Argelia y Sudáfrica denuncian en el Consejo de Seguridad las terribles y reiteradas violaciones cometidas por Marruecos contra el pueblo saharaui.


Tensa discusión entre Argelia, Marruecos y Sudáfrica en un debate del Consejo de Seguridad de la ONU sobre las violaciones marroquíes en el Sáhara Occidental.

Salem Mohamed.

ECS. Nueva York. | La delegación de Argelia en Nueva York denuncian en el Consejo de Seguridad las terribles y reiteradas violaciones cometidas por la ocupación marroquí contra los derechos humanos en el Sáhara Occidental. Durante el debate público realizado por el Consejo de Seguridad, ayer 13 de abril, con el lema “Mujeres, Paz y Seguridad”, a iniciativa de la Presidencia rotatoria del Reino Unido, la delegación argelina destacó que el tema de la violencia sexual en zonas de conflicto requiere que la comunidad internacional, especialmente el Consejo de Seguridad, trate todos los casos con objetividad, sin criterios selectivos y debe ser condenada dondequiera que se produzca, así como quien la haya cometido, especialmente aquellas violaciones graves que se dan en áreas bajo ocupación extranjera.

En este sentido, la delegación argelina expuso los hechos revelados por una amplia coalición de oenegés que denunciaron las violaciones masivas y reiteradas por parte de las fuerzas de ocupación marroquíes en el Sáhara Occidental ocupado. Indicando que utilizan la violencia sexual como medio para intimidar a las defensoras de derechos humanos saharauis, como Sultana Jaya y Aminetu Haidar, por citar unos ejemplos.

La delegación de Argelia también señaló que estas violaciones también fueron denunciadas y registradas por la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los defensores de los derechos humanos, Marie Lawlor, alertando que estas violaciones sistemáticas requieren una mayor atención por parte de la comunidad internacional y los organismos especializados, aludiendo concretamente a la oficina de la Representante Especial del Secretario General sobre Violencia Sexual en Conflictos, Pramila Patten, como parte de su mandato.

La delegación argelina también destacó los esfuerzos realizados por el Estado argelino para empoderar a las mujeres y garantizar su protección contra cualquier comportamiento que le perjudique y atente contra su dignidad, de conformidad con las disposiciones de la Constitución argelina, que protege a las mujeres de todas las formas de violencia en todos los lugares y circunstancias, en el ámbito público y en el ámbito profesional y privado, reseñando el papel central de la mujer en la construcción de una sociedad sana y la importancia de su participación efectiva en los ámbitos político, económico y social.

En el contexto del derecho de réplica, la delegación marroquí no dudó, como es habitual, en subrayar la supuesta marroquinidad del Sáhara Occidental y atacar las instituciones del Estado argelino, la situación interna del país y la situación de los derechos humanos en Argelia. Además, el representante de Marruecos planteó la cuestión del presunto reclutamiento de niños saharauis en los campamentos de refugiados de Tinduf, demonizó a los defensores de los derechos humanos saharauis y a los líderes del Frente POLISARIO.

La sarta de calumnias vertidas no se quedaron sin respuesta por parte de la delegación argelina, que utilizó su derecho de réplica refutando certeramente las flagrantes acusaciones del representante marroquí que intentó engañar a la comunidad internacional con sus falsas acusaciones basándose en el viejo dicho "Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad'' que promete a los marroquíes. De hecho, él es el más afectado por eso.

La delegación argelina aclaró en primer lugar que las reiteradas denuncias falsas del presunto reclutamiento de niños saharauis en los campamentos de refugiados no son más que pruebas de los desesperados intentos marroquíes de convencer a algunos de la veracidad de sus fabricaciones, que son desmentidas periódicamente por los informes de Naciones Unidas, sus agencias y organizaciones no gubernamentales que visitan periódicamente los campamentos de refugiados de Tinduf por la sencilla razón de que no existen.

En este sentido, la delegación argelina destacó a modo de recordatorio, las declaraciones del portavoz del Secretario General de las Naciones Unidas, el pasado mes de enero, refutando categóricamente las falsas denuncias difundias por los medios de comunicación marroquíes sobre la supuesta presencia de niños soldados durante la visita del Enviado Personal a los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, sede del Gobierno saharaui en el exilio. Esta negación, añadió la delegación argelina, constituye un golpe a los desesperados y miserables intentos de Marruecos de desvirtuar la lucha legítima del pueblo saharaui a la luz de sus renovadas maniobras destinadas a desviar la visión de la comunidad internacional sobre la realidad del conflicto del Sáhara Occidental, que está vinculado a la persistencia de la ocupación marroquí.

La delegación argelina explicó al representante de Marruecos en particular que en lugar de caer en la propaganda y falsificar los hechos, hubiera sido mejor que prestara más atención a las condiciones de los niños marroquíes, que están agotados por el hambre y la pobreza, con altas tasas de abandono escolar y la propagación indebida de drogas en el entorno escolar. Estos niños inocentes que son utilizados por funcionarios marroquíes como herramienta diplomática para chantajear a los países vecinos mediante la organización de campañas de inmigración irregular, y son utilizados, contra su voluntad, como factor de promoción del turismo sexual ante el auge del fenómeno de abuso sexual infantil en Marruecos, hechos que son conocidos por el público y que son denunciados incluso por las oenegés marroquíes.

Por otro lado, el representante de Sudáfrica, por su parte, denunció la violencia sexual sistemática practicada por Marruecos en el Sáhara Occidental, lo que provocó la ofuscada reacción del representante de Marruecos, que, ante la falta de argumentos en su intervención para responder ante hechos probados, se limitó a describir las declaraciones del diplomático sudafricano como "inapropiadas y políticamente motivadas."

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