ECS. Madrid. | El conflicto u ocupación saharaui se trata de un conflicto marcado por el pillaje colonial; el expolio de recursos naturales saharauis (pesca, fosfatos, agricultura y energías renovables) y la apertura de nuevas rutas comerciales marítimas y terrestres de alto valor estratégico (Dakhla Atlantique y El Guerguerat), que constituyen el núcleo esencial de la presencia militar marroquí y en consecuencia los verdaderos game changers, su observación nos permite anticipar el futuro a partir del presente.
La reanudación de la guerra en el Sáhara Occidental tras la invasión marroquí en El Guerguerat, sur de la República Saharaui, impuso un nuevo status quo en el conflicto, si antes dependíamos de la aletargada acción onusiana para desestancar el conflicto, con el restallido de la guerra tenemos la variable de la impredecibilidad e incertidumbre que tantas pesadillas provoca en el seno de los regímenes dictatoriales debido a su intrínseca inestabilidad. Ciertamente, la guerra ha abierto una nueva dimensión otorgando así una nueva oportunidad a la comunidad internacional para reparar los errores del pasado y aplicar lo dispuesto en las resoluciones para concluir la descolonización del mayor territorio no autónomo del mundo y la última colonia africana, el Sáhara Occidental.
El apetito expansionista de un régimen anacrónico y despiadado es incompatible con las obligaciones de un estado sujeto del derecho internacional. En este sentido cabría recordar que según dos resoluciones de la ONU de 1979, Marruecos es la potencia ocupante del Sáhara Occidental, siendo autor de un crimen internacional en curso, además Marruecos violó la carta de las Naciones Unidas al negar el derecho del pueblo saharaui a decidir libremente su futuro, violó el acuerdo de la Unión del Magreb Árabe de 1989 que estipulaba la realización de un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental, y es el mismo Marruecos el que también violó los acuerdos del alto el fuego firmados en 1991 con el Frente POLISARIO auspiciados por la ONU y la Unión Africana.
El paso de El Guerguerat y sus implicaciones estratégicas:
Desde el 2001 Marruecos miraba de reojo esta zona tampón por la que circulaban mercancías ilegales. En 2005 asfaltó la carretera en las zonas saharauis ocupadas y la dotó de un edificio de aduanas. En 2017, tras acceder a la Unión Africana, intentó concluir el asfaltado e invadir más territorio pero por el temor al regreso de hostilidades y buscando ganarse el favor de Guterres, acabó retirando sus tropas. Tres años después, en Noviembre de 2020, lanzó una operación militar violando los acuerdos del alto el fuego con el Frente POLISARIO, invadiendo la zona y construyendo un nuevo muro infestado de minas, dando lugar al consecuente restallido de guerra, pero, ¿qué tiene de importante esta zona por la que Marruecos se atrevió decididamente a romper los acuerdos militares Nº1 y Nº2 firmados en 1991 con la ONU y el Frente POLISARIO?
Geográficamente, Marruecos se encuentra aislado del África Occidental por sus dos rivales, Argelia al este, que mantiene cerrada sus fronteras compartidas, y la República Saharaui al sur, que mantiene ocupada militarmente, por lo que carece de ningún paso o conexión terrestre hacia dicha región. En el contexto de la ocupación, El Guerguerat era estratégica para los saharauis, hasta 2020, porque era la única salida al Atlántico y hacia la ciudad fantasma de La Güera, así como por la cercanía con la capital económica de Mauritania, Nuadibú. En tanto es así, la ilegal anexión marroquí con la posterior construcción de un nuevo muro y bases militares en El Guerguerat tiene un significado eminentemente económico; Otorga a Marruecos el anhelado acceso al mercado del CEDEAO del que ya forma parte su gran rival, Argelia, que sí comparte frontera natural con Mauritania y poseen ruta terrestre. Rabat es consciente de que el acceso al mercado del CEDEAO solo puede ser posible anexándose la brecha ilegal de El Guerguerat, paso fronterizo que conecta con Mauritania a través del punto PK-55, que se encuentra en el extremo sur de los territorios de la República Saharaui, por tanto es la única vía del territorio que le permitiría comercializar sus productos con los países del África Occidental y del Sahel, y competir así con las rutas argelino-mauritanas como Tinduf-Zuérat y Nuakchott-Uargla.
Por supuesto, la energía, el petróleo y el gas, así como otras importaciones, son extremadamente importantes para las principales industrias de la ‘’economía de colonización’’ y muy especialmente para el mantenimiento de su ejército de ocupación en su guerra de agresión contra el pueblo saharaui. ¿Podrá Marruecos costear simultáneamente el mantenimiento de su población de 36 millones de habitantes y cargar con los gastos de una guerra prolongada así como de las subvenciones millonarias que inyectan en las zonas ocupadas del Sáhara Occidental a costa de gravar al contribuyente marroquí?
