● El padre del menor Mbarek Mohamed Bani cumple cadena perpetua por los hechos de Gdeim Izik.
● El adolescente saharaui sufrió cuatro horas de interrogatorio y malos tratos y no pasó a disposición judicial.
● Las autoridades marroquíes llevan a cabo un plan para atemorizan a los jóvenes saharauis.
Mbarek, estudiante de 7º, es el tercero de cinco hijos del matrimonio |
Madrid, 29 Mayo de 2019.-(El Confidencial Saharaui).
Alfonso Lafarga.–Contramutis
Con 14 años salió a la calle en El Aaiún para pedir la libertad de su padre, que cumple cadena perpetua en una cárcel marroquí, y fue detenido, maltratado y obligado a firmar una declaración falsa.
Mbarek Mohamed Bani es hijo del preso político saharaui Mohamed Bani, condenado a cadena perpetua por los hechos de Gdeim Izik, el campamento reivindicativo que 20.000 saharauis levantaron a las afueras de El Aaiún y que desmantelaron la policía y el ejercito marroquíes.
Mohamed Bani y Rali Ajna; el sábado 25 de mayo acudió a una manifestación en El Aaiún para pedir la autodeterminación del pueblo saharaui y la libertad de los presos políticos: el clamaba por su padre, en prisión desde noviembre de 2010.
Mbarek, primero por la derecha, con su madre, hermanas y hermanos
El adolescente saharaui fue detenido por la policía y trasladado a la comisaria de la calle de Boukraa y allí se le trató como si fuese un peligroso agitador.
En un vídeo grabado por Equipe Media, Mbarek cuenta que participaba en una manifestación pacífica y al ser detenido fue llevado a la comisaria “donde hacen los carnets de identidad”. Los policías cogieron su teléfono y vieron que en su perfil usaba la bandera de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y que tenía fotos del Frente Polisario.
Mohamed Bani
En ese momento empezó el sufrimiento del joven saharaui, que duró cuatro horas: “Me escupieron en la cara, me dieron puñetazos, me pegaron, uno de ellos me arrastró por el suelo mientras otro me golpeaba, me protegía como podía la cabeza y la cara, destrozaron mi teléfono”.
Antes de ser puesto en libertad fue forzado a firmar una declaración en la que dice que tiró piedras contra la policía: “Nunca tiro piedras, sólo participo en manifestaciones pacíficas para pedir que suelten a mi padre”, aseguró al grupo de información saharaui Equipe Media.
Amedrentar a los menores, estrategia marroquí
La detención de menores en el Sáhara Occidental ocupado es habitual y forma parte de un plan de las autoridades marroquíes para que vivan atemorizados y no sean activistas, según denunció en Madrid en marzo de 2018 Laila Leili, de la Asociación Saharaui de Víctimas de Graves Violaciones de los Derechos Humanos Cometidas por el Estado Marroquí (ASVDH).
Laila Leili dijo que era una estrategia para asustar a los jóvenes, incluidos menores, a los que amenazan. Los jóvenes saharauis que han participado en manifestaciones u otros actos son detenidos en cualquier momento: les interrogan sobre quién les finanza, entrena e inculca la resistencia, y aunque en la legislación marroquí hay juzgados para menores, no se les suele aplicar y la mayoría no pasan a disposición judicial.
Relató que muchos de los menores y jóvenes que han padecido detención sufren secuelas psicológicas difíciles de superar, no quieren salir de casa ni separarse de la familia y llegan a dejar los estudios.