Chahid Alhafed, 27 Enero de 2020.-(ECSAHARAUI)
Redacción Salem Mohamed/ ECS actualización.
De manera provisional, Nafaa Al-Mustafa asumió este lunes como nuevo jefe de la Seguridad y Documentación (Servicios de Inteligencia de la República Saharaui, RASD) al cual ha sido designado el ex ministro de defensa Abdalahi Lehbib como ministro. En un acto llevado a cabo en su sede en Chahid Alhafed, el antiguo jefe de este departamento entregó la cartera al nuevo inquilino, según ha podido recoger ECS.
La delegación que asisitio al acto de entrega tuvo la oportunidad de descubrir novedades en la estructura del organismo, tales como la dirección de estudios estratégicos, la dirección de prevención, la dirección de asuntos militares, el departamento G5, así como el departamento de formación... Pilares que dan al organismo las dimensiones que exige el momento y sus diversos desafíos.
Redacción Salem Mohamed/ ECS actualización.
De manera provisional, Nafaa Al-Mustafa asumió este lunes como nuevo jefe de la Seguridad y Documentación (Servicios de Inteligencia de la República Saharaui, RASD) al cual ha sido designado el ex ministro de defensa Abdalahi Lehbib como ministro. En un acto llevado a cabo en su sede en Chahid Alhafed, el antiguo jefe de este departamento entregó la cartera al nuevo inquilino, según ha podido recoger ECS.
La delegación que asisitio al acto de entrega tuvo la oportunidad de descubrir novedades en la estructura del organismo, tales como la dirección de estudios estratégicos, la dirección de prevención, la dirección de asuntos militares, el departamento G5, así como el departamento de formación... Pilares que dan al organismo las dimensiones que exige el momento y sus diversos desafíos.
Al-Mustafa fue jefe de divisiones dentro de la Unidad de Seguridad y Documentación y, en lo que respecta a la tarea, fue un veterano muy experimentado. El nuevo jefe de los Servicios de Inteligencia de la República Saharaui sustituyó al veterano Brahim Ahmed Mahmud, quien estaba en el cargo durante nueve años.
La eficiencia, demostrada con el transcurso del tiempo, de los Servicios de Inteligencia Saharauis en los últimos diez años, ha desbartado todos los planes del enemigo para desestabilizar la zona y crear el caos.
La política exterior del Frente Polisario emerge desde las sombras armadas de espionaje efectivo y, por el momento, ya ha logrado hasta interferir en planes de grandes potencias en la región. Su éxito no es nuevo.
Los servicios secretos saharauis lograron su liderazgo gracias a un cambio de casting impulsado por su ex director, que asumirá el cargo como Secretario General de la presidencia. Daba igual si se recurría al soborno y al chantaje, había que captar a los mejores para espiar en las cloacas del Sahel, Marruecos y en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. También cuentan con un dispositivo en el extranjero.
La Guerra del Sáhara Occidental (1976-1991) fue la mejor escuela posible para los servicios secretos. Estas unidades, tradicionalmente equipadas, lograron, no sólo nivelar su lucha contra todas las fuerzas occidentales que apoyaban a Marruecos en su guerra, sino decantarla a su favor. Hoy el puente de los espías vuelve a ser ruta de paseo noctámbulo, aunque el internet ha sustituido gran parte de sus trabajos.
La eficiencia, demostrada con el transcurso del tiempo, de los Servicios de Inteligencia Saharauis en los últimos diez años, ha desbartado todos los planes del enemigo para desestabilizar la zona y crear el caos.
La política exterior del Frente Polisario emerge desde las sombras armadas de espionaje efectivo y, por el momento, ya ha logrado hasta interferir en planes de grandes potencias en la región. Su éxito no es nuevo.
Los servicios secretos saharauis lograron su liderazgo gracias a un cambio de casting impulsado por su ex director, que asumirá el cargo como Secretario General de la presidencia. Daba igual si se recurría al soborno y al chantaje, había que captar a los mejores para espiar en las cloacas del Sahel, Marruecos y en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. También cuentan con un dispositivo en el extranjero.
La Guerra del Sáhara Occidental (1976-1991) fue la mejor escuela posible para los servicios secretos. Estas unidades, tradicionalmente equipadas, lograron, no sólo nivelar su lucha contra todas las fuerzas occidentales que apoyaban a Marruecos en su guerra, sino decantarla a su favor. Hoy el puente de los espías vuelve a ser ruta de paseo noctámbulo, aunque el internet ha sustituido gran parte de sus trabajos.
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