Bojador, 16 mayo de 2019. -( El Confidencial Saharaui)
Por Elhadj Mohamed Lamin/ECS. Corresponsal en los campamentos.
Los campamentos saharauis se encuentran en una situación crítica en cuanto al uso de agua potable a causa de la mala gestión por parte de las autoridades competentes. La mala calidad en que se encuentran la flota ha ocasionado que la población desconfíe del agua que se reparte y recurra al consumo de agua embotellada.
El agua es el recurso más importante con que contamos. Cuando una población no tiene acceso al agua potable tampoco puede ejercer otros derechos, como la construcción, salud o educación, pero además también afecta la vida cotidiana y, por lo tanto, las fuentes de empleo, pues es uno de los insumos más elementales de cualquier actividad económica.
La falta de alimentación no es el único apuro al que se enfrentan los refugiados saharauis; la escasez de H2O es un problema real causante de enfermedades y posterior contagio entre la sociedad refugiada.
Desde hace más de un mes, según informó días atrás medios saharauis locles, gran parte de la población de los campamentos de refugiados saharauis de Bojador y gran parte de Smara, unas 30 mil personas, no tienen acceso al agua.
Y eso no es todo: el agua que les llegaba no es suficiente, por cuanto la planta potabilizadora no abastece. La planta tiene clases de filtros y ninguno funciona.
Sin embargo, en los últimos días el servicio de agua ha sido interrumpido completamente, provocando desesperación entre la población refugiada, que “sobreviven” en condiciones inhumanas ante las altísimas temperaturas registradas en las últimas horas, 44 grados centígrados.
Se trata de una población refugiada en el desierto de la Hamada en el suroeste de Argelia, que depende de la ayuda humanitaria internacional, y que además de la situación actual, se ha reducido en los últimos años esa ayuda a causa de la crisis.
Por Elhadj Mohamed Lamin/ECS. Corresponsal en los campamentos.
Mujer saharaui llenando gárgaras de agua/El Diario |
Los campamentos saharauis se encuentran en una situación crítica en cuanto al uso de agua potable a causa de la mala gestión por parte de las autoridades competentes. La mala calidad en que se encuentran la flota ha ocasionado que la población desconfíe del agua que se reparte y recurra al consumo de agua embotellada.
El agua es el recurso más importante con que contamos. Cuando una población no tiene acceso al agua potable tampoco puede ejercer otros derechos, como la construcción, salud o educación, pero además también afecta la vida cotidiana y, por lo tanto, las fuentes de empleo, pues es uno de los insumos más elementales de cualquier actividad económica.
La falta de alimentación no es el único apuro al que se enfrentan los refugiados saharauis; la escasez de H2O es un problema real causante de enfermedades y posterior contagio entre la sociedad refugiada.
Desde hace más de un mes, según informó días atrás medios saharauis locles, gran parte de la población de los campamentos de refugiados saharauis de Bojador y gran parte de Smara, unas 30 mil personas, no tienen acceso al agua.
Y eso no es todo: el agua que les llegaba no es suficiente, por cuanto la planta potabilizadora no abastece. La planta tiene clases de filtros y ninguno funciona.
Sin embargo, en los últimos días el servicio de agua ha sido interrumpido completamente, provocando desesperación entre la población refugiada, que “sobreviven” en condiciones inhumanas ante las altísimas temperaturas registradas en las últimas horas, 44 grados centígrados.
Se trata de una población refugiada en el desierto de la Hamada en el suroeste de Argelia, que depende de la ayuda humanitaria internacional, y que además de la situación actual, se ha reducido en los últimos años esa ayuda a causa de la crisis.