Argel, 25 Mayo de 2020. - (ECSAHARAUI)
Redacción PL | ECS
Tanto para Argel como para La Habana, el éxodo de los médicos fue un duro golpe, pero también catalizador para impulsar planes y acometer ideas.
A 57 años de la llegada a Argelia de la primera brigada médica internacionalista de la salud, la historia de solidaridad de los médicos cubanos por el mundo adquiere un significado muy especial.
Era el 23 de mayo de 1963 y la acertada decisión de la dirigencia de la joven Revolución revelaba que el arribo allí de los especialistas caribeños estaría sustentado -como se demostró después- por una profunda convicción humanista.
Fidel Castro, líder histórico de la Revolución cubana y el entonces primer ministro argelino Ahmed Ben Bella, fueron quienes acordaron en La Habana, en octubre de 1962, el envío a la nación del norte de África de 56 especialistas, entre ellos, médicos, estomatólogos, enfermeros y técnicos de la salud.
El personal especializado comenzó a trabajar en seis de las principales ciudades del país, incluida Argel, la capital, para atenuar un poco la escasez de recursos humanos que afrontó Argelia, como Cuba antes, con la fuga masiva de los médicos franceses, una vez alcanzada su independencia.
La desbandada profesional del personal sanitario galo dejó al Estado magrebí con apenas 600 médicos, el 47,5 por ciento de ellos nacionales y el resto voluntarios para atender a una población de 11 millones de habitantes.
Con la nación antillana sucedió algo similar, cuando unos tres mil galenos, de unos seis mil en total, abandonaron el país rumbo a Estados Unidos, motivados por las campañas de descréditos contra el joven Estado revolucionario, perversidad sostenida hasta hoy con las mentiras en torno a la colaboración médica.
Tanto para Argel como para La Habana, el éxodo de los médicos fue un duro golpe, pero también catalizador para impulsar planes y acometer ideas, que en el caso de Cuba, dejó inaugurada a finales de 1962, la Facultad de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón, en la capital.
Este centro contribuyó a la formación de miles de médicos cubanos y extranjeros de varios países a lo largo de casi seis décadas, pero allí también, en su inauguración, Fidel hizo pública la vocación de brindar ayuda internacional en el campo de la salud.
Si bien Argelia marcó el comienzo del internacionalismo sanitario con poco más de medio centenar de cubanos, 57 años después, el país del norte de África mantiene ahora a más de 850 colaboradores.
Los médicos cubanos trabajan junto a los argelinos en 15 provincias y más de 50 municipios del Estado africano.
En diálogo reciente con Prensa Latina, el jefe de la Misión Médica, Reinaldo Menéndez, explicó que los especialistas caribeños trabajan en varios programas como el materno infantil, que resulta especial por el aporte en el mejoramiento de la salud de la madre y el niño.
Sobre el sentir de los galenos que trabajan hoy en Argelia, la doctora Soraya Milá, especialista de segundo grado de Anestesiología y Reanimación, expresó "el orgullo de darle continuidad" a la "gran tarea" de los predecesores que pisaron por primera vez la tierra argelina.
"Somos un ejército de batas blancas que enalteceremos por siempre el legado de Fidel Castro", subrayó.
Fuente Almayadeen/Prensa Latina
Redacción PL | ECS
Tanto para Argel como para La Habana, el éxodo de los médicos fue un duro golpe, pero también catalizador para impulsar planes y acometer ideas.
A 57 años de la llegada a Argelia de la primera brigada médica internacionalista de la salud, la historia de solidaridad de los médicos cubanos por el mundo adquiere un significado muy especial.
Era el 23 de mayo de 1963 y la acertada decisión de la dirigencia de la joven Revolución revelaba que el arribo allí de los especialistas caribeños estaría sustentado -como se demostró después- por una profunda convicción humanista.
Fidel Castro, líder histórico de la Revolución cubana y el entonces primer ministro argelino Ahmed Ben Bella, fueron quienes acordaron en La Habana, en octubre de 1962, el envío a la nación del norte de África de 56 especialistas, entre ellos, médicos, estomatólogos, enfermeros y técnicos de la salud.
El personal especializado comenzó a trabajar en seis de las principales ciudades del país, incluida Argel, la capital, para atenuar un poco la escasez de recursos humanos que afrontó Argelia, como Cuba antes, con la fuga masiva de los médicos franceses, una vez alcanzada su independencia.
La desbandada profesional del personal sanitario galo dejó al Estado magrebí con apenas 600 médicos, el 47,5 por ciento de ellos nacionales y el resto voluntarios para atender a una población de 11 millones de habitantes.
Con la nación antillana sucedió algo similar, cuando unos tres mil galenos, de unos seis mil en total, abandonaron el país rumbo a Estados Unidos, motivados por las campañas de descréditos contra el joven Estado revolucionario, perversidad sostenida hasta hoy con las mentiras en torno a la colaboración médica.
Tanto para Argel como para La Habana, el éxodo de los médicos fue un duro golpe, pero también catalizador para impulsar planes y acometer ideas, que en el caso de Cuba, dejó inaugurada a finales de 1962, la Facultad de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón, en la capital.
Este centro contribuyó a la formación de miles de médicos cubanos y extranjeros de varios países a lo largo de casi seis décadas, pero allí también, en su inauguración, Fidel hizo pública la vocación de brindar ayuda internacional en el campo de la salud.
Si bien Argelia marcó el comienzo del internacionalismo sanitario con poco más de medio centenar de cubanos, 57 años después, el país del norte de África mantiene ahora a más de 850 colaboradores.
Los médicos cubanos trabajan junto a los argelinos en 15 provincias y más de 50 municipios del Estado africano.
En diálogo reciente con Prensa Latina, el jefe de la Misión Médica, Reinaldo Menéndez, explicó que los especialistas caribeños trabajan en varios programas como el materno infantil, que resulta especial por el aporte en el mejoramiento de la salud de la madre y el niño.
Sobre el sentir de los galenos que trabajan hoy en Argelia, la doctora Soraya Milá, especialista de segundo grado de Anestesiología y Reanimación, expresó "el orgullo de darle continuidad" a la "gran tarea" de los predecesores que pisaron por primera vez la tierra argelina.
"Somos un ejército de batas blancas que enalteceremos por siempre el legado de Fidel Castro", subrayó.
Fuente Almayadeen/Prensa Latina
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