✍🏼 OPINIÓN | La fuerza no consiste en el envoltorio.

Por: Nayat Ahmed Abdeslam. / ECS. - 29/12/2020. 


Hoy más que nunca me acuerdo del harén en occidente de Fatima Mernissi. Del poder de la vestimenta para bien como para mal.



Veo mujeres envueltas en telas consideradas sumisas por otras que consideran una minifalda sinónimo de libertad .

Los envoltorios siempre fueron una buena táctica de marketing para vender, sino pregúntenlo a Zara que bien sabe maquillar el sufrimiento y la esclavitud en Asia pero a quien le importa? Importa más liberar a las mujeres musulmanas y sumisas, ¿verdad? 



Como feminista lo vivo a diario, y más cuando hablo de mis derechos en el Islam (ojo, no me refiero a los derechos wahabistas ni a las traducciones de misóginos avalados por el largo de su barba)

¿Cómo es posible que mi vestimenta tenga más credibilidad que mi persona, tanto en occidente como en mi país?

En realidad nosotras no importamos, pero sí nuestros envoltorios.

Desde el 13 de Noviembre no paro de ver envoltorios de alegres telas gritando libertad en manifestaciones, despidiéndose del latido sus corazones, preparándose para la guerra, agredidas y violados sus derechos en las calles de sus ancestros.



En realidad no me importa mucho ese envoltorio pero muchísimo lo que va dentro, y además me siento demasiado orgullosa de ellas.

Para mí son coraje, dignidad, valentía, lucha, refugio, amor.

El pueblo saharaui no debe olvidarse del sacrificio de sus mujeres, ni ahora ni después. No quiero que suceda con nosotras lo que ya sucedió con otras mujeres en otras luchas.

Escribo estas palabras con indignación hacía las mujeres que nos ven como sumisas pero más todavía hacia nuestros hombres. Esos hombres que solo nos ven como un sexo inferior, que solo nacimos para su bienestar o como incubadoras con patas.

Desde aquí les quiero recordar que nosotras somos vuestra seguridad y en mayúsculas.

En los débiles no se delega y vosotros delegáis en nosotras todo un país, en vuestra ausencia y presencia. Ninguna persona puede caminar sin su columna vertebral y nosotras somos la vuestra.

Me siento demasiado orgullosa de vosotras compañeras, las que estáis en los territorios ocupados, las de los campamentos de refugiados saharauis, las que estáis perdidas por el mundo, las que visten Melhfa y las que no la visten, las musulmanas y las ateas, las madres de saharauis y las no.

Ninguna sobra, el Sáhara nos une a todas.

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