Por su parte, los países que conforman el bloque comercial, liderados por la potencia regional; Nigeria, no ven con buenos ojos el acceso de Marruecos al CEDEAO, ya que temen que supondrá una vía libre »caballo de troya» para introducir productos europeos y estadounidenses sin pasar por los aranceles propios del grupo comercial regional y por otro lado, muchos de los miembros reconocen a la República Saharaui. La proposición de Rabat de unirse al CEDEAO fue calificada por la patronal nigeriana como »ambigua» además de señalar que es altamente lesiva para los intereses económicos de Nigeria. Hasta el momento, la petición marroquí de unirse al CEDEAO sigue en el limbo cuatro después de solicitarse.
Es igualmente importante señalar que la operatividad y libre tráfico de este paso fronterizo producto del expansionismo por la fuerza militar ha sido posible mediante la inexplicable complicidad de las autoridades mauritanas, que pese a que reconocen la República Saharaui, violan su integridad territorial con impunidad pasmosa en un acto que echa por tierra su supuesta neutralidad meramente declaratoria.
Contexto actual de la brecha ilegal de El Guerguerat
Se trata de la única carretera terrestre que conecta Marruecos a través de la República Saharaui y Mauritania con las profundidades del África Occidental, evitando además grandes costes en transportes marítimos al facilitar una ruta terrestre directa desde el puerto mediterráneo de Tánger hasta Dakar. Rabat logra sortear así su encapsulamiento geográfico por décadas y refuerza su ocupación del Sáhara Occidental al convertir la brecha de El Guerguerat en condición indispensable y razón de existencia de dicha ruta.
Actualmente, del paso fronterizo ilegal de El Guerguerat depende gran parte del comercio UE-África ya que Marruecos es el principal socio comercial de la UE en la región norteafricana, además mantiene a Nuakchott dependiente de la ruta por la gran exportación de hortalizas, insumos de primera necesidad y material electrónico que recibe. En el mismo sentido, para mantener a Mauritania alejada de cualquier posicionamiento a favor de la República Saharaui, amenaza continuamente con invadir La Güera con la finalidad de construir un puerto marítimo que haga competencia al puerto de Nuadibú, ciudad mauritana portuaria de mayor actividad. Marruecos, en sus ambiciones expansionistas, persigue hacerse con el control de gran parte de la zona marítima del Atlántico oriental.
Los continuos bombardeos marroquíes efectuados en la frontera norte entre la República Saharaui, Mauritania y Argelia contra civiles y convoys comerciales (a fecha de escribir este artículo se han contabilizado 27 ataques con drones en estos últimos dos años), siguen la estela de consolidar su presencia en este paso fronterizo y hegemonizar la ruta Tánger-Dakar implantando el terror en la citada zona de triple frontera para desalentar a pasajeros y comerciantes que utilizan las competidoras rutas de Tinduf-Zuérat y Nuakchott-Uargla, y en consecuencia, forzar su inoperatividad y canalizar la mercancía.
El mes pasado, el presidente mauritano, Mohamed Ould Ghazouani, anunció el inicio del último tramo de las obras de la ruta Tidjikja-Boumdeid que unirá Argelia con Bamako a través del territorio mauritano conectando con la ruta Tinduf-Zuérat, en un paso para deshacerse de la dependencia marroquí y unir el sur con el norte del país al superar las barreras geográficas. A su vez, éste último tramo se une a una vía de 342 kilómetros que une Mauritania, Mali y Senegal. Por lo tanto, éste tramo ayudará a Nuakchott a reactivar la economía del país, sobre todo porque conectará las ciudades del norte y del sur, completará la conexión de la red de carreteras que se extiende desde la ciudad de Zuérat hasta el extremo norte, contribuirá al desarrollo de la producción y permitirá la complementariedad del Magreb a través del eje Tidjikja-Atar-Zuérat y Tinduf pero también con África a través del otro eje Sélibabi-Bamako, que facilitará el comercio y el transporte de mercancías. Se espera que esto ayude a Mauritania a abandonar la dependencia de Rabat y a posicionarse con contundencia en el conflicto saharaui.
Al hilo de lo anterior, sabiendo de las intenciones de Marruecos desde hace años, para el Frente POLISARIO el solo hecho de haber mantenido una tensión bélica en el sur del territorio, hubiera disuadido a inversores extranjeros en busca de minerales o el establecimiento de rutas comerciales efectivas y seguras como la de El Guerguerat. Mientras Argelia y Mauritania excluyen a Marruecos de las rutas transaharianas y norteafricanas para desbaratar la artimaña ilegal de El Guerguerat, la RASD no lleva a cabo acciones militares en esta zona desde Enero de 2021, por entonces cuatro misiles tierra-aire lanzados por el ELPS el 21 de Enero paralizaron la actividad del paso fronterizo ilegal y cortaron el suministro eléctrico temporalmente.
Cabe destacar que la artificial e ilegal ruta marroquí en El Guerguerat se encuentra en una zona de guerra abierta a cualquier eventualidad. Si la manifestación pacífica de ciudadanos saharauis que logró bloquear la carretera de El Guerguerat durante 24 días provocó pérdidas millonarias a Marruecos obligándole a desviar buques y camiones al puerto de Dajla ocupada, ¿De cuántas pérdidas estaríamos hablando si la paralización de la actividad mercantil y aduanera de la brecha, que se ha convertido en interés vital para Rabat, fuera indefinido?
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