Sevilla, 20 Agosto de 2019. -(ECSaharaui)
La falta de justificación ha disparado en Marruecos las interpretaciones sobre la inédita decisión real de anular, desde este año y para siempre, la celebración del aniversario de Mohamed VI, que el próximo día 21 de agosto cumple 56 años. Un comunicado de palacio, emitido el día 13, no especifica los motivos para cancelar una fiesta que se celebra desde los tiempos de su padre, HasanII, y que desde entonces tiene lugar bajo el disfraz de fiesta de la Juventud marroquí.
Los sectores más afines al palacio real de Rabat atribuyen la medida a un deseo del monarca por hacer una demostración de austeridad, dentro de su plan para ir eliminando la gran cantidad de días festivos que están ligados a él mismo o a la monarquía alauí. De hecho, este año ya había dado instrucciones para que la celebración de la fiesta del Trono, a finales de julio, se llevara a cabo “de manera normal, sin celebraciones especiales o suplementarias”, pese a que este año se cumplía el vigésimo aniversario de su reinado.
El monarca alauí navega con su nuevo barco y practica el jet-ski por la costa norte marroquí
Analistas críticos ven, sin embargo, una demostración más del poco interés que Mohamed VI presta a las obligaciones de su rango. Para nadie es un secreto que el monarca no siente especial atracción por algunos de los aspectos que conlleva su labor, especialmente los protocolarios. “Tener que interrumpir las vacaciones para acudir a un insufrible acto, con presencia de políticos, empresarios y militares, no agrada nada a Mohamed VI”, señala Mohamed Atalsi, un analista político. Para tranquilidad de los marroquíes, el día seguirá siendo festivo y se mantendrá la fiesta de la Juventud, pero el monarca no aparecerá.
Estos días se encontraba en la zona de Alhucemas, disfrutando de la playa privada de Buskur, a la que se traslada todos los años para practicar el jet-ski. En julio estuvo de vacaciones en Tánger, con sus hijos Mulay Hasan y Lala Kadiya. Según medios marroquíes, aprovechó la mayor parte del tiempo para navegar en su nuevo yate, el Badis 1, entre Gibraltar y el Atlántico. El barco, valorado en 90 millones de euros, lo ha comprado la casa real a un multimillonario estadounidense. Tiene setenta metros de eslora y capacidad para doce personas, además de para doce miembros de la tripulación.
Por R,D/ECS
La falta de justificación ha disparado en Marruecos las interpretaciones sobre la inédita decisión real de anular, desde este año y para siempre, la celebración del aniversario de Mohamed VI, que el próximo día 21 de agosto cumple 56 años. Un comunicado de palacio, emitido el día 13, no especifica los motivos para cancelar una fiesta que se celebra desde los tiempos de su padre, HasanII, y que desde entonces tiene lugar bajo el disfraz de fiesta de la Juventud marroquí.
Los sectores más afines al palacio real de Rabat atribuyen la medida a un deseo del monarca por hacer una demostración de austeridad, dentro de su plan para ir eliminando la gran cantidad de días festivos que están ligados a él mismo o a la monarquía alauí. De hecho, este año ya había dado instrucciones para que la celebración de la fiesta del Trono, a finales de julio, se llevara a cabo “de manera normal, sin celebraciones especiales o suplementarias”, pese a que este año se cumplía el vigésimo aniversario de su reinado.
El monarca alauí navega con su nuevo barco y practica el jet-ski por la costa norte marroquí
Analistas críticos ven, sin embargo, una demostración más del poco interés que Mohamed VI presta a las obligaciones de su rango. Para nadie es un secreto que el monarca no siente especial atracción por algunos de los aspectos que conlleva su labor, especialmente los protocolarios. “Tener que interrumpir las vacaciones para acudir a un insufrible acto, con presencia de políticos, empresarios y militares, no agrada nada a Mohamed VI”, señala Mohamed Atalsi, un analista político. Para tranquilidad de los marroquíes, el día seguirá siendo festivo y se mantendrá la fiesta de la Juventud, pero el monarca no aparecerá.
Estos días se encontraba en la zona de Alhucemas, disfrutando de la playa privada de Buskur, a la que se traslada todos los años para practicar el jet-ski. En julio estuvo de vacaciones en Tánger, con sus hijos Mulay Hasan y Lala Kadiya. Según medios marroquíes, aprovechó la mayor parte del tiempo para navegar en su nuevo yate, el Badis 1, entre Gibraltar y el Atlántico. El barco, valorado en 90 millones de euros, lo ha comprado la casa real a un multimillonario estadounidense. Tiene setenta metros de eslora y capacidad para doce personas, además de para doce miembros de la tripulación.
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