Madrid, 18 Octubre de 2019. -(ECSaharaui)
Redacción Salem Mohamed/ECS
El pasado 7 de octubre los cuerpos sin vida de nueve migrantes fueron recuperados y 22 personas fueron salvadas tras un naufragio cerca de la isla de Lampedusa. Sin embargo todavía había alrededor de 20 desaparecidos. En días posteriores, por medio de un robot submarino, se encontraron varios cuerpos en el fondo del mar. Dos de ellos se cree que eran madre e hijo.
"La vista de ese niño allí no puede sostenerse, es un golpe al corazón. Para algo tan fuerte nunca estás preparado": estas fueron las palabras del buzo que encontró los cuerpos de los migrantes ahogados en las costas italianas de la Lampedusa.
Rodolfo Raiteri es un buzo experimentado, que presenció grandes tragedias como la Costa Concordia y la Torre dei Piloti en Génova, pero algo que nunca había visto. "Para algo tan fuerte nunca estás preparado. Nadie puede serlo, ni siquiera alguien como yo que tenga un poco de vello en el estómago", dijo en declaraciones al digital italiano Repubblica el buzo, a cargo de las divisiones submarinas de la Guardia Costera de Italia.
"Podríamos haber dejado ir la complejidad de la intervención, las inclemencias del tiempo podrían habernos llevado a concluir todo al declarar imposible la compañía". Y en cambio, obstinadamente queríamos continuar la investigación para al menos restaurar la dignidad de estas personas. Y digo personas, y no migrantes", agrega el buzo en su entrevista.
El hombre dice que después del naufragio fue imposible sumergirse en el agua debido a las condiciones climáticas. Pero entonces sonó el sonar señalando la presencia del barco destrozado.
"Inmediatamente enviamos nuestro robot y cuando, en la consola que tenemos en el bote, aparecieron las primeras imágenes, nos saltaron las lágrimas", dijo.
Las operaciones de recuperación de los cuerpos serán complicadas, tendrán que bajar dos a la vez atados con una cuerda, a una profundidad de 60 metros.
Actualmente el equipo de buzos se dedica a llevar los cuerpos a la superficie, siempre y cuando las condiciones meteorológicas lo permitan. El objetivo es “dar dignidad a estas personas”, dicen.
Redacción Salem Mohamed/ECS
El pasado 7 de octubre los cuerpos sin vida de nueve migrantes fueron recuperados y 22 personas fueron salvadas tras un naufragio cerca de la isla de Lampedusa. Sin embargo todavía había alrededor de 20 desaparecidos. En días posteriores, por medio de un robot submarino, se encontraron varios cuerpos en el fondo del mar. Dos de ellos se cree que eran madre e hijo.
Los brazos de la chica nos hacen pensar que lo abrazó hasta el último momento”, dice uno de los buzos.
"La vista de ese niño allí no puede sostenerse, es un golpe al corazón. Para algo tan fuerte nunca estás preparado": estas fueron las palabras del buzo que encontró los cuerpos de los migrantes ahogados en las costas italianas de la Lampedusa.
Rodolfo Raiteri es un buzo experimentado, que presenció grandes tragedias como la Costa Concordia y la Torre dei Piloti en Génova, pero algo que nunca había visto. "Para algo tan fuerte nunca estás preparado. Nadie puede serlo, ni siquiera alguien como yo que tenga un poco de vello en el estómago", dijo en declaraciones al digital italiano Repubblica el buzo, a cargo de las divisiones submarinas de la Guardia Costera de Italia.
"Podríamos haber dejado ir la complejidad de la intervención, las inclemencias del tiempo podrían habernos llevado a concluir todo al declarar imposible la compañía". Y en cambio, obstinadamente queríamos continuar la investigación para al menos restaurar la dignidad de estas personas. Y digo personas, y no migrantes", agrega el buzo en su entrevista.
El hombre dice que después del naufragio fue imposible sumergirse en el agua debido a las condiciones climáticas. Pero entonces sonó el sonar señalando la presencia del barco destrozado.
"Inmediatamente enviamos nuestro robot y cuando, en la consola que tenemos en el bote, aparecieron las primeras imágenes, nos saltaron las lágrimas", dijo.
Las operaciones de recuperación de los cuerpos serán complicadas, tendrán que bajar dos a la vez atados con una cuerda, a una profundidad de 60 metros.
Actualmente el equipo de buzos se dedica a llevar los cuerpos a la superficie, siempre y cuando las condiciones meteorológicas lo permitan. El objetivo es “dar dignidad a estas personas”, dicen.
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