Madrid, 06 Mayo de 2020. - (ECSAHARAUI)
Haddamin Moulud Saíd /ECS
Hace unos días, el 20 de abril de 2020, la sección de radio de la BBC, Radio London, emitía un programa, según el cual Marruecos había ofrecido una ayuda humanitaria para los campamentos saharauis que la República Saharaui gestiona en la frontera argelino saharaui. Sin embargo, afirmaba la cadena de radio que paga el pueblo británico, Argelia se había negado a recibir dicha ayuda.
El mensaje subliminal que el programa, en lengua árabe, quería transmitir, era que la, supuestamente, infinita misericordia del régimen marrñoquí, se enfrentaba a la malvada Argelia para hacer llegar las ayudas a una determinada población que la necesita, en estos tiempos tan difíciles del coronavirus.
La Radio London que, durante buena parte de finales del pasado siglo, había disfrutado de las mieles y hieles de la hegemonía radiofónica, en buena parte del mundo árabe, se ha venido a menos. Y, aprovechándose de su decadencia, los carroñeros no han tardado en acudir para adueñarse de los restos de lo que fue una emisora de mucho prestigio. Ciertamente, oyendo la Radio de la BBC, en árabe, abordar la cuestión del Sahara Occidental, uno llega a dudar si lo que está escuchando es una radio pagada por el pueblo británico o, en cambio, es una radio marroquí.
Pero el tiempo es un juez implacable. Y qué mejor tiempo que un mes sagrado, como el Ramadán, para que acontezca una revelación que deja las cosas bastante claras.
Justo en el mes en que los ángeles descienden del cielo, por orden de Dios, para saludar a los bondadosos, el ministro de exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, desvela la verdadera catadura moral e inmisericorde de un país, al que la BBC Radio, en árabe, quería presentar como un ejemplo de la misericordia.
Durante la primera semana del sagrado mes de ramadán, la Media Luna Roja argelina elogiaba la firme solidaridad del pueblo argelino, al organizar un puente aéreo para llevar miles de toneladas de ayuda humanitaria al pueblo saharaui.
Y, ahí, en ese ejercicio de misericordia, que mantenía postrados a los ángeles venidos del cielo, donde el pueblo argelino cumplía los mandamientos de la fe, Nasser Bourita, sacó el leviatán que lleva dentro, mostrando la verdadera naturaleza satánica del régimen marroquí.
Para el ministro marroquí, la ayuda humanitaria que han recibido los saharauis, procedente de Argelia, fomenta el separatismo y alimenta la inestabilidad en la región del África noroccidental.
Hace poco más de una semana, durante el primer día de ramadán, el Programa Mundial de Alimentación de NNUU, WFP, anunció que el gobierno de Francia había aportado, por primera vez, una generosa ayuda de casi medio millón de dólares para la población saharaui.
Hoy mismo, el 5 de mayo de 2020, de nuevo el WFP anuncia que el gobierno suizo ha hecho una donación, mucho más generosa que la efectuada por el gobierno francés, de casi dos millones de dólares para ayudar a la población saharaui.
Para Bourita, ese pueblo poseedor de una Causa Justa, que durante la pandemia ha quedado varado en medio del desierto, esperando la justicia internacional, es indigno de la misericordia que el sagrado mes ordena practicar a los bondadosos.
Es evidente que para quienes no están en las filas de los bondadosos, todo aquel que ose ayudar a los necesitados, sea en el sagrado mes del ramadán o en los tiempos difíciles de una pandemia, está fomentando el separatismo y la inestabilidad en la región.
La extrema inoportunidad religiosa de las palabras de Bourita, invita a pensar que esa primera vez en la que Francia ayuda al pueblo saharaui, ha sentado bastante mal en Rabat. De ahí que el dardo enviado por Bourita, si dirija a Argel pero, también, a su ex metrópoli.
Para Rabat, el pueblo saharaui, que lleva 45 años sufriendo por culpa de una ocupación militar de su territorio, es indigno de la ayuda internacional, por el simple hecho de oponerse a la incontenible voracidad territorial de Marruecos. En consecuencia, el ACNUR, la ONU, USA, Francia, Suiza o Argelia, todos, fomentan el separatismo y la inestabilidad en la región, al prestar ayuda humanitaria al pueblo saharaui. La BBC Radio, en árabe, seguirá cantando las bondades de Marruecos.
