Por Lehbib Abdelhay/ECS
Madrid (ECS).- La Rioja es la segunda comunidad autónoma más pequeña de España. Apenas supera los 5.000 kilómetros cuadrados y está habitada por menos de 350.000 personas, siendo la menos poblada del país. Su capital es Logroño, una bonita ciudad del norte de España con bosques de pinos. Pero en las últimas semanas esta ciudad no se hizo famosa por su orilla del río Ebro, arbolado paisaje, por sus bellos barrios, sino por su acogida al líder saharaui, Brahim Ghali, donde continúa ingresado por covid en el Hospital San Pedro. En esta ciudad, muchos espías marroquíes, según reveló "EL MUNDO" acamparon sus anchas desafíando a la seguridad española.
El Ministerio del Interior de España ha destinado a varios agentes de la Policía para que hagan labores de vigilancia en los alrededores del hospital de San Pedro.
En Logroño los espías marroquíes, agentes dobles o triples, los miembros de los servicios secretos o mujabarat, como se dice en árabe, actúan a sus anchas, aprovechando la debilidad del Estado español, la fragmentación de sus identidades y partidos políticos y el silencio de sus élites frente a la crisis con Marruecos.
Los servicios de seguridad del Estado español han detectado que Marruecos ha desplegado sus antenas en Logroño. Pues Rabat tiene pilotado el recinto hospitalario de San Pedro, donde está ingresado el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. Desde que fue trasladado desde Zaragoza a la comunidad riojana, los servicios secretos del país magrebí han estado al cabo de la calle de todo lo que acontecía con su ingreso por Covid, según apuntan al periódico EL Mundo desde fuentes de la Inteligencia y de los servicios españoles (CNI).
Ghali, que actualmente se encuentra ingresado en el hospital, prestará declaración voluntaria ante el magistrado de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, el próximo día 1 de junio por las diferentes querellas presentadas por asociaciones pro marroquíes contra él. Según ha podido saber este medio, el hecho de que Ghali declare de forma voluntaria, acabó con la propaganda que viene haciendo Marruecos y sus altavoces en España desde que el 18 del mes pasado fue ingresado en Logroño.
Hay que tener en cuenta que con la actual Ley de Justicia Universal en la mano, la mayoría de estas querellas presentadas contra Brahim Ghali, por no decir todas, no se podrán tramitar y deberán ser archivadas o suspendidas.
Desde que el Secretario General del Frente Polisario y presidente de la RASD, Brahim Ghali, llegó a España, los servicios de inteligencia de Marruecos (DGED) acampan sus anchas en Logroño en flagrante violación de la soberanía de España. Por su parte la inteligencia española, el CNI (Centro Nacional de Información), ha desplegado sus dispositivos en el lugar para contrarrestar a los agentes marroquíes.
El régimen marroquí busca aislar al Frente Polisario impulsando unas denuncias ante el titular del juzgado central número 1 de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz. Hay al menos dos querellas refundidas en una en la que se denuncian delitos de genocidio y torturas. El juez, con el respaldo de la Fiscalía, no accedió a las peticiones de imposición de medidas cautelares contra el Ghali porque no aparece como autor directo de los supuestos delitos denunciados.
Además, ninguno de los testimonios que se han producido hasta la fecha en sede judicial le apuntan de forma directa como su torturador.
Desde que el Secretario General del Frente Polisario y presidente de la RASD, Brahim Ghali, llegó a España, los medios españoles, principalmente los de la derecha, a remolque de la propaganda marroquí, han llenado sus páginas de un cúmulo interminable de mentidas. Primero difundieron el bulo de la identidad falsa para entrar en España. Un hecho radicalmente falso, y luego advierten de una posible huida del líder saharaui. Ambos cosas han sido desmentidas.
Es difícil hacerse una idea frente a la difusión masiva de noticias interesadas y de todo tipo, a favor o en contra, que han invadido el espacio mediático español, casi impidiéndonos desenredar el trigo de la paja.
Lo que sabemos a ciencia cierta, según fuentes fiables de la Audiencia Nacional, es una serie de detalles, piezas que hay que colocar con paciencia, poco a poco, en un gran rompecabezas para ver el conjunto de esta tragicomedia.
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