''El equilibrio de poder no está a favor de Marruecos'' sentencia el presidente argelino, Abdelmajid Tebboune.

Houari A.

ECS. Argel. | Abdelmadjid Tebboune concluyó que los ciudadanos tienen derecho a odiar al Presidente de la República pero no a su propio país. En una extensa entrevista con el semanario francés Le Point, el Jefe de Estado recordó que el número de argelinos dentro de Daesh es insignificante en comparación con otros países vecinos y que lo mismo ocurre con los flujos migratorios ilegales. Tras señalar que Argelia "estaba al borde del abismo", el sucesor de Abdelaziz Bouteflika afirmó que en vísperas de la pérdida de este último "ya no había instituciones viables, solo los intereses de un grupo de la cleptocracia".

Tebboune admitió que su enfermedad "retrasó el programa de reforma" y que esto le permitió "hacer balance de su entorno más cercano y observar, con orgullo, toda la lealtad del ejército, con su jefe el Jefe de Estado Mayor Said Chengriha”. "Nos llamábamos todas las mañanas", dijo, y aseguró que en 2017 estaba "convencido de que Argelia se estaba estrellando contra el muro, que si continuaba la decadencia de las instituciones, también tendría un impacto no solo en el poder”. “Nos parecíamos cada vez más a una república bananera, donde todo se decidía en una villa en las alturas de Argel. Las instituciones se habían vuelto puramente formales, con la excepción del Ejército, que supo salvaguardar su estatus”, señaló.

En relación a los problemas que mantiene su hijo con la Justicia argelina, el Jefe de Estado reconoció que él y su familia habían pagado el precio de la lucha que había comenzado a librar contra el dinero sucio. "Esto es parte del riesgo del ejercicio del poder", apuntó, y explicó que "cuando el poder es corrompido por intereses personales, este se defiende a su manera". Por eso, prosiguió, "atacar este sistema puede volverse fatal y muy peligroso", sobre todo como "una parte de la administración, supuestamente neutral y al servicio de la ciudadanía, está al servicio de los lobbies de la cleptocracia, a la que erróneamente se denomina oligarquía porque no es más un grupo de ladrones.

Preguntado sobre un posible segundo mandato, Tebboune respondió sin rodeos que "no lo pensaba" por el momento, pero de todos modos dejó una ventana abierta: "Estamos apenas al comienzo de mi mandato". "Mi misión es poner de nuevo a mi país en pie, luchar contra los privilegios, reconstruir las instituciones y hacer que la República sea de todos", insistió, antes de subrayar, respecto a las manifestaciones semanales, que "todo argelino tiene derecho a expresarse pero que rechaza el dictado de una minoría."

Al explicar su enfoque que consistió en indultar a los presos, el Jefe de Estado señaló que su gesto fue "interpretado como una debilidad". “La gente pensó que estábamos contra la pared, se equivocaron”, y agregó: “Para mí, el manifestante y el policía que mantiene el orden público son hijos de la misma República. No tengo derecho a dejar que se enfrenten. Sobre todo porque los llamamientos a la violencia eran claros. Mientras estuviéramos en la etapa de las ideas, no hubo problema, pero los llamados a la violencia son otra cosa.''

Abdelmajid Tebboune, además, reprocha a los países occidentales, a los que no cita, ''garantizar una cobertura mediática excesiva en beneficio de una minoría que se presenta como mayoría”. “Algunos embajadores, lamentablemente, solo ven a esta minoría y solo viven con ella e ignoran a la mayoría de los argelinos, engañando a los países a los que pertenecen”, lamentó.

Respondiendo a una pregunta sobre los islamistas que corren el riesgo de obtener una mayoría en la próxima Asamblea, Tebboune indicó que "las leyes de la República se aplicarán al pie de la letra". Una advertencia apenas velada a Mokri, Bengrina y otros Djaballah en caso de que estos últimos intenten imponer su ideología. Para él, el Islam político "no ha bloqueado el desarrollo de países como Turquía o Túnez". El vecino de El-Mouradia no niega que "el peso del ejército es una realidad positiva, si no tuviéramos un ejército tan moderno y profesional, la situación en Argelia sería peor que en Libia o Siria", dijo.

El presidente de la República ha indicado que Argelia no espera ninguna reparación o compensación de Francia. “Respetamos tanto a nuestros muertos que la compensación económica sería una degradación. No somos un pueblo mendigo, somos un pueblo orgulloso y veneramos a nuestros mártires”, dijo, y precisó que ''se espera que Francia venga a limpiar los sitios de pruebas nucleares, una operación que va por buen camino”. Al pedirle que juzgue el trabajo del autor del informe sobre la reconciliación, Tebboune afirmó que Benjamin Stora "es un historiador que nunca se ha excedido, siempre cercano a la verdad", al tiempo que pidió "construir puentes sólidos entre los dos países de ahora en adelante porque, de lo contrario, nunca sucederá y nuestros países mantendrán siempre un odio mutuo”.

Volviendo a la cancelación de la visita de Jean Castex, el presidente confirmó que el enfado de la parte argelina vino motivado por la reducción del número de ministros que tienen que hacer el viaje con el primer ministro francés de diez a dos. “Cualquiera que pensó que se podía hacer de esta manera no sabe nada de Argelia ni de cómo trabaja bilateralmente. La pelota está en la cancha del gobierno francés para organizar otra reunión”, dijo, y agregó que “las relaciones no se construyen de soberano a soberano, sino de igual a igual.''

Hablando de la relación de balancín entre Argelia y Marruecos, Tebboune aclaró que "el papel honorable pertenece a Argelia" y que "la ruptura con Marruecos - y estoy hablando de la monarquía, no del pueblo marroquí que creemos - se remonta tanto tiempo que se convirtió en algo común”. Marruecos, continuó, ''siempre ha sido el agresor. Nunca atacaremos a nuestro vecino. Tomaremos represalias si somos atacados. Pero dudo que Marruecos lo intente, siendo el equilibrio de poder lo que es". Y decidió sin dudarlo de ninguna manera que: "Sí, las fronteras con Marruecos [que nos ataca a diario] permanecerán cerradas".

Tebboune, que asegura que "Argelia nunca permitirá que el norte de Mali se convierta en un santuario de terroristas", cree que la Liga Árabe ''debe reformarse por completo". "Cada país es libre de normalizar sus relaciones con Israel, pero Argelia no lo hará hasta que haya un estado palestino". Es en Túnez donde el presidente de la República irá primero, antes de volar a Rusia, Turquía, Italia y Qatar. "Para Francia, la invitación es mutua", concluyó el mandatario argelino. 

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