Bruselas, 13 Marzo de 2020. -(ECSAHARAUI).
Por Lehbib Abdelhay/ECS Bruselas.
Activistas saharauis durante manifestación/ agencias
El 99% de la induraría de la pesca del Sáhara Occidental está en manos de compañías europeas (principalmente españolas, francesas y de Portugal), a pesar de que las leyes europeas prohíben expresamente cualquier propiedad o control extranjero sobre los recursos naturales del Sáhara Occidental. Esta es una de las principales conclusiones encontradas por una investigación de El Confidencial Saharaui que se ha publicado bajo el título (La flota Europea en el Sáhara Occidental. Un foco sobre las prácticas ilegales dentro del sector de la industria pesquera en el territorio).
Las compañías europeas, en su mayoría españolas, operan a través de empresas pantallas marroquíes. Utilizan estructuras corporativas opacas para importar sus buques, registrarse y obtener una licencia de pesca a través de las autoridades de ocupación marroquíes. El 90% de los buques de arrastre industrial con licencia de Marruecos son de origen europeo, y el 60% se enviarán directamente desde alta mar hacia el mercado europeo.
No hay cifras exactas de la flota que saquea las aguas adyacentes al Sáhara Occidental, pero puede ser el área más grande jamás explotada de forma ilegal del mundo. La industrial comercial del pescado comenzó en los años sesenta durante el colonialismo español, justo después de la independencia de la mayoría de los países de África. Pero ésta no despegó hasta los años 90 y 2.000, tras la construcción de muelles e instalaciones de procesamiento que pusieron el puerto del Marsa, en El Aaiún ocupado, a la vanguardia de la producción de pulpo y otras variedad de pescado. Hoy en día, el pulpo en conserva es la exportación más importante de la industria pesquera en el territorio ocupado y la producción ha aumentado más del 100% desde finales de los 90 y sigue uno de los temas más controvertido de la actualidad saharaui.
El desarrollo de esta industria, según WSRW, ha tenido como consecuencia que en la actualidad esté dominada por empresas europeas que se llevan todos los beneficios que produce. Por lo que, al final, la pesca industrial, en vez de ser un elemento para impulsar el desarrollo de la región del Sáhara Occidental, ha profundizado el expolio de los recursos marinos de la antigua colonia española.
En los últimos años la pesca y la agricultura se han convertido en la industria políticamente más sensible en la controversia del Sáhara Occidental, sobre todo por el acuerdo pesquero entre Marruecos y la Unión Europea, de 2006 que ha sido firmado ayer en Bruselas.
El acuerdo, enmarcado en un protocolo renovable anualmente, cuesta casi 52 millones de euros y da acceso al banco saharaui a más de cien barcos europeos.
Estos acuerdos son ilegales por una sencilla razón; "Las Naciones Unidas no le reconoce a Marruecos la soberanía del Sáhara Occidental, y porque no está claro que beneficie al pueblo saharaui". El 74% de la capacidad de la flota europea opera en aguas del Sáhara Occiental ocupado y el pueblo saharaui no ha sido consultado sobre el asunto.
Para muchos expertos y eurodiputados; está claro que Marruecos sólo quiere mantener los acuerdos pesqueros con Europa por una razón: legitimar la ocupación ilegal del Sáhara Occidental haciendo a la UE su cómplice en su comportamiento criminal.
El pescado se está desapareciendo de las aguas del Sáhara Occidental
Por Lehbib Abdelhay/ECS Bruselas.
Activistas saharauis durante manifestación/ agencias
El 99% de la induraría de la pesca del Sáhara Occidental está en manos de compañías europeas (principalmente españolas, francesas y de Portugal), a pesar de que las leyes europeas prohíben expresamente cualquier propiedad o control extranjero sobre los recursos naturales del Sáhara Occidental. Esta es una de las principales conclusiones encontradas por una investigación de El Confidencial Saharaui que se ha publicado bajo el título (La flota Europea en el Sáhara Occidental. Un foco sobre las prácticas ilegales dentro del sector de la industria pesquera en el territorio).
Las compañías europeas, en su mayoría españolas, operan a través de empresas pantallas marroquíes. Utilizan estructuras corporativas opacas para importar sus buques, registrarse y obtener una licencia de pesca a través de las autoridades de ocupación marroquíes. El 90% de los buques de arrastre industrial con licencia de Marruecos son de origen europeo, y el 60% se enviarán directamente desde alta mar hacia el mercado europeo.
