¿Se está gestando un conflicto regional en el Oriente Medio?


Por Germán Gorraiz-Analista

Madrid (ESC).- Aprovechando los presuntos agujeros de seguridad en la Defensa Israelí provocados por el cisma entre los reservistas y Netanyahu, el brazo armado del grupo islamista Hamás, lanzó la mayor ofensiva militar desde el 2007 con la infiltración de decenas de sus miembros en localidades israelíes y el lanzamiento de millas de proyectiles contra amplias zonas, incluyendo Tel Aviv y Jerusalén, no siendo descartable que la ofensiva se extienda a la frontera libanesa y siria con la entrada en escena de Hezbolá y los miembros de la Brigada Fatemiyoun, milicia chií con dependencia orgánica de la élite de las Fuerzas Armadas iraníes o Pasdarán.

Israel habría dado a entender que dicha ofensiva le había sorprendido totalmente al estar celebrando sus fiestas de Otoño. Así, en declaraciones al Canal 12 israelí, el ex jefe de seguridad israelí Amos Yadlin, indicó que "ha habido una sorpresa de inteligencia y cuando te sorprenden, el precio siempre es alto", pero tras la sorpresa inicial de Hamás asistimos a la respuesta demoledora del Ejército Israelí, no siendo descartable la posterior extensión de dicho conflicto a todo el Oriente Próximo.

Netanyahu, sirviéndose de la dictadura invisible del temor al Tercer Holocausto, proceda de Hamás, de Hezbolá o de Irán, ha aprovechado la ocasión para declarar el Estado de Guerra (defensa de la seguridad de Israel) y desencadenar una demoledora ofensiva en la Franja de Gaza que le otorgue un incremento de la popularidad perdida por su pretendida reforma legal y le permita obviar el proceso judicial en el que está acusado de soborno, fraude y abuso de confianza.


Pero la Administración Biden intentará influir en Netanyahu para evitar un nuevo castigo asimétrico en Gaza que daría al traste con la entente entre EEUU, Israel, Emiratos Árabes y Arabia Saudí para un próximo ataque a Irán.

¿Se está gestando un conflicto regional en el Oriente Medio?

Tras los fiascos de Siria, Libia e Irak, la ofensiva de Hamás sería el nuevo cebo del plan maquiavélico esbozado por la alianza anglo-judía en 1960 para atraer tanto a Rusia como a China y provocar un gran conflicto regional que marcará el devenir de la zona en los próximos años y que sería un nuevo episodio local que se enmarcaría en el retorno al endemismo recurrente de la guerra fría entre EE.UU y Rusia.

Así, aprovechando que las reservas estratégicas de EE.UU están en máximos y que la industria del shale estadounidense ha conseguido remontar el vuelo debido al precio desbocado del crudo aunado con el desafío creciente a la hegemonía estadounidense que representa el coloso chino, el Pentágono habría diseñado la "Operación Persia". Tras ser acusado Irán de ser el instigador del ataque de Hamás, EE.UU se serviría de un inicial ataque sorpresa de Israel a Irán para iniciar una nueva Guerra en Oriente Medio con el doble objetivo de secar las fuentes energéticas de China y de remontar su índice de popularidad para ser reelegido en las futuras Elecciones Presidenciales del 2024.

Dicho conflicto podría involucrar a las tres superpotencias (EE.UU, China y Rusia) contando como colaboraciones necesarias a las potencias regionales (Israel, Siria, Egipto, Jordania, Irak, Arabia Saudita e Irán) y abarcaría el espacio geográfico que se extiende desde el arco mediterráneo (Israel, Siria y Líbano) hasta Yemen y Somalia con el objetivo confeso de diseñar la cartografía del Nuevo Oriente Medio.

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