Por Lehbib Abdelhay /ECS
ECS. Bir Lehlu. | El Presidente de la República Saharaui arribó hoy a los campamentos de refugiados saharauis tras casi seis meses de ausencia debido a su contagio por COVID-19, que le ha mantenido varios meses fuera del escenario debido al tratamiento y rehabilitación. Ghali ahora asoma a un nuevo escenario completamente distinto al que dejó el pasado Abril al principio de su calvario.
El Presidente de la República Saharaui y Secretario General del Frente Polisario ha regresado hoy 18 de Septiembre a la sede del gobierno en el exilio recuperando todas sus funciones presidenciales. Su última aparición fue el pasado 20 de Julio cuando ofreció un discurso a la nación con motivo de Eid Al Adha (Fiesta del Cordero).
Ahora, tras casi un periodo de seis meses ausente entre España y Argelia, pero muy presente en los medios, el mandatario saharaui regresa en unos momentos que están fraguándose cambios importantes en la causa nacional, la inminente sentencia del TJUE el próximo 29 de Septiembre sobre la explotación de los recursos saharauis, un nuevo jefe de la MINURSO y otro nuevo enviado del Secr. Gral. de la ONU para el Sáhara Occidental así como otro enviado de Argelia para el Sáhara Occidental con quien se reunió Ghali el día de ayer, y todo esto mientras la RASD gana fuerza en Latinoamérica (Perú y Bolivia).
La agenda del conflicto del Sáhara Occidental no es menos importante; la cuestión de descolonización se encuentra a punto de ser tratada en el Consejo de Seguridad de la ONU.
En el ámbito militar también supone un cambio sustancial ya que Brahim Ghali es el máximo jefe militar y, ciertamente, durante el periodo que ha estado convaleciente no se han desarrollado grandes operaciones armadas o alto valor estratégico, por lo que en este sentido se prevé un recrudecimiento de la misma con el propósito de llegar con fuerza a la reunión del Consejo de Seguridad.
Y es que durante su estancia hospitalaria, ha pasado de todo, directa o indirectamente, tanto en la región norteafricana y euromediterránea como en la causa saharaui: Asesinato de presidentes, ruptura de relaciones argelino-marroquíes, tensiones marroquíes con sus vecinos europeos y una Argelia que ha comenzado a edificar el futuro edificio de lo que será el Norte de África y el Magreb. También está la mala noticia de la muerte de quien fuera el jefe de los servicios secretos saharauis, Abdallahi Lehbib Balal, por Coronavirus y, más recientemente el consejero militar de la presidencia, Brahim Mahyub.
Brahim Ghali regresa y asoma la cabeza a un nuevo escenario radicalmente distinto al que existía cuando empeoró su salud hace cinco meses y medio. Un panorama candente y de momento favorable en el ámbito diplomático, pero que perfectamente puede escalar las hostilidades armadas sobre el terreno entre el Ejército saharaui y las fuerzas de ocupación marroquíes si no se cumple con la legalidad internacional.
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