Madrid, 03 Febrero de 2021. - (ECSAHARAUI)
Por Lehbib Abdelhay /ECS
Aminetu Haidar, Right Livelihood /AFP
La destacada activista saharaui, Aminetu Haidar, se encuentra junto al yerno de Donald Trump, Jared Kushner, compitiendo el Nobel de la Paz por el papel de éste último en las negociaciones de los acuerdos de normalización con Israel que llevaron al reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
Con su melhfa, lentes rectangulares y voz tranquila, la "Gandhi" del Sáhara Occidental pronto tendrá otro título, el de Nobel de la Paz.
La activista saharaui pro derechos es, según Reuters, una de los candidatos para el premio Nobel de la Paz debido a su activismo pacífico por un Sahara Occidental independiente, un derecho reconocido por las Naciones Unidas y los tribunales internacionales.
En 2019, Haidar, también presidente de la Instancia Saharaui contra la Ocupación Marroquí (ISACOM), recibió el Premio Nobel alternativo que otorga la Right Livelihood Foundation, uno de los premios más prestigiosos en el campo de los derechos humanos.
Nacida en El Aaiun el 24 de julio de 1967 en el Sáhara Occidental, entonces bajo el dominio español, la cofundadora del Colectivo de Defensores Saharauis de los Derechos Humanos (CODESA) organizó manifestaciones, documentó casos de tortura y lideró varias huelgas de hambre para concienciar sobre las violaciones sufridas por su pueblo.
Con apenas 20 años, Aminetu Haidar participó en una manifestación en 1987 a favor de un referéndum sobre la independencia del Sáhara Occidental. En dicha protesta, Haidar fue arrestada y desapareció durante cuatro años. La activista saharaui estaba recluida en régimen de aislamiento en una prisión secreta de los servicios secretos marroquíes.
“Mi familia no sabía si estoy viva o muerta. Nadie se atrevió a hacer la pregunta", dijo Haidar al diario suizo Le Temps en noviembre de 2020." Estos cuatro años de infierno y sufrimiento me abrieron los ojos al destino del Sáhara Occidental. Nunca dejaré de reclamar nuestros derechos, se lo debo a mis compañeros que murieron en la cárcel".
En 2005, de nuevo encarcelada tras una protesta, fue liberada un año después por presión de Estados Unidos y se le permitió viajar a España. Luego se embarcó en una gira por Europa, Estados Unidos y América Latina, donde recibió varios premios de derechos humanos.
En el año 2009, las autoridades de ocupación marroquíes se negaron a dejarla regresar al Sáhara Occidental y la deportaron a Canarias tras haberle confiscado el pasaporte.
Tras llegar al aeropuerto de Lanzarote, Haidar protagonizó una huelga de hambre durante un mes que posteriormente obligó a Rabat a permitirle regresar a su tierra. En 2015, presentó una solicitud de privación de la nacionalidad a las autoridades marroquíes.
"Haidar juega un papel clave en llamar la atención internacional sobre el conflicto del Sáhara Occidental, que durante mucho tiempo ha sido pasado por alto por la ONU, la UE y los medios de comunicación", según denunció The Right Livelhood Foundation.
En diciembre de 2019, Haidar criticó a la comunidad internacional por no hacer cumplir las decisiones judiciales relacionadas con la cuestión saharaui.
"Es por la complicidad de algunas potencias internacionales", denunció, apuntando principalmente a España y Francia. “Sin el apoyo de Europa, Marruecos no puede saquear, explotar los recursos naturales. Tampoco puede continuar su ocupación y vetar todas las resoluciones del Consejo de Seguridad", continúa Haidar.
“A pesar de las amenazas de muerte y el acoso sufrido por ella y sus hijos, Haidar lucha incansablemente por una solución política a uno de los conflictos más antiguos del mundo, esforzándose por inculcar las virtudes de la acción pacífica en las nuevas generaciones saharauis”, informa The Right Livelihood Foundation.
En septiembre de 2020, la fiscalía marroquí ordenó la apertura de una investigación contra ISACOM por "socavar la unidad territorial del reino".
En diciembre, ISACOM condenó la decisión de Donald Trump de reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental y pidió a la nueva administración estadounidense que "corrija este grave error".
Irónicamente, Aminetu Haidar compite por el Premio Nobel de la Paz junto a Jared Kuschner y su adjunto, Avi Berkowitz, por su papel en las negociaciones de los acuerdos de normalización con Israel que precisamente han llevado al reconocimiento de la soberanía marroquí del Sáhara Occidental.
El jurado del Comité Noruego de Nobel propone para Nobel de la Paz a Aminetu Haidar, por su pacífica trayectoria luchando por los derechos del pueblo saharaui, pero a su vez, un jurista estadounidense del Jurado propone a Jared Kushner, el arquitecto de la normalización de lazos de Israel con Marruecos que comprendía el ilegal reconocimiento del Sáhara Occidental como un territorio marroquí. El jurado por un lado desea premiar y reconocer la lucha de Aminetu Haidar y por otro lado; a la persona que instrumentaliza y obstaculiza su lucha solo para atribuirse una victoria en política exterior.
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