- Con lo poco que tenían, estos días estamos viendo como las familias están comenzando a reconstruir y construir, pues la mayoría de los muros han quedado inservibles.
- Sigamos construyendo, pero temporalmente, porque no caigan los muros de adobe, si no el gran muro que el ocupante construyó.
Última actualización ,21 noviembre 2015 / 12:30h El C.S.
El Confiencial Saharaui , Agencias: POR :ALIA SIDATI.
El Confiencial Saharaui , Agencias: POR :ALIA SIDATI.
La ultima catástrofe que vivieron los saharuis.
Las ultima catástrofe que vivieron los saharauis, esas lluvias torrenciales que devastaron los campamentos de refugiados, han desolado, han derrumbado, han destrozado y hecho caer las casitas de adobe, las jaimas, los hospitales, las pequeñas tiendas; con ello los saharauis refugiados han esperado que amainase el tiempo, para recoger sus enseres, los pocos servibles.
Con lo poco que tenían, las familias están comenzando a reconstruir y construir, pues la mayoría de los muros han quedado inservibles. El ejército de liberación saharaui, está asistiendo a su población, magnánimo ejército, que con campañas, está haciendo adobe, por ejemplo, en la Wilaya de Dajla, una de las más devastadas y la más lejana. Hasta los pequeños refugiados, construyen y ayudan, a sus familias, ya que no tienen escuela donde acudir a educarse, si, se me olvidaba, las escuelas también han caído, y las que no, quedan con los muros quebrados.
Quebrados quedaron los muros, quebradas las viviendas, pero no la fuerza, no la tenacidad, no el convencimiento, no la esperanza y no la lucha diaria del saharaui refugiado; ese refugiado que después de cuarenta años, sigue construyendo con adobe, porque no le interesa que dure años, ni busca asentarse; ese saharaui, que construye con adobe, ya que sabe, que será una casa temporal, ya que volverá a su tierra, donde podrá construir con algo más duradero que el barro.
Ese saharaui, que caiga o no, su casa, lo considera un refugio, donde estará el tiempo necesario, hasta volver a su Saguía el Hamra y Río de Oro.
Estos días hemos vivido el miedo ante la desolación de las lluvias, pero también hemos visto la valentía, la valentía de esas madres, que cuidaban de sus pequeños y mayores, en la intemperie, en jaimas improvisadas en las alturas de las dunas; la valentía de esos soldados, que viendo a su población indefensa, acudían a evacuar a las familias saharauis, y después de ponerles a salvo. Hemos visto, la valentía del gobierno y pueblo Argelino, que una vez más, asiste, asiste al pueblo saharaui, con caravanas y medios efectivos, simplemente verles desfilar, hace que la piel se erice y los ojos se enrojezcan, de orgullo.
- Orgullo, del pueblo brasileño, el portugués, el italiano, el africano, el español, esos que, como siempre, no han tardado en asistir humanitaria y moralmente al pueblo saharaui. Pero las ayudas humanitarias, no son suficientes, no, para tantas familias que se quedaron sin hogar.
- Aun el orgullo se sigue sintiendo, porque también hay médicos, médicos solidarios que han viajado para cooperar, y médicos saharauis, que lo están dando todo día y noche por su población.
Es orgullo, ver cómo el saharaui sonríe, porque el adobe, no le importa, es necesario refugiarse de la intemperie, pero para el saharaui, que ante la adversidad sonríe, es más importante, la independencia, la autodeterminación, que le permitirá no ser refugiado, y construir en lo que por derecho le pertenece, donde el adobe no será el medio, donde la lluvia no desolará casas, donde ellos decidan, libremente; será su tierra, eso anhelan, eso esperan y eso será.
Sigamos construyendo, pero temporalmente, porque no caigan los muros de barro, si no el gran muro que el ocupante construyó; ese que la lluvia, no hace caer, y ese que no consigue aplacar el deseo del saharaui, que volverá a su tierra libre e independiente.
Las ultima catástrofe que vivieron los saharauis, esas lluvias torrenciales que devastaron los campamentos de refugiados, han desolado, han derrumbado, han destrozado y hecho caer las casitas de adobe, las jaimas, los hospitales, las pequeñas tiendas; con ello los saharauis refugiados han esperado que amainase el tiempo, para recoger sus enseres, los pocos servibles.
Con lo poco que tenían, las familias están comenzando a reconstruir y construir, pues la mayoría de los muros han quedado inservibles. El ejército de liberación saharaui, está asistiendo a su población, magnánimo ejército, que con campañas, está haciendo adobe, por ejemplo, en la Wilaya de Dajla, una de las más devastadas y la más lejana. Hasta los pequeños refugiados, construyen y ayudan, a sus familias, ya que no tienen escuela donde acudir a educarse, si, se me olvidaba, las escuelas también han caído, y las que no, quedan con los muros quebrados.
Quebrados quedaron los muros, quebradas las viviendas, pero no la fuerza, no la tenacidad, no el convencimiento, no la esperanza y no la lucha diaria del saharaui refugiado; ese refugiado que después de cuarenta años, sigue construyendo con adobe, porque no le interesa que dure años, ni busca asentarse; ese saharaui, que construye con adobe, ya que sabe, que será una casa temporal, ya que volverá a su tierra, donde podrá construir con algo más duradero que el barro.
Ese saharaui, que caiga o no, su casa, lo considera un refugio, donde estará el tiempo necesario, hasta volver a su Saguía el Hamra y Río de Oro.
Estos días hemos vivido el miedo ante la desolación de las lluvias, pero también hemos visto la valentía, la valentía de esas madres, que cuidaban de sus pequeños y mayores, en la intemperie, en jaimas improvisadas en las alturas de las dunas; la valentía de esos soldados, que viendo a su población indefensa, acudían a evacuar a las familias saharauis, y después de ponerles a salvo. Hemos visto, la valentía del gobierno y pueblo Argelino, que una vez más, asiste, asiste al pueblo saharaui, con caravanas y medios efectivos, simplemente verles desfilar, hace que la piel se erice y los ojos se enrojezcan, de orgullo.
- Orgullo, del pueblo brasileño, el portugués, el italiano, el africano, el español, esos que, como siempre, no han tardado en asistir humanitaria y moralmente al pueblo saharaui. Pero las ayudas humanitarias, no son suficientes, no, para tantas familias que se quedaron sin hogar.
- Aun el orgullo se sigue sintiendo, porque también hay médicos, médicos solidarios que han viajado para cooperar, y médicos saharauis, que lo están dando todo día y noche por su población.
Es orgullo, ver cómo el saharaui sonríe, porque el adobe, no le importa, es necesario refugiarse de la intemperie, pero para el saharaui, que ante la adversidad sonríe, es más importante, la independencia, la autodeterminación, que le permitirá no ser refugiado, y construir en lo que por derecho le pertenece, donde el adobe no será el medio, donde la lluvia no desolará casas, donde ellos decidan, libremente; será su tierra, eso anhelan, eso esperan y eso será.
Sigamos construyendo, pero temporalmente, porque no caigan los muros de barro, si no el gran muro que el ocupante construyó; ese que la lluvia, no hace caer, y ese que no consigue aplacar el deseo del saharaui, que volverá a su tierra libre e independiente.
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