La trama de corrupción instigada por Marruecos en la UE; cientos de millones de euros para mantener la ocupación de un territorio

El descubrimiento de los intentos de Marruecos de influir de forma ilegal en las decisiones del Parlamento Europeo ha sido calificado por su presidenta, Roberta Metsola, como un “ataque a la democracia europea” por parte de “actores malignos ligados a países autocráticos”.

Por Lehbib Abdelhay

Madrid (ECS).- Pasan los días y la investigación por corrupción en el Parlamento Europeo se desplaza cada vez más hacia el Magreb. Más allá de Qatar, los investigadores belgas están interesados ​​en las redes de influencia (o injerencia) marroquí de Pier Antonio Panzeri, calificado como el "Sr. Marruecos del Parlamento Europeo" por los europarlamentarios. A diferencia de Qatar, aquí no se trata solo de alianza e imagen, sino también de un territorio ocupado y cientos de millones de euros en ayudas en juego. De hecho, Rabat tiene un gran interés en implicar a las instituciones europeas en su mal llamada "causa nacional"; la ocupación del Sáhara Occidental, según ha informado el diario belga Le Soir.

La trama de corrupción instigada por Marruecos en Bruselas está encabezada, del lado europeo, por el eurodiputado socialista italiano Pier Antonio Panzeri, que durante años ostentó la presidencia de las subcomisiones del Magreb y de los derechos humanos en el Parlamento Europeo. Su interlocutor era Abderrahim Atmoun, actual embajador marroquí en Polonia, pero en 2019 el agente Mohamed Belahrech tomó el relevo del diplomático, según reveló hoy El Confidencial.

El escándalo "Marocgate" se está convirtiendo en un auténtico "juego de espías". Con un protagonista principal: los Servicios de inteligencia de Mohamed VI (L'DGED). Es decir, el servicio secreto marroquí. Y una serie de coprotagonistas: El ministro de la Justicia belga, Vicent Van Quickenborne, reveló el miércoles pasado que la Seguridad del Estado había trabajado en este asunto "con socios extranjeros" a los que no nombró. 

Según el rotativo español, esas agencias de inteligencia extranjeras que colaboraron con los belgas fueron las de Italia, Polonia, Grecia, Francia y España. Estas dos últimas aportaron a la investigación, entre otros elementos, su conocimiento de Mohamed Belahrech.

Una red de corrupción paneuropea descubierta por los servicios secretos belgas

En el caso de Marruecos, el trasfondo es la ocupación del Sáhara Occidental, los flujos migratorios y los acuerdos comerciales con la UE. Marruecos quiere que la Unión Europea no se interponga en el camino de su ocupación de la antigua colonia española y también pretende tener el menor número de problemas posible desde su punto de vista sobre los flujos migratorios. A través de una trama formada por tres italianos: Panzeri, Cozzolino (MEP) y Giorgi, Marruecos consiguió influir en las decisiones de Bruselas. Para los medios de comunicación griegos podría haber alrededor de sesenta nombres involucrados en el "Qatargate" dentro del Parlamento Europeo.

Sin embargo, el más activo en la búsqueda de "influencia" de los países árabes dentro de la UE es Marruecos. Reuniones, viajes y cenas con los más altos mandos de los servicios secretos de Rabat, son una constante de este juego. En un principio, de hecho, los tres funcionarios europeos estaban a cargo de un oficial de la DGED, destinado en Rabat, la capital del país norteafricano. Se trata de Belharace Mohamed, quien también pudo contar con la intermediación de un diplomático afincado en Varsovia: Abderrahim Atmoun. Prueba de que se trata de una mafia en toda regla. Toda la información fue recopilada inicialmente por VSSE, es decir, por los servicios secretos de Bélgica. En la orden de detención, de hecho, se informa de los análisis de la inteligencia de Bruselas: los tres funcionarios colaboran con los servicios secretos marroquíes, "de eso no hay duda", según confirman desde el diario italiano La Repubblica.

El papel del diplomático marroquí que se mueve a lo largo del eje Varsovia-Bruselas es central. Al final, todos reciben órdenes de él. Pero hay un eslabón aún más importante en esta cadena que ha despertado sospechas en torno al Parlamento Europeo: Yassine Mansouri, el propio director general de la DGED. Los tres funcionarios europeos se reunieron con él en Marruecos. Cozzolino por ejemplo, lo hizo varias veces y al menos una vez en Marruecos, en 2019. Según la fiscalía belga, en efecto, un oficial de la inteligencia marroquí reservó dos billetes de avión en el vuelo Alitalia Casablanca-Roma el 2 de noviembre de 2019 y luego de Roma-Nápoles. Sin embargo, los "espías" belgas tienen una duda al respecto: no saben con certeza si Cozzolino realmente viajó en ese avión. Pero en la descripción que hacen los magistrados parece casi una cautela más que una duda. Tanto es así que, siempre de acuerdo a los servicios secretos de Bélgica, afirman que Panzeri también viajó a Marruecos para reencontrarse con el propio Mansouri. En este caso fue en julio de 2021.

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