Secretario de Estado de Francia para Asuntos Europeos: ''España se vio en dificultades en su relación con Marruecos, apoyamos a España”.


Por Lehbib Abdelhay. 

ECS. Madrid. | Hace exactamente dos semanas cuando Marruecos dejó de vigilar la frontera que separa a ese país de la ciudad autónoma de Ceuta, enclave español en el norte de África. Cruzaron de golpe unas 9.000 personas, todos ellos marroquíes de la vecina ciudad de Fnideq (antigua Castillejos) y otras partes de Marruecos. 

Las imágenes de inmigrantes a punto de ahogarse, incluidos menores, dieron la vuelta al mundo. Unos días antes, España había acogido en un hospital de Logroño a Brahim Gali, líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) aquejado de Covid-19. 

La crisis de Ceuta obliga a Macron a modular su alianza con Mohamed VI.

Durante el mandato de Jack Chirac, ex presidente de Francia, París ha mostrado su respaldado a Marruecos en 2002 cuando militares marroquíes ocuparon el islote español de Perejil. Esta vez, sin embargo, fue distinto: París se alineó con los socios europeos. “Ha habido un episodio en el que se ha puesto a España en dificultad en su relación con Marruecos”, resumió el lunes, en la cadena BFMTV, el secretario de Estado para Europa, Clément Beaune. Y añadió: “Apoyamos a España”, según recoge el diario El País

“Por una vez, Francia no toma partido por Marruecos”, analiza el veterano periodista Jean-Pierre Tuquoi, autor de varios libros sobre Marruecos y el Magreb. Tuquoi cita el editorial del diario Le Monde, publicado hace unos días. “La reputación internacional de Marruecos queda muy degradada”, juzga el editorial. El periodista apostilla: “Es Le Monde, pero refleja en cierta manera la situación de la diplomacia francesa respecto a Marruecos”. Y añade: “Es un cambio increíble, cuando se piensa en todos los años en los que Francia defendió siempre a Marruecos ante la UE, ante Argelia, ante todo el mundo”, zanja

La actitud de Rabat representa una crisis sin precedentes. Se conoce el origen de la crisis: Rabat consideró como un gesto inaceptable de enemistad la hospitalización en suelo español de Brahim Ghali, el líder del Frente Polisario, movimiento de liberación que lucha por la independencia del Sáhara Occidental. El argumento “humanitario” esgrimido por Madrid fue declarado inadmisible en Rabat, que había prometido que esta decisión tendría “consecuencias”. Unos días después de esta amenaza, Rabat cumple y envía a casi 9.000 de sus ciudadanos a Ceuta.

Una apuesta arriesgada, titula Le Monde. 

Animado por el "éxito" diplomático, firmado el 10 de diciembre de 2020, en torno al famoso "acuerdo Trump", en virtud del cual Washington reconoció la "soberanía marroquí" sobre el Sáhara Occidental a cambio de la normalización de las relaciones entre Marruecos e Israel, el reino se sintió lo suficientemente confiado para desafiar a España en Ceuta.

Es una apuesta arriesgada. La reputación internacional de Marruecos está gravemente degradada. La utilización de adolescentes e incluso niños arriesgando su vida en las aguas de Ceuta con la complicidad de la policía marroquí delatan el cinismo de un régimen dispuesto a sacrificar fríamente su juventud en el altar de sus intereses diplomáticos. También ilustran la precariedad social en la que vegetan categorías enteras de la población marroquí, a mil leguas del resplandeciente Marruecos que algunos alabadores se complacen en alabar en París y en otros lugares.

Según El País, el apoyo francés a España se apoya en un dato fundamental: en Ceuta está en juego una frontera europea. Y buena parte de las personas que entran en Europa por las costas italianas o españolas se dirige a Francia. 

A un año de unas elecciones presidenciales en las que la extrema derecha tiene opciones de ganar, para Emmanuel Macron sería una pesadilla que Marruecos abriese las puertas de la UE. “Pienso que Francia no podía hacer otra cosa, es lo mínimo”, sostiene Khadija Mohsen-Finan, docente en la Universidad París 1 y especialista en Marruecos y el Magreb. “Quizá esta crisis no cambie las cosas, pero ha levantado el velo. Se ha visto que Marruecos es capaz de ir muy lejos: lanzar a sus hijos al mar, instrumentalizar a su juventud, que está desesperada”.

Vía: Le Monde, El País y Archivo ECSAHARAUI.

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