Contra viento y arena: el español en el desierto.
Madrid, 22 abril de 2019. -(El Confidencial Saharaui).
Por Alfonso C. Cobo Espejo /En Archiletras
El viento de la Hamada mece / las palabras rotas / -y dulces-» dicen los primeros tres versos de La palabra dulce, del poeta Limam Boicha. Y así es el español que se escucha en los campamentos de refugiados saharauis, situados cerca de Tinduf, al oeste de Argelia: una mezcla entre palabras rotas y dulces. Porque, sí, para quienes no lo sepan, en el desierto del Sáhara hay un pueblo que tiene el español como uno de sus idiomas oficiales: el pueblo saharaui.
De acuerdo con un artículo publicado en el Centro Virtual Cervantes por Pilar Candela, profesora de Didáctica de Lengua en la Universidad de Murcia y responsable del proyecto de cooperación de español en los campamentos saharauis entre 1995 y 1999, la presencia del español entre los saharauis se remonta al siglo XV, época en que se firman los acuerdos de las tribus de los territorios de Sáhara Occidental con los Reyes Católicos, que culminan con la colonización definitiva de la zona en el siglo XIX.
Esta influencia lingüística alcanzó su cota más alta a lo largo del siglo XX, con la proclamación de Ifni y el Sáhara como provincias españolas.
Tras el abandono español de la colonia del Sáhara en 1975, parte de los saharauis permanecieron en los territorios del Sáhara Occidental, ocupado por Marruecos, y otros huyeron a Mauritania y Argelia, país este último donde se establecieron cinco campamentos de refugiados cerca de Tinduf: Auserd, Bojador, Smara, El Aaiún y Dajla. Desde entonces, y han pasado ya más de cuatro décadas, la población refugiada ha mantenido el español como un signo más de su identidad nacional. Se trata de la segunda lengua oficial de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), después del hassania, un dialecto del árabe.
Segunda lengua obligatoria
Actualmente, el español se estudia en todas las escuelas saharauis como segunda lengua y de manera obligatoria, desde 2.º de Primaria hasta el último ciclo de Secundaria, siguiendo el sistema educativo español, por lo que, de acuerdo con el último informe publicado por ACNUR, en marzo de 2018, hay algo más de 55.000 refugiados con edades comprendidas entre los 5 y los 17 años que están estudiando español en centros educativos de los cinco campamentos.
Tras el abandono español de la colonia del Sáhara en 1975, parte de los saharauis permanecieron en los territorios del Sáhara Occidental, ocupado por Marruecos, y otros huyeron a Mauritania y Argelia, país este último donde se establecieron cinco campamentos de refugiados cerca de Tinduf: Auserd, Bojador, Smara, El Aaiún y Dajla. Desde entonces, y han pasado ya más de cuatro décadas, la población refugiada ha mantenido el español como un signo más de su identidad nacional. Se trata de la segunda lengua oficial de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), después del hassania, un dialecto del árabe.
Segunda lengua obligatoria
Actualmente, el español se estudia en todas las escuelas saharauis como segunda lengua y de manera obligatoria, desde 2.º de Primaria hasta el último ciclo de Secundaria, siguiendo el sistema educativo español, por lo que, de acuerdo con el último informe publicado por ACNUR, en marzo de 2018, hay algo más de 55.000 refugiados con edades comprendidas entre los 5 y los 17 años que están estudiando español en centros educativos de los cinco campamentos.
En las escuelas saharauis, los materiales y recursos didácticos en español son elaborados por el Frente Polisario, organización responsable del gobierno de la RASD. Desde hace unos años, los libros de texto de la asignatura de Español, entre otras materias, se imprimen en un Centro de Impresión situado a cuatro kilómetros del campamento de Bojador.
Existe asimismo un Instituto Pedagógico donde se prepara a los maestros para su labor docente. Los maestros y profesores de español de los campamentos son saharauis. Adquieren los conocimientos necesarios a través de programas de formación de formadores.
Son programas financiados por ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas españolas. No obstante, el país que más contribuye a la conservación del español en los campamentos es Cuba, que colaboró desde el inicio en la puesta en marcha del área de educación y, desde 1977, acoge a miles de estudiantes saharauis para cursar estudios de bachillerato y universitarios.
A pesar de que estos avances son positivos, el sistema educativo está sufriendo un deterioro notable debido a la insuficiente cantidad de libros y material didáctico. Además, no resulta fácil retener a los profesores, que muchas veces se sienten frustrados por las malas condiciones en que tienen que desarrollar su labor docente: elevado número de niños y modestas asignaciones económicas, entre otras causas.
Pero el español no solo está presente en la enseñanza reglada.
