Jatri, el ángel de la guardia de los enfermos saharauis en Tinduf

Tinduf (Argelia), 16 Junio de 2020. - (ECSAHARAUI)




Redacción Ahmed Mohamed Fadel /ECS



Jatri Mohamed Ali Mohamed Embarek ,nació hace 50 años en el Sáhara Occidental, era un niño cuando comenzó la tragedia humana de su Pueblo.




Su familia vino en la avalancha de Sáharauis que llegaron huyendo del genocidio cometido por las tropas invasoras. Creció en los Campamentos, donde aprendió el arte de servir a sus compatriotas.

Desde los años noventa, es el coordinador de los enfermos Sáharauis en el hospital argelino de Tindouf, cuando llega cualquier enfermo Saharaui, en coche, a pié o en camilla, ahí está Jatri sonriente para solucionar todos sus problemas y que puede ser tratado en ese hospital.

Nadie sabe de donde saca fuerzas Jatri, siempre a pié, sin coche y sin condiciones, con lluvia o tormentas de arena, con sofocante calor o intenso frio; nuestro hombre cumple siempre su trabajo, muchas veces de madrugada o a hora punta de sofocante calor, sobre todo cuando vienen urgencias.

Todos los Sáharauis lo conocen, lo respetan y lo admiran. Tiene 3 hijos y una mujer que viven de las ayudas que muchas veces no llegan al mes, pero pocos saharauis se paran a saber el verdadero estado familiar de este Titan de tan noble trabajo, no tiene tiempo para buscar ayuda para su familia,su tiempo es servir a los enfermos que continuamente van llegando al hospital.




También comparte la tristeza con los saharauis cuando los casos de defunción, organiza el traslado y prepara el acta de defunción que entrega el hospital. No se puede estar tranquilo ningún enfermo si no aparece Jatri, es gran baluarte para todos los enfermos Sáharauis y un gran sostén mental.

Reconoce que en la época que estuvo Mansur Omar de ministro de Salud Pública, cambió la situación de su humilde familia y comenzó a recibir ayudas para paliar su difícil situación. Ojalá se puede conseguir crear condiciones para que este Angel de la Guarda pueda seguir haciendo su noble trabajo en cuidar y proteger a los más necesitados, nuestros enfermos.

Un héroe que trabaja en silencio y desapercibido desde otros contornos, pero que es la única esperanza para cualquier enfermo refugiado.

Un pequeño presupuesto, un sencillo coche y un poco de dedicación son suficientes para mantener la continuidad de esta gesta de este gran HOMBRE.

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