Marruecos pide que un juzgado declare que su servicio secreto no espió a Ignacio Cembrero


Por Lehbib Abdelhay

Madrid (ECS).- Mientras se desarrolla y se profundiza la investigación en Bruselas sobre el caso de los sobornos del Qatargate que implican a Rabat, se suma al escenario otro escándalo que involucra a Marruecos. El próximo 13 de enero de 2023 está previsto que se celebre en un Juzgado de Primera Instancia de Madrid el juicio por la demanda civil que Marruecos ha interpuesto contra el periodista español y especialista en el Magreb Ignacio Cembrero, siendo la cuarta denuncia del régimen alauí contra el citado informador por señalar a Marruecos por espiarle con el software israelí Pegasus. Un caso paradigmático en la que una víctima de espionaje que ha visto su intimidad y privacidad vulnerada acabe sentado en el banquillo por el quien le espió. Para ello, el régimen marroquí recurrió a un vestigio medieval del Código Civil como lo es la "acción de jactancia" con la que pretende acallar al periodista español en lo que no deja de ser una supuesta demanda civil encubierta.

Algo más de 200 teléfono móviles españoles fueron objetivo de los Servicios de Inteligencia de Marruecos, según reveló el 3 de mayo de este año el diario británico 'The Guardian'. Forbiden Stories, la asociación de 17 medios de comunicación que, en julio de 2021, sacó a la luz una primera lista de 10.000 móviles contaminados con Pegasus por los servicios marroquíes, se dispone ahora, en colaboración con un diario madrileño, a divulgar los nombres de los titulares de esos dos centenares de teléfonos españoles. Entre ellos, figuraban el de Aminatu Haidar, activista saharaui; Ali Lmrabet, 'youtuber' marroquí afincado en Barcelona y crítico con el régimen de su país, y el de el propio periodista Ignacio Cembrero.

Una larga investigación del consorcio Forbiden Stories reveló una vasta operación de espionaje llevada a cabo por los servicios marroquíes y dirigida, a través de Pegasus, a decenas de miles de teléfonos en Marruecos, Argelia, España y Francia... entre otros países europeos.

Entre los objetivos de esta operación se encuentran opositores, periodistas y políticos y militares extranjeros. En Argelia se atacaron miles de teléfonos (unos 6.000 móviles) y en Francia se espió incluso al presidente Emmanuel Macron, según reveló Le Monde.

Marruecos ha presentado numerosas demandas por "difamación" en Europa. Todos fueron rechazadas en Francia. En España se ha interpuesto una demanda contra el periodista Ignacio Cembrero, actual editor del diario El Confidencial. El juicio está previsto para el próximo 13 de enero en el Juzgado de Primera Instancia de Madrid.

Cembrero, conocido por sus brillante artículos sobre los viajes de Mohamed VI al extranjero, el conflicto del Sáhara Occidental y la precaria situación política y social en Marruecos que no agradan a las autoridades marroquíes, fue víctima de Pegaso y acusó directamente a Marruecos de haberlo espiado.

Esta no es una denuncia por difamación como las otras que ha interpuesto Marruecos en Francia. Según el diario El País, El régimen marroquí no se limita a reclamar que Cembrero demuestre que sus servicios secretos son responsables “del espionaje del que habría sido víctima” o, si no puede hacerlo, se retracte “enmendando y reconociendo su error”. Más grave aun, Rabat pretende que el juez dicte una sentencia en la que afirme categóricamente que Cembrero no ha sido “víctima de ningún acto de espionaje (malware Pegasus) del que sea responsable o haya cometido el Reino de Marruecos en su contra”. La petición resulta insólita porque el juez no ha investigado la existencia del supuesto espionaje y mucho menos su autoría, ya que eso es competencia de los juzgados penales y no civiles.

Marruecos no pide que se condene a Ignacio Cembrero como podría pensarse, pero quiere una sentencia judicial que afirme categóricamente que el periodista no fue "víctima de ningún acto de espionaje del que el Reino de Marruecos pueda ser responsable o que haya cometido contra él”, escribe El País.

El periódico califica esta solicitud como “insólita”. Marruecos no ha invocado la ley sobre el derecho al honor, ni interpuesto una demanda por difamación, ni exigido rectificación, al considerar que Ignacio Cembrero no habló en su calidad de periodista, sino como víctima de un supuesto espionaje.

Marruecos ha optado por un enfoque completamente diferente, denominado por ley “acción declaratoria negativa”. El rotativo español señala que en España este procedimiento recuerda a otro de la Edad Media que consistía en hacer callar a una persona que reclama un derecho que no le corresponde.

Cabe señalar que distintos medios de comunicación internacionales señalaron a Marruecos como responsable de usar Pegasus para espiar a periodistas franceses y opositores marroquíes asentados en Francia. Marruecos respondió denunciando por difamación a Le Monde, Radio France, L’ Humanité o France Médias Monde; además de Forbidden Stories y Amnia Internacional. Todas las demandas fueron inadmitidas por los tribunales de París en marzo pasado, con el argumento de que la libertad de expresión ampara a la prensa y la protección legal frente a la difamación puede ser esgrimida por los ciudadanos, no por los Estados. En España todas las demandas que interponga Marruecos siempre son admitidas y con el paso del tiempo cobran un enfoque más político que judicial.

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