Por Lehbib Abdelhay y Taleb Alisalem/ECS.
La presencia reforzada de las fuerzas de seguridad españolas ha reducido de manera muy notable la entrada de hachís por las costas del Campo de Gibraltar, pero el negocio continúa, según informa París Match.
Una noche oscura, un océano Atlántico remoto y hasta la desembocadura del río Guadalquivir, la caza de los narcos comienza. Un helicóptero de la Guardia Civil persigue en caliente a una "lancha" cargada de hachís procedente de Marruecos. El bote amplifica su velocidad en un ruido ensordecedor.
Durante unos largos minutos, el helicóptero se acerca agresivamente a baja velocidad amenazando al bote. La persecución en caliente continúa, el Jet-Ski no atracará, de repente una luz verde ciega al piloto del helicóptero, entonces reduce la velocidad del aparato. El láser, una nueva arma utilizada por los contrabandistas para encandilar a los guardacostas españoles. Esta vez, los traficantes lograron huir. Se hunden en la oscuridad, el río es su única salvación.
Aquí, todos viven con drogas y hachís.
Sanlúcar de la Barrameda, un pueblo de Cádiz, tiene el encanto pintoresco de los balnearios donde nada cambia. Los mismos restaurantes de pescado dan la bienvenida a los vecinos locales y a los turistas a lo largo de la costa.
Ubicada al noroeste de Cádiz, abierta al Atlántico, la ciudad es una de las nuevas rutas que reemplazan a la del Estrecho de Gibraltar, donde Marruecos y España casi se tocan. Una distancia de 14 kilómetros que permite un contrabando intenso y rápido. Pero desde 2018, el gobierno español ha reforzado la presencia de los cuerpos de seguridad en La Línea de la Concepción, conocida como la "Línea", la ciudad caditana que linda con el Peñón de Gibraltar.
Las operaciones OCON Sur y CCON Sur para combatir el narcotráfico
Se unió al Organismo de Coordinación del Narcotráfico (OCON Sur), compuesto por unos noventa miembros, una unidad de la Guardia Civil con sede en Málaga, creada para la lucha contra el tráfico de drogas, crimen organizado y la inmigración clandestina.
Un teniente de la unidad de la Benemérita detalla un número récord de arrestos: 5,000 en un año, 150 toneladas de incautaciones de hachís, añade el diario francés.
El narcotráfico no disminuye hasta ahora. Poca satisfacción: "En esta guerra perdida", explica, "la tarea es complicada y las fuerzas de seguridad se ven obligadas a cambiar su técnica para combatir este flagelo. Como la vigilancia se ha redoblado en Gibraltar debido a la afluencia de migrantes, los narcos se están reorientando hacia Almería y Málaga, también hacia el este, Huelva y Sanlúcar de la Berrameda.
Los resultados del OCON y CCON Sur (Centro de Concentración Contra el Narcotráfico) son la desarticulación de raíz de varias e importantes organizaciones dedicadas al tráfico de droga, un incremento espectacular del número de detenciones y una cifra de aprehensiones de hachís que triplica las existentes antes de la puesta en funcionamiento del plan, con una media de 20 toneladas al mes.
Si las rutas y el modus operandi varían, el comienzo de la historia no cambia. El tráfico tiene sus raíces en Marruecos.
Una organización local se encarga del transporte de hachís desde las montañas del Rif hasta el Mediterráneo, a menudo en burros. La resinade cannabis, hasta 5 toneladas por pase, se carga en barcos de pesca, que unen a una o dos lanchas en alta mar. Un piloto, un copiloto, el mecánico y el "acomodador", el hombre de confianza del dueño marroquí de la droga, reciben los paquetes. Luego la tripulación se dirige a la desembocadura de un río. Cuando todo va bien, los botes se hunden en el mar sin ser detectados.
De hecho, en tierra es la etapa más peligrosa. Todo debe estar marcado con cuatro horas de antelación. La operación comienza con incidentes para disimular; observadores distribuidos en el área: adolescentes que, con indiferencia, fuman un cigarrillo, una mujer que pasea a su perro ... En total, 30 a 70 personas encargadas de indicar, por teléfono, la presencia de la policía. Luego vienen los recolectores de paquetes pesados, 20 personas que cobran 1.500 euros cada uno llenan el 4 x 4 estacionado cerca de una carretera de acceso rápido.
