Bojador, 26 Junio de 2019. -( ECSaharaui)
Por Zarga Abdalahi /Amnat Thawra.
El cuerpo de "Flitox" descansa en el océano atlántico frente a las costas de Dajla, tras hundirse esta madrugada la patera en la que huía del Majzén. El lugar del que huía no estaba muy lejos del que presenció su final: el Océano Atlántico.
Ese lugar es el Aaiún, ciudad de nacimiento del fallecido y capital de las tierras por derecho de los saharauis. Tras la marcha verde de 1975, fue invadida de manera ilegal por el reino alauita. En ese lugar el Majzén viola hasta día de hoy, y de manera sistemática, los derechos humanos con la complicidad de la comunidad internacional.
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Flitox salió de El Aaiún para dirigirse al norte de Marruecos, donde creía que el pueblo marroquí podría simpatizar con su noble y pacífica lucha. Pensaba que desde la misma "columna vertebral" (Rabat), causante del eterno refugio de sus compatriotas al otro lado del muro de la vergüenza, podría remover la conciencia del pueblo marroquí. Así mismo creía que sus canciones aliviaban el sufrimiento de sus seres queridos en los territorios ocupados, cruelmente maltratados por la mano dura y el intransigente autoritarismo de Mohamed VI.
Hoy es un día triste para el arte, fiel y visualizado altavoz de las causas justas y gran aliado de las almas comprometidas, sensibles y reivindicativas como era y será la del difunto Said.
Flitox no ha muerto, ha dejado tras de sí, a pesar su juventud, un legado de canciones que forman parte de la historia del arte saharaui.
Flitox, un niño con aspecto frágil y sonrisa pícara, además de tener un sarcasmo que parecía invencible, pero que al Majzán se encargó de destruir con sus violaciones a los derechos humanos.
Hoy enciendo una vela por tu trágica muerte. Pero la vela esperanzadora que encendiste la primera vez que cogiste un micro nunca se apagará. Vives en nuestros corazones y así seguirá para la eternidad. Eres y te has convertido en un ídolo para mi generación y las venideras: Descansa en paz querido amigo.
Al principio de mi artículo utilizo la palabra asesinato. El uso de dicho concepto no es casual. Flitox tenía ya un visado otorgado para terminar sus estudios en Canadá, lo cual resulta extraño que haya terminado en una patera y que ésta, precisamente, se haya hundido. La pregunta es, ¿Cómo termina dicha patera hundiéndose y más sabiendo que el 90 por ciento de los viajeros son saharauis de los territorios ocupados por Marruecos?
Una última pregunta que yo misma responderé: ¿les recuerda esto a algo? A mí sí, a la dictadura de Videla en Argentina. Muchos de los carismáticos, valientes y perseverantes revolucionarios que luchaban contra el autoritario régimen, fueron despojados a la mar en vida, desde los aviones militares del gobierno militar de entonces. Ahí lo dejo, a la conciencia humana universal. La comunidad internacional debe dejar de estar ciega, sorda y muda.
Por Zarga Abdalahi /Amnat Thawra.
Zarga Abdalahi Abdi/Amnat Athawra |
El cuerpo de "Flitox" descansa en el océano atlántico frente a las costas de Dajla, tras hundirse esta madrugada la patera en la que huía del Majzén. El lugar del que huía no estaba muy lejos del que presenció su final: el Océano Atlántico.
Ese lugar es el Aaiún, ciudad de nacimiento del fallecido y capital de las tierras por derecho de los saharauis. Tras la marcha verde de 1975, fue invadida de manera ilegal por el reino alauita. En ese lugar el Majzén viola hasta día de hoy, y de manera sistemática, los derechos humanos con la complicidad de la comunidad internacional.
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Mueren cuatro niños saharauis y otros permanecen desaparecidos cuando intentaban llegar a España
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Hoy es un día triste para el arte, fiel y visualizado altavoz de las causas justas y gran aliado de las almas comprometidas, sensibles y reivindicativas como era y será la del difunto Said.
Flitox no ha muerto, ha dejado tras de sí, a pesar su juventud, un legado de canciones que forman parte de la historia del arte saharaui.
Flitox, un niño con aspecto frágil y sonrisa pícara, además de tener un sarcasmo que parecía invencible, pero que al Majzán se encargó de destruir con sus violaciones a los derechos humanos.
Hoy enciendo una vela por tu trágica muerte. Pero la vela esperanzadora que encendiste la primera vez que cogiste un micro nunca se apagará. Vives en nuestros corazones y así seguirá para la eternidad. Eres y te has convertido en un ídolo para mi generación y las venideras: Descansa en paz querido amigo.
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Una última pregunta que yo misma responderé: ¿les recuerda esto a algo? A mí sí, a la dictadura de Videla en Argentina. Muchos de los carismáticos, valientes y perseverantes revolucionarios que luchaban contra el autoritario régimen, fueron despojados a la mar en vida, desde los aviones militares del gobierno militar de entonces. Ahí lo dejo, a la conciencia humana universal. La comunidad internacional debe dejar de estar ciega, sorda y muda.
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