Por Lehbib Abdelhay /ECS
Madrid (ECS). - Esto es lo que reafirmó el presidente saharaui Brahim Ghali el 1 de diciembre, destacando que Marruecos ahora tiene dos opciones: la normativa defendida por la ONU basada en la organización de un referéndum de autodeterminación, o la solución negociada defendida por la Unión Africana en marzo de 2021, a saber, el relanzamiento de "conversaciones directas y francas sin condiciones previas" entre la RASD y Marruecos, respetando los artículos de su carta fundacional.
A la espera del relanzamiento del proceso político, el pueblo saharaui, decidido a continuar su lucha armada, ha intensificado los ataques armados. Desde la agresión marroquí en El Guerguerat, el Ejército de Liberación Saharaui ha infligido "grandes pérdidas humanas y materiales" al ejército de ocupación marroquí. Las pérdidas sufridas por el enemigo este año son "inconmensurables", recordó el presidente de la RASD a principios de diciembre en una declaración, citando, como ejemplo, una operación armada ejecutada por el ejército saharaui contra una base militar marroquí en el muro militar y que dejó 53 muertos entre los soldados marroquíes.
En el último año, Marruecos ha buscado sin éxito consolidar la ocupación del Sáhara Occidental a nivel internacional.
En el último año, Marruecos ha consolidado su ocupación en el Sáhara Occidental a nivel internacional acercando a alianzas en Oriente Medio y EE.UU. Un síntoma de su debilidad, ya que estas alianzas imperialistas le garantizan seguir eludiendo su responsabilidad en la antigua colonia española. Por la otra parte, el conflicto del Sáhara Occidental experimentó este último año nuevas victorias diplomáticas y un apoyo sin precedentes en todo el mundo después de la reanudación de la lucha armada hace poco más de un año tras la violación por parte de Marruecos del alto el fuego al cruzar y construir en una zona de amortiguación.
Desde la vuelta a las armas el 13 de noviembre de 2020, fecha en la que las autoridades de ocupación marroquíes rompieron el alto el fuego tras una agresión dirigida contra civiles saharauis en El Guerguerat, al extremo sur del Sáhara Occidental. Debido a lo anterior, la cuestión saharaui aparece cada vez más en la agenda de reuniones de organizaciones internacionales y encuentros bilaterales.
A lo largo del 2021, el Frente Polisario intensificó sus contactos y esfuerzos para recuperar los derechos arrebatados al pueblo saharaui, incluidos los de su soberanía permanente sobre sus recursos naturales explotados ilegalmente por la fuerza de ocupación apoyada por partes extranjeras, especialmente Francia, España y EE.UU. En este contexto, la cuestión saharaui obtuvo "una contundente victoria" gracias en particular a la anulación por parte del Tribunal General de la Unión Europea de dos acuerdos comerciales entre la UE y Marruecos porque fueron firmados sin el consentimiento del pueblo saharaui, cuyo representante legítimo es el Frente POLISARIO. Se trata por tanto de una decisión histórica del tribunal de la UE que ahora reconoce al Frente POLISARIO como el único representante legítimo del pueblo saharaui, un camino allanado por Mhamed Jadad años anteriores.
Marruecos en cambio, se ha sumergido en una sucesión de crisis diplomáticas con varios países, ausencia de paz regional, tensiones abiertas ... El fiasco político de Marruecos tras la declaración de Trump y la posterior e impotente firma de los acuerdos abrahámicos, que aún esperan desarrollarse plenamente debido a que han quedado supeditados al internacionalmente rechazado reconocimiento trumpista de la supuesta soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. Este fracaso, ha causado un estado de histeria colectiva en la diplomacia alauita, que ha iniciado frentes contra todo aquel que se ha opuesto a violar la legitimidad internacional usando para imponer sus objetivos la inmigración irregular, el chantaje económico, declaraciones amenazantes y la congelación de la cooperación bilateral.
A pesar del plan marroquí destinado a consolidar la ocupación del Sáhara Occidental a nivel internacional, el año 2021 estuvo marcado por un amplio apoyo a la causa saharaui en todo el mundo, ya que siendo una cuestión de descolonización en virtud de las resoluciones de Naciones Unidas, experimentando una amplia ola de solidaridad. Convencidos de la verdad y justicia de la causa saharaui, varios países anunciaron la reanudación de relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) como Perú que restableció el 8 de septiembre de 2021 sus vínculos con este Estado, marcando así otra nueva victoria para la República Saharaui y propiciando el terreno para otras: en la misma semana Bolivia anunció el fortalecimiento y profundización de las relaciones bilaterales. En Europa, a pesar de estar dominada por una política regional única, varios países como Dinamarca y Suecia reiteraron su deseo de reconocer a la RASD como estado.
Marruecos, un país regado de ayudas económicas y títere de Francia y EE.UU, se pensó fortalecido geopolíticamente tras sellar con Israel la normalización cuyo propósito solamente ha beneficiado a la agenda del país judío, empujado por EE.UU y los Acuerdos de Abraham para maximizar la ola de normalización con los estados árabes, extender la campaña anti-iraní de la Knesset por África y sumar países en la alianza contra Teherán y los Hermanos Musulmanes (El Islam Político). Ciertamente y sin miedo a equivocarnos, tras un año de normalización, solamente Israel y Trump han salido beneficiados en la medida en que no se han logrado los intereses marroquíes. Marruecos, a través de las instrucciones reales tras estallarle treinta años después la guerra del Sáhara Occidental, accedió apresurado y cegado a un acuerdo sin garantías. Ahora, el reconocimiento de la supuesta soberanía marroquí sobre territorios saharauis permanece en el limbo. Si la potencia norteamericana verdaderamente estuviera a favor, no tendría en reparos en repetir lo dicho por Trump que ni siquiera Francia ha apoyado.
