Bojador, 25/01/2017 - EFE - El Confidencial Saharaui.
Según informó ayer la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (archipiélago español en el Atlántico), el ingeniero saharaui Tateh Lehbib Breica, alumno de su máster de eficiencia energética, tenía inicialmente la idea de utilizar botellas de plástico desechadas para construir un tejado “verde”, adaptado a las condiciones del desierto.
Sin embargo, Breica se dio cuenta de que la forma circular del tejado podía darle problemas y pensó en qué podía hacer con la gran cantidad de botellas que había acumulado, cuya finalidad era, en un principio, albergar cultivos de plantas.
“Entonces recordé un documental que había visto durante la universidad sobre construcción con botellas de plástico y pensé: ¿Por qué no intentarlo?”, relata este ingeniero de 27 años, nacido y criado en el campamentos de refugiados de Auserd. Su idea fue rellenar las botellas de arena y utilizarlas como ladrillos para construirle una casa a su abuela, con paredes más gruesas que las de ladrillos de barro y forma circular.
El resultado fue una casa más resistente y con mayor aislamiento que las tradicionales de adobe, que sufren graves daños como consecuencia de las fuertes lluvias que azotan de forma periódica al desierto del Sahara, como la tormenta que se produjo a finales de 2015, que destruyó miles de hogares. “Además de tener una mejor resistencia estructural al agua, la casa circular de paredes gruesas también presenta un perfil más bajo para el viento y prueba ser mejor para que no entre el penetrante polvo y la arena de las tormentas de arena o ‘haboobs’”, destaca la universidad.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) reconoció la buena idea del joven Breica, que ahora trabaja para ella en la construcción de 25 casas con paredes de botellas de plástico llenas con arena en los cinco campamentos: Auserd, Bojador, Dajla, Smara y El Aaiún.
Campamentos saharauis.
- Un joven probó que las viviendas resisten más a la lluvia si se usan botellas de plástico llenas de arena en vez de adobe.
Según informó ayer la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (archipiélago español en el Atlántico), el ingeniero saharaui Tateh Lehbib Breica, alumno de su máster de eficiencia energética, tenía inicialmente la idea de utilizar botellas de plástico desechadas para construir un tejado “verde”, adaptado a las condiciones del desierto.
Sin embargo, Breica se dio cuenta de que la forma circular del tejado podía darle problemas y pensó en qué podía hacer con la gran cantidad de botellas que había acumulado, cuya finalidad era, en un principio, albergar cultivos de plantas.
“Entonces recordé un documental que había visto durante la universidad sobre construcción con botellas de plástico y pensé: ¿Por qué no intentarlo?”, relata este ingeniero de 27 años, nacido y criado en el campamentos de refugiados de Auserd. Su idea fue rellenar las botellas de arena y utilizarlas como ladrillos para construirle una casa a su abuela, con paredes más gruesas que las de ladrillos de barro y forma circular.
El resultado fue una casa más resistente y con mayor aislamiento que las tradicionales de adobe, que sufren graves daños como consecuencia de las fuertes lluvias que azotan de forma periódica al desierto del Sahara, como la tormenta que se produjo a finales de 2015, que destruyó miles de hogares. “Además de tener una mejor resistencia estructural al agua, la casa circular de paredes gruesas también presenta un perfil más bajo para el viento y prueba ser mejor para que no entre el penetrante polvo y la arena de las tormentas de arena o ‘haboobs’”, destaca la universidad.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) reconoció la buena idea del joven Breica, que ahora trabaja para ella en la construcción de 25 casas con paredes de botellas de plástico llenas con arena en los cinco campamentos: Auserd, Bojador, Dajla, Smara y El Aaiún.
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