Madrid, 06 Marzo de 2020. -(ECSAHARAUI).
Redacción Lehbib Abdelhay/ECS
Desde febrero pasado de este año, la Comisión Especial para el Nuevo Modelo de Desarrollo en el país (CSMD) ha llevado a cabo reuniones en las regiones del norte de Marruecos. En las aldeas y pequeños pueblos del Rif, estas reuniones permitieron que los campesinos locales exponen sus ideas sobre la cultura del kif (Droga) en Marruecos.
Al reunirse con la población de las regiones de Ouezzane, Asjen, Chefchaouen, El Jebha y Bab Berred, los miembros de la Comisión Especial para el Nuevo Modelo de Desarrollo (CSMD) escucharon a muchas organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos.
Las intervenciones de varios productores de cannabis se han centrado en el tema de la agricultura alternativa y las oportunidades económicas que puede proporcionar a las familias un ingreso. Sin embargo, a otros agricultores locales les resulta difícil imaginar otra forma de actividad agrícola o económica, especialmente en tierras colectivas que nunca han cultivado nada más que el cáñamo.
Estos agricultores afirman que las autoridades están avanzando más rápidamente en su proceso de legalización, en particular al abandonar ciertas prácticas de seguridad, como el lanzamiento de avisos de investigación dirigidos a estos operadores, que, sin embargo, están lejos de ser los principales beneficiarios del sector del cannabis.
Un debate por más de una década
Si el tema a veces es sensible de abordar, se ha debatido durante mucho tiempo a nivel institucional y de seguridad. Lanzado en 2008 por el colectivo marroquí para el uso terapéutico e industrial del kif, este debate se vio reforzado por la publicación de un documento como un llamamiento al debate sobre la orientación del uso de cannabis.
Esto es seguido por experimentos científicos de alto nivel, con la participación de investigadores de la Gendarmería Real marroquí. En 2010, estos expertos prepararon un estudio sobre este tema, "con el fin de legalizar el cultivo de cáñamo de fibra en Marruecos", según la introducción al documento difundido por la prensa del país. También proporciona información sobre experimentos realizados en cuatro regiones diferentes (Agadir, Sefrou, Allal Tazi y Béni Mellal), que han mostrado excelentes resultados en términos de calidad de las plantaciones.
"Dicha autoridad no puede llevar a cabo ese paso si hubiera riesgos legales y sin una voluntad real de legalizar los usos del cannabis", comenta Chakib Al Khayari, coordinador del Colectivo marroquí para el uso terapéutico e industrial del kif. Además, este estudio describe los experimentos como "necesarios antes de cualquier establecimiento de organismos administrativos que serán responsables de encontrar un marco regulatorio que fije los aspectos técnicos y económicos, en particular el procedimiento nacional para el control y vigilancia de los cultivos, la entrega de autorizaciones para importar semillas o exportar cáñamo industrial y sus derivados”.
Estos hallazgos fueron respaldados posteriormente por una propuesta de ley de 2014 del PMA e Istiqlal sobre la legalización del cannabis. Tres años más tarde, el Consejo Económico, Social y Ambiental marroquí (CESE) elaboró un informe sobre el desarrollo de las zonas rurales, declarando que el cáñamo era una de las "riquezas" sin explotar de estas regiones.
Redacción Lehbib Abdelhay/ECS
Desde febrero pasado de este año, la Comisión Especial para el Nuevo Modelo de Desarrollo en el país (CSMD) ha llevado a cabo reuniones en las regiones del norte de Marruecos. En las aldeas y pequeños pueblos del Rif, estas reuniones permitieron que los campesinos locales exponen sus ideas sobre la cultura del kif (Droga) en Marruecos.
Al reunirse con la población de las regiones de Ouezzane, Asjen, Chefchaouen, El Jebha y Bab Berred, los miembros de la Comisión Especial para el Nuevo Modelo de Desarrollo (CSMD) escucharon a muchas organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos.
Las intervenciones de varios productores de cannabis se han centrado en el tema de la agricultura alternativa y las oportunidades económicas que puede proporcionar a las familias un ingreso. Sin embargo, a otros agricultores locales les resulta difícil imaginar otra forma de actividad agrícola o económica, especialmente en tierras colectivas que nunca han cultivado nada más que el cáñamo.
Estos agricultores afirman que las autoridades están avanzando más rápidamente en su proceso de legalización, en particular al abandonar ciertas prácticas de seguridad, como el lanzamiento de avisos de investigación dirigidos a estos operadores, que, sin embargo, están lejos de ser los principales beneficiarios del sector del cannabis.
Un debate por más de una década
Si el tema a veces es sensible de abordar, se ha debatido durante mucho tiempo a nivel institucional y de seguridad. Lanzado en 2008 por el colectivo marroquí para el uso terapéutico e industrial del kif, este debate se vio reforzado por la publicación de un documento como un llamamiento al debate sobre la orientación del uso de cannabis.
Esto es seguido por experimentos científicos de alto nivel, con la participación de investigadores de la Gendarmería Real marroquí. En 2010, estos expertos prepararon un estudio sobre este tema, "con el fin de legalizar el cultivo de cáñamo de fibra en Marruecos", según la introducción al documento difundido por la prensa del país. También proporciona información sobre experimentos realizados en cuatro regiones diferentes (Agadir, Sefrou, Allal Tazi y Béni Mellal), que han mostrado excelentes resultados en términos de calidad de las plantaciones.
"Dicha autoridad no puede llevar a cabo ese paso si hubiera riesgos legales y sin una voluntad real de legalizar los usos del cannabis", comenta Chakib Al Khayari, coordinador del Colectivo marroquí para el uso terapéutico e industrial del kif. Además, este estudio describe los experimentos como "necesarios antes de cualquier establecimiento de organismos administrativos que serán responsables de encontrar un marco regulatorio que fije los aspectos técnicos y económicos, en particular el procedimiento nacional para el control y vigilancia de los cultivos, la entrega de autorizaciones para importar semillas o exportar cáñamo industrial y sus derivados”.
Estos hallazgos fueron respaldados posteriormente por una propuesta de ley de 2014 del PMA e Istiqlal sobre la legalización del cannabis. Tres años más tarde, el Consejo Económico, Social y Ambiental marroquí (CESE) elaboró un informe sobre el desarrollo de las zonas rurales, declarando que el cáñamo era una de las "riquezas" sin explotar de estas regiones.
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