Madrid, 06 Mayo de 2020. - (ECSAHARAUI)
ECS | Agencias
Juan Carlos insistía, en el mismo año y en plena crisis cuando entregó a su gestor 1,7 millones de euros, en "fomentar el ejercicio de grandes valores y virtudes como la voluntad de superación, el rigor, el sacrificio y la honradez".
Recientemente se ha conocido que el rey emérito de España, Juan Carlos I, le entregó un maletín con 1,7 millones de euros a su gestor de fondos, Arturo Fasana, para que lo ingresara en la cuenta de la Fundación Lucum en Suiza cuando aún era el jefe del Estado, en 2010.
Según declaró el propio Fasana ante el juez, el propio Juan Carlos I le aseguró que esa cantidad de dinero había sido recibida como una donación por parte del sultán de Bahréin, lo que está siendo investigado como un posible blanqueo de capitales.
Sin embargo, en ese mismo año, en plena crisis económica en España, el que entonces era el rey de España pedía lo siguiente a todos los españoles: "No caben actitudes individuales ni colectivas de indiferencia ni de egoísmo. Nada que valga la pena se consigue sin renuncias y sin entrega".
"Es preciso fomentar el ejercicio de grandes valores y virtudes como la voluntad de superación, el rigor, el sacrificio y la honradez", concluía el monarca.
ECS | Agencias
Juan Carlos insistía, en el mismo año y en plena crisis cuando entregó a su gestor 1,7 millones de euros, en "fomentar el ejercicio de grandes valores y virtudes como la voluntad de superación, el rigor, el sacrificio y la honradez".
Recientemente se ha conocido que el rey emérito de España, Juan Carlos I, le entregó un maletín con 1,7 millones de euros a su gestor de fondos, Arturo Fasana, para que lo ingresara en la cuenta de la Fundación Lucum en Suiza cuando aún era el jefe del Estado, en 2010.
Según declaró el propio Fasana ante el juez, el propio Juan Carlos I le aseguró que esa cantidad de dinero había sido recibida como una donación por parte del sultán de Bahréin, lo que está siendo investigado como un posible blanqueo de capitales.
Sin embargo, en ese mismo año, en plena crisis económica en España, el que entonces era el rey de España pedía lo siguiente a todos los españoles: "No caben actitudes individuales ni colectivas de indiferencia ni de egoísmo. Nada que valga la pena se consigue sin renuncias y sin entrega".
"Es preciso fomentar el ejercicio de grandes valores y virtudes como la voluntad de superación, el rigor, el sacrificio y la honradez", concluía el monarca.
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