Siete minutos de adrenalina. El conductor y su compañero cobran al menos 15.000 euros para transportar la mercancía hasta España. Después, compradores holandeses, franceses, belgas, suecos u otros vienen a recoger sus pedidos. El "mercado" europeo está lleno de clientes.
El narco se expande
La presencia reforzada de las fuerzas de seguridad ha reducido de manera muy notable la entrada de hachís por las costas del Campo de Gibraltar, pero el negocio continúa.
Los jefes de la droga han desplazado la entrada de los alijos a toda la costa andaluza, sur de Portugal e incluso Murcia. “Hemos visto cosas muy raras, como una goma que tras salir desde Marruecos ha recorrido 400 millas antes de dejar su carga en la costa de Málaga”, apunta un mando de la Guardia Civil.
“Cuanta más distancia tengan que recorrer, más problemas logísticos para las mafias. Necesitan naves para guardar las embarcaciones, talleres para arreglarlas, víveres, una red que les suministre la gasolina en el mar, nuevas collas en tierra para descargar la droga.
Desde las alturas de Algeciras (Cádiz), un helicóptero de la Guardia Civil patrulla el Estrecho de Gibraltar. Joystick en las manos, un guardia observa una pantalla, hace el zoom, maniobra la cámara atornillada debajo de la cabina del piloto. Observa algo: en una moto de mar, un hombre lleva a una mujer con velo, posiblemente inmigrante clandestina. "Si no hay hachís, envían migrantes. Tienen que ganar dinero", argumenta Juan, el piloto. El Jet-Ski terminó detenido por la policía española.
Cuando un helicóptero identifica a los traficantes, no dispara. Les bloquea el paso haciendo que la lancha permanece girando para agotar sus reservas de combustible y permitir que los equipos de refuerzo en tierra se preparen para detenerlos.
Hace cinco años, solo funcionaban máquinas bimotores. En el puerto de Algeciras, se observa como un vertedero en un rincón de la terminal reservado solo para los barcos confiscados, un cementerio de lanchas y Jet-Ski. Algunos se pudren, otros se han convertido en hierro podrido.
El kilo de hachís vale entre 400 y 600 euros en Marruecos
La relación costo-beneficio sigue siendo mejor que los fondos de inversión. El kilo de hachís vale entre 400 y 600 euros en Marruecos (cifras facilitadas por el capitán Juan Ruiz). Una vez en España, asciende a 2.000 euros. En el resto de Europa, el precio se multiplica por tres. Lo cual, por 1 tonelada de este producto, deja 4 millones de euros de ingresos.
El mercado del hachís en los 110 kilómetros de costa andaluza se divide en dos clanes. Los hermanos Tejon, "Los Castaños", ahora ahora en prisión, reina entre Cádiz y Algeciras, mientras que Abdellah El Haj Sadek Membri, alias "Messi", huido, domina la zona alrededor de Gibraltar.
Marruecos continúa a la cabeza en producción mundial de hachís según la ONU.
Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito para 2019, Marruecos es el principal productor mundial del cannabis. El 70% del consumo europeo de esta sustancia es provisto por el Reino.
Sector vital de la economía del país, la agricultura emplea a más del 40% de la fuerza laboral marroquí. El Reino logra mantener su lugar y dinamismo en el comercio internacional, en particular, gracias al cultivo de aceitunas y almendras.
El cannabis representa una gran parte de la producción agrícola en Marruecos. Una buena parte de la región del Rif está dedicada a esta industria, cuya reputación ha adquirido una dimensión internacional. Esta reputación comienza a acoger un tipo particular de visitantes, aquellos que practican el "turismo de cannabis".
La producción de esta sustancia ha crecido fuertemente en la última década, aunque las cifras no incluyen otros derivados del cannabis. Su producción promedio anual es de alrededor de 35,000 toneladas, solo en cannabis.
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