorismo, tal y como denunció la ONU en un informe.
No obstante, el canciller danés rechazó frontalmente las pretensiones marroquíes y el mismo jueves el Parlamento danés celebró una reunión para discutir el tema del Sáhara Occidental en el que participaron el Ministro de Exteriores y el de Finanzas, que respondieron a las preguntas de los parlamentarios, dejando claro que rechazan el reconocimiento de Trump y recordaron que recientemente la administración de Biden ha renovado su apoyo a los esfuerzos de la ONU para cesar los enfrentamientos y celebrar un referéndum de autodeterminación.
Queda por ver si los países europeos cumplirán con las sentencias de su propio tribunal y del derecho internacional, o participarán en el expolio de los recursos naturales del Sáhara Occidental.
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