Tal es el caso del Centro de Formación para Mujeres Olof Palme, en el campamento de El Aaiún, donde su directora de Administración, Fatma Brasim, explica que mujeres jóvenes saharauis realizan allí talleres de informática, fotografía, administración, etc. tanto en árabe como en español. Lo mismo sucede en la Escuela de Formación Audiovisual «Abidin Kaid Saleh», situada en el campamento de Bojador.
También se utiliza el español en los hospitales, ya que muchos de los profesionales saharauis han estudiado en Cuba y están en contacto con brigadas médicas españolas que visitan los campamentos regularmente para proveer de recursos los centros médicos. Así lo relata el doctor Mulay, urólogo que se formó en Cuba, que suele recibir al personal sanitario español y encargarse de las remesas de medicamentos que llegan de España.
Asimismo, la agencia de prensa Sáhara Press Service publica en español y la televisión saharaui, RASD-TV, emite en castellano y en hassania con subtítulos en español.
Fuera de los campamentos, otra iniciativa que ha contribuido, y mucho, a fortalecer los lazos con el idioma español es el programa «Vacaciones en Paz». Dicho programa consiste en acoger a un niño o niña saharaui cuya edad oscila entre los 8 y 13 años durante dos meses en verano.
Organizado por la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara Occidental y la Delegación española del Frente Polisario, cuenta con la participación de todas las comunidades autónomas y permite que los más pequeños puedan escapar de las insoportables temperaturas estivales en los campamentos.
El vínculo con el castellano es también literario. La Generación de la Amistad es un grupo de poetas y escritores saharauis que vive a caballo entre Cuba, los campamentos y España, y que publica sus obras en el idioma de Cervantes.
Algunos miembros destacados de esta generación son Ali Salem Iselmu, Bahia Mahmud Awah, Chejdan Mahmud, El Limam Boicha y Zahra Hasnaui. Escriben textos comprometidos con la situación de su pueblo, tanto en prosa como en verso. Combatiendo el sol ingrato del desierto, el lento paso del tiempo y el viento del siroco, nacen sus historias, hechas de palabras rotas y dulces.
Bucharaya Beyun, ministro de Educación y Enseñanza de la RASD.
«Estamos haciendo más por mantener vivo el español en el Sáhara Occidental que el Instituto Cervantes»
El 25 de noviembre, en una jaima de Bojador, en Tinduf (Argelia), el ministro de Educación y Enseñanza saharaui, Bucharaya Beyun, conversa con
Archiletras sobre la situación del español en los campamentos de refugiados.
El político explica que el español, como segunda lengua, es asignatura obligatoria en los campamentos hasta Secundaria. Sin embargo, una vez llegados a Bachillerato, los estudiantes no pueden continuar su formación allí y la mayoría se marcha a Argel. Esto provoca, en muchos casos, el olvido del español.
A propósito de esto, Bucharaya Beyun lamenta la ausencia de políticas educativas por parte del Gobierno español.
La relación es más fluida con Cuba, país al que pueden acudir para realizar el Bachillerato y los estudios universitarios. No obstante, «el traslado hasta este país es complicado porque separa aún más a las familias. Por ello, sería ideal poder formarse en España», sostiene Beyun. El máximo responsable educativo saharaui está trabajando con algunas comunidades autónomas españolas para cambiar esta situación.
Actualmente, desde España, solo existen algunos convenios con universidades, ayuntamientos y diputaciones para becar los estudios universitarios y para realizar formación de formadores en los campamentos.
Beyun aprovecha para recordar una vieja petición: la necesidad de un Aula Cervantes en los campamentos. «Estamos haciendo nosotros más por mantener vivo el español en el Sáhara Occidental que el Instituto Cervantes. Desde el Ministerio, estamos intentando hablar con Luis García Montero, una persona comprometida con la causa saharaui, pero no está siendo fácil. Tenemos siempre el impedimento del Ministerio de Asuntos Exteriores, del cual depende el Cervantes», afirma.
El Polisario conversó en su día con Carmen Caffarel, directora del Cervantes de 2007 a 2012, pero el mensaje entonces era que no había presupuesto. «Tiempo después, ofrecieron abrir un centro en Tinduf, pero éste no sería para los saharauis que viven en los campamentos, sino para los argelinos», sostiene el ministro.
Existe asimismo un Instituto Pedagógico donde se prepara a los maestros para su labor docente. Los maestros y profesores de español de los campamentos son saharauis. Adquieren los conocimientos necesarios a través de programas de formación de formadores.
Son programas financiados por ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas españolas. No obstante, el país que más contribuye a la conservación del español en los campamentos es Cuba, que colaboró desde el inicio en la puesta en marcha del área de educación y, desde 1977, acoge a miles de estudiantes saharauis para cursar estudios de bachillerato y universitarios.
