- RSF-Francia no ha tenido en cuenta el informe que publicó la sección española sobre la situación de la prensa en el Sáhara Occidental, un “agujero negro” para la información y “un peligro extremo para los periodistas”.
- El Balance 2019 de Reporteros sin Fronteras (RSF) sobre periodistas asesinados, encarcelados y desparecidos en el mundo ignora a los profesionales de la información saharauis, seis de ellos encarcelados con graves penas por luchar contra el silencio informativo que impone el régimen marroquí en el Sáhara Occidental.
Madrid, 19 Diciembre de 2019.- (ECSaharaui)
Por Alfonso Lafarga/ Contramutis
Presos Pollitos saharauis |
El balance de Reporteros sin Fronteras silencia la persecución que padecen los periodistas saharauis, a pesar de que en junio de 2019 la sección española de esta organización publicó un detallado informe, titulado “Sáhara Occidental: un desierto para el periodismo”, en el que se indica que este territorio es un “agujero negro” para la información y “un peligro extremo para los periodistas”.
La única alusión que aparece en el Informe Anual 2019 sobre lo que ocurre en el Sáhara Occidental es la del presidente de la sección española de RSF, Alfonso Armada: en la introducción escribe que hay periodistas que se la juegan por contar la verdad y recuerda lo que relataron en el informe sobre el Sáhara Occidental, donde “son encarcelados durante lustros o de por vida periodistas que se han atrevido a contar lo que hacen las tropas de ocupación marroquíes en un territorio pendiente de descolonizar en África, algo a lo que el gobierno español, la antigua potencia colonial, se comprometió y jamás se ha esforzado en cumplir”.
El Balance de RSF elaborado por la sección francesa al referirse a Marruecos, país ocupante del Sáhara Occidental, cita los casos de profesionales de la prensa marroquíes encarcelados: dos periodistas, cuatro periodistas ciudadanos y tres colaboradores.
Periodistas saharauis en cárceles marroquíesLa muestra más dura de la persecución marroquí contra los periodistas saharauis, de la que no se hace eco RSF, son los cuatro informadores detenidos a finales de 2010 a raíz de la protesta de Gdeim Izik, y que se encuentran en prisiones de Marruecos a más de 1000 kilómetros de su tierra: Abdalahi Lekhfauni, condenado a cadena perpetua; Hassan Dah, con 25 años de condena; Mohamed Lamin Haddi, 25 años, y El Bachir Khada, 20 años. A estos presos se suman Mohamed Banbari, detenido en agosto de 2015 y condenado a 6 años de cárcel, y Walid Al-Salik, arrestado en junio de 2019 y condenado a seis años de prisión.
Walid Al-Salik, que en 2016 ya sufrió una condena de 14 meses de prisión, fue detenido en la ciudad de Smara en un acto de bienvenida al preso político y periodista de la RASD TV Salah Lebsir, que quedó en libertad el 7 de junio tras cumplir 4 años en una cárcel marroquí.
Del caso de Mohamed Banbari se llegó a ocupar el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de Naciones Unidas, que pidió su liberación al estar preso por su trabajo como periodista en la ciudad de Dajla, donde era corresponsal del grupo de comunicación Equipe Media. Filmó en 2011 los graves incidentes que se produjeron en Dajla después de un partido de fútbol y cuatro años después fue detenido y acusado de participar en los altercados.
La persecución a los periodistas saharauis tuvo en 2019 un claro exponente en la multa de 4.000 dirhams (unos 400 euros) que un tribunal impuso a la informadora de Equipe Media Nazha El Khalidi por ejercer el periodismo sin título oficial. Fue juzgada el 24 de junio en El Aaiún, después de dos aplazamientos y la expulsión de doce observadores internacionales, acusada de usurpación de funciones, lo que según el Código Penal marroquí podría haber supuesto una pena de tres meses a dos años de cárcel. Su “delito” fue informar de una manifestación saharaui el 4 de diciembre de 2018 en El Aaiún.
El acoso a los informadores saharauis tuvo más nombres a lo largo de 2019. Entre otros casos, en enero Mohamed Mayara, coordinador de Equipe Media, fue agredido por ocho policías en el aeropuerto de El Aaiún al llegar de los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, y el periodista del mismo grupo Mohamed Barkan fue detenido en dos ocasiones después de llegar de Suecia.
En febrero, Hammoud al -Laili, corresponsal de RASD TV, fue detenido cuando cubría el desarrollo de una sentada en El Aaiún y en junio la policía marroquí confiscó el teléfono a Hayat Rguibi, de Equipe Media, con el que transmitía una manifestación, teléfono que recuperó después de la protesta.
El acoso de las autoridades marroquíes a la prensa no se ciñó a los periodistas saharauis: en febrero expulsaron de El Aaiún a la periodista española Ana Cortés y a su colega italiano Giovanni Cortceli y en junio la fotoperiodista española Judith Prat fue obligada a salir de la capital del Sáhara Occidental.
0 Comentarios