Agencias
Doha (ECS).- El actor estadounidense Morgan Freeman extendió una mano con un guante amarillo a un embajador de la Copa Mundial de fútbol que sufre de un raro trastorno de la columna vertebral, en una imagen destinada a representar la inclusión en un país el país que enfrenta una campaña protagonizada por occidente.
No fue el momento más importante de la ceremonia de apertura de la Copa del Mundo de siete actos del domingo antes del partido entre el anfitrión Qatar y Ecuador. Los mayores vítores se reservaron para los líderes de Medio Oriente y África que miraban desde la grada en el estadio Al Bayt, de un diseño inspirado en una tienda beduina.
De hecho, fue el Emir Tamim bin Hamad Al Thani quien recibió un fuerte aplauso en un breve discurso pronunciado en árabe. Estaba sentado entre el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y su padre, el Emir Hamad bin Khalifa Al Thani, quien aseguró la organización de la Copa del Mundo para la pequeña nación del Golfo Pérsico hace 12 años.
“Qué hermoso es que la gente deje de lado lo que los divide para celebrar su diversidad y lo que los une al mismo tiempo”, dijo Tamim. Sus palabras fueron traducidas al inglés en una pantalla de video dentro del estadio.
“Les deseo a todos los equipos participantes un magnífico desempeño futbolístico, gran deportividad y un tiempo lleno de alegría, emoción y deleite para todos ustedes”, continuó. “Y que haya días inspirados de bondad y esperanza”.
En sus únicas palabras en inglés, el Tamim concluyó: “Les doy la bienvenida y buena suerte a todos”.
Por su parte, Hamad, considerado como el hombre que ha modernizado a Qatar durante 18 años como gobernante, deleitó el público al estampar su firma en una camiseta del Mundial que le entregó su hijo, procediendo a alzarla ante los espectadores.
Qatar ha gastado más de 2.000 millones de dólares para montar este Mundial. Se construyeron siete nuevos estadios, incluyendo el que recibió el partido inaugural, situado al norte de Doha.
La intención de la ceremonia inaugural fue de mostrar a Qatar ante el mundo mediante su cultura con la consigna “acortando distancias”.
Logró el cometido cuando Tamim fue acompañado por Mohamed Bin Salmán, el príncipe heredero de Arabia Saudí, y el presidente egipcio Abdel Fattah el-Sissi. Quienes no acudieron fueron los líderes de Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos.
Ningún líder occidental estuvo presente. Los medios de comunicación occidentales llevan desde semanas una dura campaña mediática para desacreditar al mundo árabe, que alberga por primera vez una copa del mundial.
Pero entre los presentes estuvieron el secretario general de la ONU António Guterres, el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune, el presidente senegalés Macky Sall, el presidente palestino Mahmoud Abbas y el presidente ruandés Paul Kagame.
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