Por Sidi Maatala /ECS
Washington (ECS). - La revista estadounidense "Progressive" recordó, en un extenso análisis recogido por la prensa local saharaui, que el presidente estadounidense, Joe Biden, enfatizó en su campaña electoral que “cualquier uso de la fuerza para cambiar las fronteras reconocidas de los países está estrictamente prohibido por el derecho internacional”.
El rotativo señaló que impedir que cualquier país invade a otro territorio por la fuerza, fue uno de los principios fundacionales de las Naciones Unidas y es parte integral de su carta Constitutiva. Y agregó que este era el mismo principio. De hecho, lo que llevó a Estados Unidos a entrar en la Guerra del Golfo en 1991 después de la invasión y anexión de Kuwait por parte de Irak.
Desafortunadamente, añade la revista, existen serias dudas sobre si la administración Biden realmente apoya este estándar legal internacional, ya que los mapas del norte de África adoptadas por las Naciones Unidas muestran al territorio del Sáhara Occidental en la costa atlántica entre Marruecos y Mauritania.
Sin embargo, los mapas del gobierno de EE.UU. representan a esa región como parte integral de Marruecos, sin la línea que separe a los dos países (Sáhara Occidental y Marruecos).
"Progressive" señaló que el Sáhara Occidental, conocido oficialmente como la República Árabe Saharaui Democrática, ha sido reconocido en varios momentos por 84 países y es un Estado miembro de pleno derecho de la Unión Africana. Marruecos invadió el territorio, entonces conocido como el Sáhara Español, antes de su independencia prevista del dominio colonial en 1975.
La revista señaló que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Corte Internacional de Justicia han defendido el derecho del pueblo del Sáhara Occidental a la libre determinación, y que durante décadas, ningún organismo internacional o país habían reconocido el Sáhara Occidental como parte de Marruecos.
Sin embargo, en las últimas semanas de su mandato, el expresidente Donald Trump reconoció formalmente la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, incluida la franja, de aproximadamente el 25%, que permanece bajo el control del gobierno de la RASD.
Si bien la administración Biden ha rechazado los llamamiento de los dos partidos (los Republicanos y los Democratas) para revertir la decisión de Trump, sin embargo Washington todavía no ha anunciado ninguna posición clara.
A pesar del moribundo proceso de paz liderado por la ONU, Estados Unidos está prácticamente de acuerdo con la monarquía marroquí en que la independencia no debería ser una opción para la población saharaui, conocida como el pueblo saharaui, que cuenta con una historia, un dialecto y una cultura diferentes de los de Marruecos.
El régimen marroquí, envalentonado por el reconocimiento de Trump, insiste en que la independencia está completamente fuera de la mesa y sólo ofrece un grado limitado de "autonomía" bajo su régimen.
Human Rights Watch, Amnistía Internacional y otros grupos de derechos humanos han documentado la grave represión generalizada contra activistas por parte de las fuerzas de ocupación marroquíes. Incluidas torturas, palizas, detenciones ilegales y ejecuciones extrajudiciales.
Freedom House clasificó al Sáhara Occidental ocupado por Marruecos en el segundo lugar después de Siria en el ránking mundiales de los países donde se comete más violencia contra los civiles. Como resultado, el plan de "autonomía" de Marruecos respaldado por Estados Unidos no solo no ha permitido a los saharauis ejercer su autodeterminación, sino que la actual la represión marroquí plantea interrogantes serios sobre cómo reaccionará Washington.
La revista consideró que el reconocimiento de Biden de la anexión ilegal del Sáhara Occidental por parte de Marruecos es un regalo para el autocrático presidente de Rusia, Vladimir Putin. ¿Quién puede ahora respaldar la posición de EE.UU a las reclamaciones rusas sobre el territorio ucraniano simplemente como arraigada en la rivalidad geopolítica?
La revista concluyó enfatizando que es por el bien del pueblo del Sáhara Occidental y la credibilidad de Estados Unidos en la creciente crisis por Ucrania, Biden debería rescindir inmediatamente el reconocimiento estadounidense de la anexión de Marruecos.
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