Hospitalización de Ghali en España; Una historia de espionaje, sabotaje, filtraciones y topos.
Por Lehbib Abdelhay /ECS
Desde que el Secretario General del Frente Polisario, Brahim Ghali, llegó a España, los medios españoles, a remolque de la propaganda marroquí, han llenado sus páginas de un cúmulo interminable de mentidas. Primero difundieron el bulo de la identidad falsa para entrar en España. Un hecho radicalmente falso. El hecho cierto es que el Secretario General del Frente Polisario ha entrado en España, como no podía ser de otra manera, con su propio pasaporte. Sin embargo, los medios de comunicación españoles, la Razón, ABC, Europa Press, El Mundo, todos han cacareado esa falsa noticia, manchando la reputación y profesionalidad de los cuerpos y fuerzas de seguridad españoles, para deleitar a Marruecos.
El presidente saharaui llegó en la tarde del 18 de abril a la base aérea de Zaragoza, a bordo de un avión medicalizado de la Presidencia de Argelia. Fue recogido en una ambulancia y trasladado con escolta policial al hospital San Pedro de Logroño, según ha revelado este martes el diario El País.
El líder saharaui, según fuentes de Exteriores de España citadas por El País, entró en España con su identidad y pasaporte diplomático, aunque posteriormente, por razones de seguridad, se registró en el centro sanitario bajo el nombre supuesto de un ciudadano argelino.
Desde que Ghali llegase a España para recibir tratamiento médico, las relaciones diplomáticas entre Rabat y Madrid se han tensado. El régimen de Marruecos critica a España por no avisar sobre la llegada de Ghali. También, desde Rabat, consideran que la justicia española no está actuando debidamente.
En el comunicado difundido el pasado sábado por el Ministerio de Exteriores marroquí (el segundo para quejarse de la acogida a Ghali), Rabat advertía a España de que no “minimice el impacto grave” de esta crisis en las relaciones bilaterales y le avisaba de que “toma nota” y “sacará todas las consecuencias” de una decisión “premeditada”, tomada “a espaldas de un socio y vecino”.
Rabat, un poco confuso por pelearse con todos sus vecinos y socios, no ha adoptado hasta ahora contra España ninguna de las medidas aplicadas a Alemania, pero ha elevado el tono de la indignación retórica, movilizando a nueve partidos de la mayoría gubernamental y la oposición con un comunicado conjunto de condena.
Según El País, citando siempre fuentes gubernamentales, la ministra González Laya planeaba comunicárselo a su homólogo marroquí, Nasser Bourita, pero la noticia trascendió antes de que llegara a hacerlo.
Posteriormente, agregan dichas fuentes, González Laya ha hablado ya con Bourita y le ha dado todo tipo de explicaciones, como también lo ha hecho, en varias ocasiones, el embajador español en Rabat, Ricardo Diez-Hotchleitner. En todo caso, tampoco Rabat avisó a España del reconocimiento de la marroquinidad del Sáhara Occidental por parte de la Casa Blanca, que pilló por sorpresa a la ministra española de visita en Israel, alegan las mismas fuentes.
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