Haddamin Moulud Saíd /ECS
Hace unos días, el 20 de abril de 2020, la sección de radio de la BBC, Radio London, emitía un programa, según el cual Marruecos había ofrecido una ayuda humanitaria para los campamentos saharauis que la República Saharaui gestiona en la frontera argelino saharaui. Sin embargo, afirmaba la cadena de radio que paga el pueblo británico, Argelia se había negado a recibir dicha ayuda.
El mensaje subliminal que el programa, en lengua árabe, quería transmitir, era que la, supuestamente, infinita misericordia del régimen marrñoquí, se enfrentaba a la malvada Argelia para hacer llegar las ayudas a una determinada población que la necesita, en estos tiempos tan difíciles del coronavirus.
La Radio London que, durante buena parte de finales del pasado siglo, había disfrutado de las mieles y hieles de la hegemonía radiofónica, en buena parte del mundo árabe, se ha venido a menos. Y, aprovechándose de su decadencia, los carroñeros no han tardado en acudir para adueñarse de los restos de lo que fue una emisora de mucho prestigio. Ciertamente, oyendo la Radio de la BBC, en árabe, abordar la cuestión del Sahara Occidental, uno llega a dudar si lo que está escuchando es una radio pagada por el pueblo británico o, en cambio, es una radio marroquí.
Pero el tiempo es un juez implacable. Y qué mejor tiempo que un mes sagrado, como el Ramadán, para que acontezca una revelación que deja las cosas bastante claras.
Justo en el mes en que los ángeles descienden del cielo, por orden de Dios, para saludar a los bondadosos, el ministro de exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, desvela la verdadera catadura moral e inmisericorde de un país, al que la BBC Radio, en árabe, quería presentar como un ejemplo de la misericordia.
Durante la primera semana del sagrado mes de ramadán, la Media Luna Roja argelina elogiaba la firme solidaridad del pueblo argelino, al organizar un puente aéreo para llevar miles de toneladas de ayuda humanitaria al pueblo saharaui.
Y, ahí, en ese ejercicio de misericordia, que mantenía postrados a los ángeles venidos del cielo, donde el pueblo argelino cumplía los mandamientos de la fe, Nasser Bourita, sacó el leviatán que lleva dentro, mostrando la verdadera naturaleza satánica del régimen marroquí.
Para el ministro marroquí, la ayuda humanitaria que han recibido los saharauis, procedente de Argelia, fomenta el separatismo y alimenta la inestabilidad en la región del África noroccidental.
Hace poco más de una semana, durante el primer día de ramadán, el Programa Mundial de Alimentación de NNUU, WFP, anunció que el gobierno de Francia había aportado, por primera vez, una generosa ayuda de casi medio millón de dólares para la población saharaui.
Hoy mismo, el 5 de mayo de 2020, de nuevo el WFP anuncia que el gobierno suizo ha hecho una donación, mucho más generosa que la efectuada por el gobierno francés, de casi dos millones de dólares para ayudar a la población saharaui.
Para Bourita, ese pueblo poseedor de una Causa Justa, que durante la pandemia ha quedado varado en medio del desierto, esperando la justicia internacional, es indigno de la misericordia que el sagrado mes ordena practicar a los bondadosos.
Es evidente que para quienes no están en las filas de los bondadosos, todo aquel que ose ayudar a los necesitados, sea en el sagrado mes del ramadán o en los tiempos difíciles de una pandemia, está fomentando el separatismo y la inestabilidad en la región.
La extrema inoportunidad religiosa de las palabras de Bourita, invita a pensar que esa primera vez en la que Francia ayuda al pueblo saharaui, ha sentado bastante mal en Rabat. De ahí que el dardo enviado por Bourita, si dirija a Argel pero, también, a su ex metrópoli.
Para Rabat, el pueblo saharaui, que lleva 45 años sufriendo por culpa de una ocupación militar de su territorio, es indigno de la ayuda internacional, por el simple hecho de oponerse a la incontenible voracidad territorial de Marruecos. En consecuencia, el ACNUR, la ONU, USA, Francia, Suiza o Argelia, todos, fomentan el separatismo y la inestabilidad en la región, al prestar ayuda humanitaria al pueblo saharaui. La BBC Radio, en árabe, seguirá cantando las bondades de Marruecos.
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