Por Lehbib Abdelhay
Madrid (ESC).- El pasado jueves 21 de Septiembre, Rusia anunció que prohibía todas las exportaciones de gasolina y diésel excepto para los miembros de la Unión Económica Asiática, con el fin de proteger el mercado interior. Una medida que tendrá un impacto negativo afectando muy particularmente a Marruecos, que representó el 13% de sus importaciones en el primer semestre del presente año.
Aunque la medida no tendrá repercusión en la UE, donde su compra está vetada, pese a ello, muchos países europeos se abastecían del mismo, entre ellos España a través de Marruecos, que generó un escándalo el pasado Abril.
A finales del año pasado Marruecos empezó a importar entre 50.000 y 100.000 barriles de combustible diarios procedentes de Rusia, equivalente a más de siete millones de litros de carburante al día.
De hecho, Rusia reemplazó a algunos proveedores de petróleo tradicionales de Marruecos, como Arabia Saudí. Entre enero y marzo de este año, llegaron a los puertos españoles cargamentos de diésel que despertaron las sospechas por su trayectoria: eran barcos que cargaron en Primork, Rusia, y partieron hacia Tánger (en Marruecos), acreditando que el origen del combustible transportado era saudí.
Las importaciones del diésel de Rusia representan más del 10% del total de las importaciones de Marruecos de este combustible, por lo que la medida sorpresiva de Moscú sobre la prohibición de la venta de diésel tendrá un efecto negativo sobre la factura energética de Marruecos.
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