A pesar de que estos avances son positivos, el sistema educativo está sufriendo un deterioro notable debido a la insuficiente cantidad de libros y material didáctico. Además, no resulta fácil retener a los profesores, que muchas veces se sienten frustrados por las malas condiciones en que tienen que desarrollar su labor docente: elevado número de niños y modestas asignaciones económicas, entre otras causas.
Pero el español no solo está presente en la enseñanza reglada.
Numerosas asociaciones y ONG desarrollan actividades y talleres en español en los campamentos.
Tal es el caso del Centro de Formación para Mujeres Olof Palme, en el campamento de El Aaiún, donde su directora de Administración, Fatma Brasim, explica que mujeres jóvenes saharauis realizan allí talleres de informática, fotografía, administración, etc. tanto en árabe como en español. Lo mismo sucede en la Escuela de Formación Audiovisual «Abidin Kaid Saleh», situada en el campamento de Bojador.
También se utiliza el español en los hospitales, ya que muchos de los profesionales saharauis han estudiado en Cuba y están en contacto con brigadas médicas españolas que visitan los campamentos regularmente para proveer de recursos los centros médicos. Así lo relata el doctor Mulay, urólogo que se formó en Cuba, que suele recibir al personal sanitario español y encargarse de las remesas de medicamentos que llegan de España.
Asimismo, la agencia de prensa Sáhara Press Service publica en español y la televisión saharaui, RASD-TV, emite en castellano y en hassania con subtítulos en español.
Fuera de los campamentos, otra iniciativa que ha contribuido, y mucho, a fortalecer los lazos con el idioma español es el programa «Vacaciones en Paz». Dicho programa consiste en acoger a un niño o niña saharaui cuya edad oscila entre los 8 y 13 años durante dos meses en verano.
Organizado por la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara Occidental y la Delegación española del Frente Polisario, cuenta con la participación de todas las comunidades autónomas y permite que los más pequeños puedan escapar de las insoportables temperaturas estivales en los campamentos.
El vínculo con el castellano es también literario. La Generación de la Amistad es un grupo de poetas y escritores saharauis que vive a caballo entre Cuba, los campamentos y España, y que publica sus obras en el idioma de Cervantes.
Algunos miembros destacados de esta generación son Ali Salem Iselmu, Bahia Mahmud Awah, Chejdan Mahmud, El Limam Boicha y Zahra Hasnaui. Escriben textos comprometidos con la situación de su pueblo, tanto en prosa como en verso. Combatiendo el sol ingrato del desierto, el lento paso del tiempo y el viento del siroco, nacen sus historias, hechas de palabras rotas y dulces.
Bucharaya Beyun, ministro de Educación y Enseñanza de la RASD.
«Estamos haciendo más por mantener vivo el español en el Sáhara Occidental que el Instituto Cervantes»
El 25 de noviembre, en una jaima de Bojador, en Tinduf (Argelia), el ministro de Educación y Enseñanza saharaui, Bucharaya Beyun, conversa con
Archiletras sobre la situación del español en los campamentos de refugiados.
El político explica que el español, como segunda lengua, es asignatura obligatoria en los campamentos hasta Secundaria. Sin embargo, una vez llegados a Bachillerato, los estudiantes no pueden continuar su formación allí y la mayoría se marcha a Argel. Esto provoca, en muchos casos, el olvido del español.
A propósito de esto, Bucharaya Beyun lamenta la ausencia de políticas educativas por parte del Gobierno español.
La relación es más fluida con Cuba, país al que pueden acudir para realizar el Bachillerato y los estudios universitarios. No obstante, «el traslado hasta este país es complicado porque separa aún más a las familias. Por ello, sería ideal poder formarse en España», sostiene Beyun. El máximo responsable educativo saharaui está trabajando con algunas comunidades autónomas españolas para cambiar esta situación.
Actualmente, desde España, solo existen algunos convenios con universidades, ayuntamientos y diputaciones para becar los estudios universitarios y para realizar formación de formadores en los campamentos.
Beyun aprovecha para recordar una vieja petición: la necesidad de un Aula Cervantes en los campamentos. «Estamos haciendo nosotros más por mantener vivo el español en el Sáhara Occidental que el Instituto Cervantes. Desde el Ministerio, estamos intentando hablar con Luis García Montero, una persona comprometida con la causa saharaui, pero no está siendo fácil. Tenemos siempre el impedimento del Ministerio de Asuntos Exteriores, del cual depende el Cervantes», afirma.
El Polisario conversó en su día con Carmen Caffarel, directora del Cervantes de 2007 a 2012, pero el mensaje entonces era que no había presupuesto. «Tiempo después, ofrecieron abrir un centro en Tinduf, pero éste no sería para los saharauis que viven en los campamentos, sino para los argelinos», sostiene el ministro.
*Este artículo sobre el español en los campamentos saharauis es uno de los contenidos del número 2 de la publicación trimestral impresa Archiletras / Revista de Lengua y Letras, disponible en quioscos y librerías.