Marruecos fracasó una vez mas frente a los saharauis.

Marruecos, atado entre atreverse a retraer sus relaciones con Israel, enfrentarse a la comunidad internacional u obligar a EE.UU a que controle sus salidas de tono.

Por Salem Mohamed y Taleb Alisalem /ECS

Madrid (ECS). - Desde que Trump reconociera en diciembre del año pasado a través de un tuit la soberanía marroquí de partes del Sáhara Occidental, un delirante Marruecos activó toda su maquinaría diplomática, política y propagandística para lograr más apoyos en esta línea.

Esfuerzos infructuosos que han arrojado cero resultados, pues hasta la fecha ningún país ha seguido el reconocimiento trumpista, ni siquiera sus aliados más acérrimos como Francia y España.

Mientras, un impotente Marruecos vendía la inauguración de consulados como un signo de ostentación. Consumado el hecho, el consulado dejaba de tener función efectiva alguna, pues en la mayoría de casos son edificios abandonados. El estoque final vino cuando EE.UU se retractó en enero y maniobró para no dejar mal a su aliado, alegando que el consulado iba a ser virtual, desde entonces no se sabe más nada.

Igualmente, desde Diciembre, Marruecos buscaba un pretexto para presionar a España, y lo ha encontrado en la hospitalización del presidente de la República Brahim Ghali en España, situación que ha aprovechado para canalizar su enfado con España, reprimido desde que estalló la guerra en noviembre pasado por la posición española frente a la descolonización del Sáhara Occidental.

Mientras Marruecos incumple sus obligaciones fronterizas con España, estado que le inyecta millonarias donaciones anuales para este propósito, pide a la justicia española que juzgue a Brahim Ghali. El ruido mediático acompaña a la retórica desafiante de Bourita, Ministro de Exteriores de Marruecos, al punto de no existir mínima diferencia entre ellos, lo que revela el fracaso de ambos y el estado de ''huida hacia adelante'' en el que se encuentra el régimen marroquí.

El rechazo internacional a la unilateral soberanía marroquí obtenida caritativamente a cambio de que Trump se atribuya una victoria bajo los Acuerdos de Abraham, ha dejado a Marruecos desnudo ante el tablero global, a EE.UU bloqueado y a Israel como daño colateral en modo ''standby'', dado que la plena extensión de las relaciones israelo-marroquíes está supeditada a la hoy negada marroquinidad del Sáhara Occidental. Nos queda un Marruecos atado entre atreverse a retraer sus relaciones con Israel, enfrentarse a la comunidad internacional u obligar a EE.UU a que controle sus salidas de tono. Sea lo que fuere, a la diplomacia marroquí le aguardan difíciles momentos.

Diplomacia anacrónica - consulados fantasma.

Marruecos quiso apostar por el “método Kushner” llevado a cabo en Israel, esta fórmula prometía legitimar la ocupación y cerrar casi de pleno el capítulo de la disputa sobre el territorio del Sáhara Occidental. 

La apertura de consulados en suelo saharaui y con bandera y promoción marroquí fue una apuesta que no solo le ha costado grandes sumas de dinero al Reino marroquí, ya que tuvo que pagar a una decena de países tercermundistas y con graves problemas financieros para que accedieran a saltarse la legalidad internacional y formalicen su presencia consular en el Sáhara Occidental reconociéndolo así como suelo Marroquí, sino que también le ha costado al reino su credibilidad frente a la opinión pública marroquí y árabe, al renunciar de forma clara a la tan aclamada causa palestina para reconocer a Israel como estado de pleno derecho y lograr así que un derrotado y saliente Trump reconociese, siempre a través de Twitter, la soberanía de Marruecos sobre los territorios saharauis.

Marruecos suponía que con el reconocimiento de Trump se iniciaría una avalancha de reconocimientos y para ello Nasser Bourita, ministro de Exteriores marroquí, preparaba sus tijeras para inaugurar las decenas de consulados que vendrían, como Trump, a reconocer su soberanía sobre el Sáhara y asi darle a Mohamed VI la soberanía que siempre soñó, la soberanía que nunca tuvo. 

Para desgracia del reino, esto nunca fue así, el reconocimiento de un Trump derrotado y perseguido por la justicia de su país, a penas tuvo afecto legal, EEUU congeló esta decisión y rápidamente dejo claro que su posición respecto al Sáhara Occidental siempre irá ligada a las Naciones Unidas y su apoyo, siempre será a los esfuerzos de la ONU, y su misión en el Sáhara Occidental. Recordemos que los esfuerzos de la ONU siempre ha ido en la dirección de realizar un referéndum de autodeterminación, y que su misión, tiene como único objetivo, la realización de este referéndum, por lo cual EEUU no solo se retractaba del reconocimiento que tanto le había costado al reino marroquí conseguir, sino que mostraba una postura clara en apoyo al referéndum. 

Fracaso y desolación.

Marruecos se ha visto completamente acorralado, por un lado, la legalidad internacional condena su presencia en el Sáhara Occidental y la califica de ocupación ilegal, por otro lado, un enfrentamiento armado que hostiga a sus Fuerzas Armadas de forma diaria y que amenaza seriamente su presencia en el territorio saharaui. 

La apertura de consulados no solo se había paralizado, sino que algunos países de la decena que habían abierto consulados en suelo saharaui, comenzaban a retractarse y cerrar de forma oficial estas oficinas fantasma. Una bofetada en toda regla a la diplomacia marroquí que tanto se había esforzado.

Por su lado, la Unión Europea se mantiene en su posición clásica, apoyo a las Naciones Unidas en lo que respecta al Sáhara Occidental y como novedad, un reconocimiento, nunca antes visto, del Frente Polisario como único y legítimo representante del pueblo saharaui, otro duro golpe que Marruecos sigue sin saber encajar, la pataleta del enfado por este echo, le llevó a cortar relaciones con Alemania, ignorando por completo esta última, las rabietas infantiles de un estado que no se cansa de hacer el ridiculo. 

Sentencia y jaque-mate.

En contra de todo pronóstico que la diplomacia marroquí haya podido augurar, sin duda esto no es lo que se esperaban, y para colmo y desgracia del Majzen la Unión Africana entraba en línea y pisando fuerte, sentenciando que es de suma urgencia unas negociaciones entre los dos estados enfrentados, la Republica Saharaui y el Reino de Marruecos, dejando claro una vez más, que su reconocimiento al estado saharaui es inamovible y que su apoyo a la soberanía del pueblo saharaui sobre sus tierras ocupadas, es indiscutible. 

Completamente hundido, en estos momentos el régimen marroquí se encuentra enfrentado a las Naciones Unidas, enrabietado con la Unión Europea e ignorando a la Unión Africana. 

Su enemistad con sus vecinos aumenta cada día más, sus continuos ataques mediáticos y políticos hacia Argelia, España y Mauritania no hacen más que alimentar una enemistad que se palpa cada vez más, arrinconando a un Marruecos completamente podrido por dentro estallando en protestas populares dia si y día también. 

Todo esto sin duda, es un claro indicio de una inminente derrota del régimen ocupante marroquí.

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