Por Sidi Maatala/ECS
Las graves tensiones en el norte de África entre Marruecos y el Frente Polisario por la soberanía sobre el Sáhara Occidental, un territorio inscrito en la agenda de la Cuarta Comisión de Naciones Unidas como una región no autónoma pendiente de descolonización, están llegando a su punto más delicado. El psado 7 de marzo los drones israelíes Heron (Sky Strikers) realizaron un ataque sorpresa contra un dirigente militar saharaui en la zona de Erni en Tifariti. El ataque mató al jefe de la Guardia Nacional saharaui y dejó herido a un oficial. En los útimos meses, varios activistas saharauis ya habían denunciado en sus cuentas de Facebook la presencia de este tipo de aviones no tripulados de fabricación israelí en los aeropuertos de Dajla y El Aaíun.
Nadie puede negar la existencia de un conflicto armado en la región del Sáhara Occidental y menos a una guerra abierta en curso entre el régimen marroquí y el pueblo saharaui representado por el Frente Polisario, y cada parte está aferrada a sus reivindicaciones sobre la antigua colonia española a pesar de todos los intentos de encontrar soluciones de compromiso como cualquier conflicto en cualquier región del mundo. El Frente Polisario está apoyado por Argelia y varios otros países de África y América Latina, mientras que Rabat cuenta con el apoyo total e incondicional de Francia, las monarquías del golfo y el Estado sionista, "Israel".
Se sabe que las relaciones marroquí-israelíes son excelentes, y es la relación más antigua entre Israel y un país árabe, y todos conocen la famosa historia aquella cuando Marruecos permitió al servicio de inteligencia israelí el MOSAD espiar la cumbre de la Liga Árabe en el año 1967, que se celebró en Marruecos durante la guerra árabe-israelí ... etc.
En medio de la preparación para cualquier emergencia a la luz del aferramiento de las dos partes del conflicto en el Sáhara Occidental a sus demandas y el fracaso del plan de Arreglo, Rabat continúa buscando apoyo militar adicional al otorgado por Francia, por ello y para este propósito, Israel proporcionó equipos militares avanzados, incluido drones de fabricación israelí (Heron), a pesar de que este tipo de aviones no tripulados no se utilizarán, en principios, contra el ejército saharaui, ya que Marruecos es completamente incapaz de utilizar este tipo de aviones militares que requieren un sistema integrado de comunicaciones y mando, especialmente un satélite de comunicaciones en órbita (GEO) a una altitud de 36 mil kilómetros y que Marruecos no tiene, de ahí la imposibilidad.
La capacidad del ejército marroquí para operar y dirigir drones en el campo de batalla por medio de GPS, es una guía de aficionados insuficiente en el campo militar por lo que la capacidad de entregar y recibir información entre el dron y el centro de mando en el mismo momento no es posible.
Por lo tanto, en el tema relacionado con drones, Marruecos no tiene más remedio que aumentar el costo del acuerdo. Como Israel ha hecho recientemente con Azerbaiyán, Marruecos también tendrá que permitir que Israel supervise personalmente el sistema de gestión de drones por parte de oficiales israelíes desde el interior del territorio marroquí.
En cuanto al apoyo otorgado por Francia, los próximos años serán testigos de una gran insuficiencia de este respaldo, debido a la cantidad de frentes que Francia abrió en “Libia, Mali, Siria, Irak, Líbano y últimamente en el Mediterráneo con Turquía, uno de los países cuya hegemonía y presencia en la región preocupa a París.
Por otro lado, estas transformaciones obligan al Frente Polisario y a los altos dirigentes del ejército saharaui a tomar en consideración un estudio en profundidad del estilo y táctica del ejército israelí en sus batallas en Gaza, Líbano, Azerbaiyán y Siria, porque la batalla en es en realidad directamente con los oficiales israelíes, no con los marroquíes.
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