RSF: El régimen marroquí persigue a la prensa para ponerla a sus órdenes


Marruecos baja nueve puestos, hasta el 144, en la clasificación Mundial de la Libertad de Prensa y forma parte de los 42 países en los que el ejercicio del periodismo se encuentra en una “situación difícil”.

El Sáhara Occidental, la monarquía, la corrupción y el islam, líneas rojas en Marruecos.

Acusaciones de violación, trata de personas, adulterio o la práctica ilegal del aborto se utilizan contra periodistas independientes.

Alfonso Lafarga.-

Madrid (ECS).- Marruecos ha bajado 9 puestos en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa correspondiente a 2023 de Reporteros Sin Fronteras y ha pasado del 135 al 144, en una lista de 180 países y territorios.

Según esta clasificación, que evalúa las condiciones en las que se ejerce el periodismo, Marruecos forma parte del los 42 países en los que el estado de la libertad de prensa se encuentra en una “situación difícil”.

El trabajo de los periodistas marroquíes “se ve torpedeado por las líneas rojas implícitas impuestas por el reino: el Sáhara Occidental, la monarquía, la corrupción y el islam”, lista a la que se suman las acciones de los servicios de seguridad, la gestión de la pandemia de la Covid-19 y la represión de las manifestaciones”.

Concreta RSF que “los periodistas independientes marroquíes sufren presiones constantes y el poder tiene como objetivo someter a la profesión y ponerla a sus órdenes”, y que “el pluralismo de la prensa marroquí no es más que una fachada, pues los medios no reflejan la diversidad de opiniones políticas que hay en el país”.

“Los medios y los periodistas independientes se enfrentan a graves presiones y el derecho a la información es arrollado por una maquinaria de propaganda y desinformación al servicio de la agenda política del poder y su entorno”, agrega el informe.

Las detenciones sin orden judicial y de forma prolongada están a la orden del día en Marruecos y, durante los últimos cinco años, “asuntos relacionados con la moral, como acusaciones de violación, trata de personas, adulterio o la práctica ilegal del aborto se han imputado a periodistas independientes”. Precisa RSF que los procesos que siguen a estas acusaciones “se acompañan de campañas de calumnias organizadas en su contra por los medios afines a las autoridades”.

Periodistas saharauis en prisión con graves condenas

RSF, que indica que en Marruecos hay 11 periodistas y 3 colaboradores de medios detenidos, no hace referencia expresa a la situación de la libertad de prensa en el Sáhara Occidental, el Territorio No Autónomo que Marruecos invadió a finales de 1975 tras ser entregado por España y que se encuentra pendiente de descolonización.

Actualmente hay siete periodistas saharauis cumpliendo graves condenas en cárceles marroquíes, la mayoría a más de 1.000 kilómetros del Sáhara Occidental, según fuentes del grupo periodístico saharaui Equipe Media.

Se trata de Abdalahi Lekhfauni, condenado a cadena perpetua, de Equipe Media; Hassan Dah, (25 años de cárcel), de RASD Tv y Radio; Mohamed Lamin Haddi (25 años), de RASD Tv y Radio; El Bachir Khada (20 años), de Equipe Media; Khatri Dadda (20 años), de Salwan Media; Mahmud Khambir (10 años) y Yahdih Essabi (2 años), de Gargarat Media. Varios de estos presos han realizado repetidas huelgas de hambre como única forma para denunciar las extremas condiciones de encarcelamiento, la tortura y malos tratos que padecen y reclamar que se les lleve a centros penitenciarios en el Sáhara Occidental, cerca de sus familias.

Con motivo del día mundial por la Libertad de Prensa, en la noche del 2 de mayo Hora 25, de la Cadena SER, que dirige Aimar Bretos, hizo un programa especial sobre la situación del periodismo y la comunicación a nivel mundial, en el que entrevistó a profesionales que han tenido que huir de sus países por temor a represalias.

Varios periodistas pusieron voz a colegas presos en diferentes partes del mundo. Nicolás Castellanos lo hizo con el fotoperiodista saharaui Khatri Dadda, del que dijo está condenado “por presuntos delitos basados, como siempre en el caso de los presos políticos saharauis, en confesiones bajo torturas o falsificadas”.

“No existe prensa libre en Marruecos, que persigue y encarcela con suma crueldad no solo a los saharauis en los territorios ocupados, sino a periodistas marroquíes que investigan temas molestos, como la corrupción o la Corona. Es el caso de Omar Radi y Suleiman Raisuni, a los que se les ha imputado delitos sexuales para que las ONG como Reporteros Sin Fronteras tengan más difícil defenderles”, añadió.

Aunque la organización central de Reporteros Sin Fronteras -de la que es secretario general el francés Christophe Deloire– no hace referencia en sus informes a los periodistas saharauis, en junio de 2019 la sección española de RSF presentó un detallado estudio sobre la libertad de prensa en el Sáhara Occidental, territorio que definió como “uno de los lugares más áridos del mundo para la información y el periodismo”. Denunció la persecución que sufren los periodistas saharauis por parte de Marruecos, que maneja con “mano de hierro” la información en el Sáhara Occidental, castiga “de forma implacable” el ejercicio del periodismo local y bloquea el acceso de los medios extranjeros.

De los 180 países de la clasificación de RSF, donde se dan las mejores condiciones para el ejercicio del periodismo es Noruega, al que siguen Irlanda, Dinamarca, Suecia, Finlandia y Países Bajos. Los últimos son Siria, Turkmenistan, Irán, Vietnam, China y finaliza la lista Corea del Norte.

Sobre España, que ha bajado al puesto 36 del 32 que ocupó el pasado año, RSF indica que “el clima de violencia contra los periodistas se ha relajado con la desactivación del conflicto catalán y no se ha visto tan afectado como en otros países en manifestaciones contra las restricciones de la pandemia”. “No obstante -agrega-, crece la polarización política en los medios, y persisten leyes y actuaciones judiciales cuestionables”.

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