En consecuencia, esto nos permite concluir que, lejos de una paz permanente en la región, los Acuerdos de Abraham entre Israel, Marruecos y los EE.UU no constituyen un paso hacia una paz duradera, y esto es debido a que incluyen precisamente la ocupación del Sáhara Occidental, causante de todas las crisis diplomáticas marroquíes desde su firma el pasado Diciembre.
Acostumbrado a implicar a terceros países en el contencioso del Sáhara Occidental, se ha vuelto en su contra, ahora ya no se trata de solo la ocupación de un territorio ajeno, sino que, torpemente, ha arriesgado sus intereses económicos, geopolíticos y comerciales inflamando el terreno político para el cual su escasa fuerza diplomática no está preparada, y esto se refleja en el hecho de entregarse plácidamente a alianzas contrarias a los intereses del pueblo marroquí para intentar ganar peso e influencia. Finalmente, ¿qué no estarás dispuesto a hacer para proteger tus puntos débiles?
Presión por negociaciones directas:
En el plano político, es innegable afirmar que el conflicto saharaui está viviendo nuevos desarrollos más allá de la diplomacia declaratoria. El nombramiento en octubre de 2021, tras más de dos años de espera, del italo-sueco Staffan de Mistura, como nuevo enviado personal del secretario general de la ONU para el Sáhara Occidental, aunque este nombramiento no es "un fin en sí mismo" y solo un ''medio'' para alcanzar una solución que prevea la autodeterminación del pueblo saharaui.
Desde el nombramiento del sucesor del alemán Horst Kohler que dimitió en mayo de 2019, muchos países, incluido Argelia, han seguido mostrando su apoyo a los esfuerzos de De Mistura, solicitándole que inicie negociaciones "directas" entre las partes en conflicto; Marruecos y el Frente POLISARIO, rechazando así el formato de las llamadas "mesas redondas" tras demostrarse que fue solo una maniobra dilatoria del régimen marroquí, que no muestra voluntad para concluir el proceso de descolonización de forma pacífica y conforme a la legalidad internacional que protege el derecho de los pueblos sometidos a dominación colonial a decidir sobre su futuro.
Esto es lo que reafirmó el presidente saharaui Brahim Ghali el 1 de diciembre, destacando que Marruecos ahora tiene dos opciones: la normativa defendida por la ONU basada en la organización de un referéndum de autodeterminación, o la solución negociada defendida por la Unión Africana en marzo de 2021, a saber, el relanzamiento de "conversaciones directas y francas sin condiciones previas" entre la RASD y Marruecos, respetando los artículos de su carta fundacional.
A la espera del relanzamiento del proceso político, el pueblo saharaui, decidido a continuar su lucha armada, ha intensificado sus ataques. Desde la agresión marroquí en El Guerguerat, el Ejército de Liberación Saharaui ha infligido "grandes pérdidas humanas y materiales" al ejército de ocupación marroquí.
Las pérdidas sufridas por el enemigo este año son "inconmensurables", recordó el presidente de la RASD a principios de diciembre en una declaración, citando, como ejemplo, una operación armada ejecutada por el ejército saharaui contra una base militar marroquí en el muro militar y que dejó 53 muertos entre los soldados marroquíes.
Aumento de la represión marroquí:
En cuanto a la situación de los derechos humanos en los territorios saharauis ocupados, en 2021 se registró una implacabilidad sin precedentes del ocupante marroquí, especialmente contra los activistas de derechos humanos, periodistas y mujeres. El caso de la activista Sultana Jaya y su familia en Bojador ocupado es el caso más preocupante e inquietante dada la indiferencia de la ONU.
La activista sufre desde hace un año junto a su familia un arresto domiciliario impuesto por Marruecos, y durante el mismo han llevado a cabo diversas formas de intimidación, torturas, violación, inyecciones forzadas, destrucción de mobiliario, amenazas y todo tipo de prácticas que atentan contra la dignidad humana. La inhumana situación en la que se encuentra Sultana Jaya ha causado que muchas oenegés internacionales lancen serias advertencias sobre el peligro que corre su vida, dada la situación de extrema vulnerabilidad e indefensión frente al aparato de represión marroquí.
Como es habitual año tras año, el ocupante continuó violando los derechos humanos en el Sáhara Occidental a los ojos de las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad. Durante este año, las autoridades saharauis, reputadas organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos, así como los grupos de apoyo al pueblo saharaui, lanzaron numerosos llamamientos y avisos para poner fin a la violencia permanente desplegada por el ocupante marroquí contra el pueblo saharaui.
En este sentido, se renovaron los llamamientos para ampliar el mandato de la MINURSO a la vigilancia de los derechos humanos en los territorios ocupados. Una vez más, el Consejo de Seguridad aprobó una infame resolución ampliando el mandato de la MINURSO, considerada totalmente desequilibrada por la sencilla razón de que no tuvo en cuenta los últimos acontecimientos en la región y no condenar al responsable de la violación del alto el fuego a pesar de que en el contenido de la propia resolución se detalla las acciones de cada parte durante los sucesos de El Guerguerat.
1 Comentarios
on a rien vue, il faut des preuves, sinon c'est que des mensonges
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