Dunedin (Nueva Zelanda), 22 de junio de 2020 .- (ECSAHARAUI)
SPS/ECS
Manifestantes de la ciudad neozelandesa de Dunedin decidieron este lunes bloquear la entrada a la firma de fertilizantes de Ravensdown en protesta por la importación ilegal de "fosfato de sangre" desde el Sáhara Occidental ocupado.
El grupo indicó en un comunicado de prensa a los medios de comunicación de Nueva Zelanda que varios activistas y solidarios con la causa saharaui desafiaron una mañana helada e invernal para bloquera la entrada y causar el cierre de la planta de fertilizantes de Ravensdown en Dunedin, Nueva Zelanda. El bloqueo duró casi 5 horas y ningún camión de fertilizantes entró o salió de la planta durante todo ese tiempo.
En este sentido, cabe recordar que los manifestantes son miembros de la ONG Justicia Ambiental Ōtepoti, que piden a Ravensdown que ponga fin a su apoyo a la ocupación marroquí del Sáhara Occidental, especialmente a medida que se incrementa una crisis de ayuda humanitaria en los campamentos de refugiados saharauis", debido a la escasez de ayuda humanitaria afectada por el pandemia internacional de Covid-19.
Los manifestantes denunciaron además que "Ravensdown nos hizo creer que tenía planes para encontrar una fuente alternativa de fosfato". Nos decepcionó al saber de un nuevo envío de fosfato desde el Sáhara Occidental y que llegará a Ōtepoti Dunedin".
"El pueblo del Sáhara Occidental ha pedido a Nueva Zelanda que tome medidas y deje de comprar fosfato de sangre". Hoy estamos aquí para asegurarnos de que sus voces sean más difíciles de ignorar. Justicia ambiental Ōtepoti apoya el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y a regresar a su tierra natal ”, dijo el grupo en su comunicado.
"Este movimiento pacífico es para que Ravensdown y Ballance dejen de inmediato de importar fosfato de OCP hasta que el pueblo del Sahara Occidental pueda decididir sobre su derecho a la autodeterminación", recalcó.
Ravensdown y Balance son 2 de las 3 únicas compañías que todavía importan fosfato del Sáhara Occidental, que ocupa ilegalmente el territorio desde 1975 y comete todo tipo de abusos y atrocidades contra los derechos humanos de los ciudadanos saharauis bajo su ocupación militar.
Los manifestantes consideraron que "al continuar comprando este fosfato robado, Ravensdown y Balance son cómplices directos de financiar la ocupación militar del Sáhara Occidental", expresó el portavoz del grupo Spilg-Harris.
Los manifestantes acusaron además a Ravensdown de ser plenamente "consciente de que está apoyando las violaciones de derechos humanos en un territorio bajo ocupación". Hay una crisis en los campamentos saharauis, y el dinero pagado por el fosfato termina en manos de los traficantes de guerra cuando los propietarios legítimos del territorio están sufriendo en el inhóspito desierto.
"Eso es inaceptable. 6,25 millones es el valor del fosfato robado al pueblo saharaui que se encuentra a bordo de este próximo barco con un valor de unos 6.25 millones, es también la cantidad estimada de dinero necesaria para alimentar y apoyar a los saharauis en los campamentos de refugiados que se han quedado sin ayuda internacional adicional debido a COVID-19 ”, dijo el grupo.
SPS/ECS
Manifestantes de la ciudad neozelandesa de Dunedin decidieron este lunes bloquear la entrada a la firma de fertilizantes de Ravensdown en protesta por la importación ilegal de "fosfato de sangre" desde el Sáhara Occidental ocupado.
El grupo indicó en un comunicado de prensa a los medios de comunicación de Nueva Zelanda que varios activistas y solidarios con la causa saharaui desafiaron una mañana helada e invernal para bloquera la entrada y causar el cierre de la planta de fertilizantes de Ravensdown en Dunedin, Nueva Zelanda. El bloqueo duró casi 5 horas y ningún camión de fertilizantes entró o salió de la planta durante todo ese tiempo.
En este sentido, cabe recordar que los manifestantes son miembros de la ONG Justicia Ambiental Ōtepoti, que piden a Ravensdown que ponga fin a su apoyo a la ocupación marroquí del Sáhara Occidental, especialmente a medida que se incrementa una crisis de ayuda humanitaria en los campamentos de refugiados saharauis", debido a la escasez de ayuda humanitaria afectada por el pandemia internacional de Covid-19.
Los manifestantes denunciaron además que "Ravensdown nos hizo creer que tenía planes para encontrar una fuente alternativa de fosfato". Nos decepcionó al saber de un nuevo envío de fosfato desde el Sáhara Occidental y que llegará a Ōtepoti Dunedin".
"El pueblo del Sáhara Occidental ha pedido a Nueva Zelanda que tome medidas y deje de comprar fosfato de sangre". Hoy estamos aquí para asegurarnos de que sus voces sean más difíciles de ignorar. Justicia ambiental Ōtepoti apoya el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y a regresar a su tierra natal ”, dijo el grupo en su comunicado.
"Este movimiento pacífico es para que Ravensdown y Ballance dejen de inmediato de importar fosfato de OCP hasta que el pueblo del Sahara Occidental pueda decididir sobre su derecho a la autodeterminación", recalcó.
Ravensdown y Balance son 2 de las 3 únicas compañías que todavía importan fosfato del Sáhara Occidental, que ocupa ilegalmente el territorio desde 1975 y comete todo tipo de abusos y atrocidades contra los derechos humanos de los ciudadanos saharauis bajo su ocupación militar.
Los manifestantes consideraron que "al continuar comprando este fosfato robado, Ravensdown y Balance son cómplices directos de financiar la ocupación militar del Sáhara Occidental", expresó el portavoz del grupo Spilg-Harris.
Los manifestantes acusaron además a Ravensdown de ser plenamente "consciente de que está apoyando las violaciones de derechos humanos en un territorio bajo ocupación". Hay una crisis en los campamentos saharauis, y el dinero pagado por el fosfato termina en manos de los traficantes de guerra cuando los propietarios legítimos del territorio están sufriendo en el inhóspito desierto.
"Eso es inaceptable. 6,25 millones es el valor del fosfato robado al pueblo saharaui que se encuentra a bordo de este próximo barco con un valor de unos 6.25 millones, es también la cantidad estimada de dinero necesaria para alimentar y apoyar a los saharauis en los campamentos de refugiados que se han quedado sin ayuda internacional adicional debido a COVID-19 ”, dijo el grupo.
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