No hay cifras exactas de la flota que saquea las aguas adyacentes al Sáhara Occidental, pero puede ser el área más grande jamás explotada de forma ilegal del mundo. La industrial comercial del pescado comenzó en los años sesenta durante el colonialismo español, justo después de la independencia de la mayoría de los países de África. Pero ésta no despegó hasta los años 90 y 2.000, tras la construcción de muelles e instalaciones de procesamiento que pusieron el puerto del Marsa, en El Aaiún ocupado, a la vanguardia de la producción de pulpo y otras variedad de pescado. Hoy en día, el pulpo en conserva es la exportación más importante de la industria pesquera en el territorio ocupado y la producción ha aumentado más del 100% desde finales de los 90 y sigue uno de los temas más controvertido de la actualidad saharaui.
El desarrollo de esta industria, según WSRW, ha tenido como consecuencia que en la actualidad esté dominada por empresas europeas que se llevan todos los beneficios que produce. Por lo que, al final, la pesca industrial, en vez de ser un elemento para impulsar el desarrollo de la región del Sáhara Occidental, ha profundizado el expolio de los recursos marinos de la antigua colonia española.
En los últimos años la pesca y la agricultura se han convertido en la industria políticamente más sensible en la controversia del Sáhara Occidental, sobre todo por el acuerdo pesquero entre Marruecos y la Unión Europea, de 2006 que ha sido firmado ayer en Bruselas.
El acuerdo, enmarcado en un protocolo renovable anualmente, cuesta casi 52 millones de euros y da acceso al banco saharaui a más de cien barcos europeos.
Estos acuerdos son ilegales por una sencilla razón; "Las Naciones Unidas no le reconoce a Marruecos la soberanía del Sáhara Occidental, y porque no está claro que beneficie al pueblo saharaui". El 74% de la capacidad de la flota europea opera en aguas del Sáhara Occiental ocupado y el pueblo saharaui no ha sido consultado sobre el asunto.
Para muchos expertos y eurodiputados; está claro que Marruecos sólo quiere mantener los acuerdos pesqueros con Europa por una razón: legitimar la ocupación ilegal del Sáhara Occidental haciendo a la UE su cómplice en su comportamiento criminal.
El pescado se está desapareciendo de las aguas del Sáhara Occidental
El pescado está desapareciendo de las aguas del Sáhara Occidental. En los últimos años, los habitantes de la costa saharaui, principalmente Dajla, han visto cómo ante sus ojos surgían una docena de fábricas, en su mayoría españolas, que convertían los peces en polvo. En concreto, en harina de pescado y es exportada principalmente a Alemania y España.
En Dajla, antigua Villa Cisneros y capital económica del Sáhara Occidental, los empresarios locales, todos son marroquíes, que se dedicaban a vender el pescado, conviven con empresarios europeos que acuden a la región para faenar ilegalmente en caladeros saharauis y sacar grandes cantidades de peces con los que alimentar los hornos de las fábricas de harina.
Lo que sale de esos hornos se exporta posteriormente a Occidente como pienso para granjas de cerdos y pollos. De una tonelada de pescado salen unos 200 kilos de harina llena de omega 3 que acaba en los estómagos de las gallinas en vez de terminar en los de la población local de la zona que lleva 43 años bajo la bota militar marroquí.
Con el crecimiento de la demanda de carne barata, la necesidad de harina de pescado se ha disparado. Pero lo que estas fábricas de polvo no tienen en cuenta es que la población a la que le arrebatan su bien más preciado también necesita comer y trabajar. Los barcos súper arrastreros europeos captan millones de toneladas de pescado sólo para la harina.
Aún así, un número cada vez mayor de barcos se dedican a la pesca en las costas saharauis y la construcción de fábricas de harina de pescado en Dajla es ya imparable. Los dos elementos han acabado en una imparable caída del número de peces en el mar.
En Dajla, antigua Villa Cisneros y capital económica del Sáhara Occidental, los empresarios locales, todos son marroquíes, que se dedicaban a vender el pescado, conviven con empresarios europeos que acuden a la región para faenar ilegalmente en caladeros saharauis y sacar grandes cantidades de peces con los que alimentar los hornos de las fábricas de harina.
Lo que sale de esos hornos se exporta posteriormente a Occidente como pienso para granjas de cerdos y pollos. De una tonelada de pescado salen unos 200 kilos de harina llena de omega 3 que acaba en los estómagos de las gallinas en vez de terminar en los de la población local de la zona que lleva 43 años bajo la bota militar marroquí.
Con el crecimiento de la demanda de carne barata, la necesidad de harina de pescado se ha disparado. Pero lo que estas fábricas de polvo no tienen en cuenta es que la población a la que le arrebatan su bien más preciado también necesita comer y trabajar. Los barcos súper arrastreros europeos captan millones de toneladas de pescado sólo para la harina.
Aún así, un número cada vez mayor de barcos se dedican a la pesca en las costas saharauis y la construcción de fábricas de harina de pescado en Dajla es ya imparable. Los dos elementos han acabado en una imparable caída del número de peces en el mar.
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