Madrid, 18 Septiembre de 2020. - (ECSAHARAUI)
Por Salem Mohamed/ECS
El Frente Polisario tiene entre sus manos un tesoro. Pero si lo descuida, puede tornarse en una bomba de tiempo. La RASD cuenta ahora con una abundancia de jóvenes formados, pero debe invertir urgentemente en ellos, porque esta posición de privilegio está llegando a su fin.
Lo que se expone aquí no tiene otra intención más que la de aportar una crítica constructiva frente a la impunidad política de algunos cavernícolas del poder dentro de las instituciones saharauis.
Después de celebrarse el Décimo Cuarto Congreso del Frente Polisario, en el que pese a quien pese notoriamente ha sido una demostración de los avances democráticos y la disposición de los máximos mandatarios a aceptar las nuevas fórmulas y propuestas de saneamiento democrático dentro de una institución que en pocos años ha celebrado muchos más congresos que otros internacionalmente conocidos partidos, por ejemplo el Partido Comunista Cubano. Lo cual evidencia un buen síntoma de salud democrática.
Los hechos que han llevado a escribir este artículo, son la pretensión de visibilizar la indignación de los jóvenes y no tan jóvenes, que propios y extraños se quiten los antifaces y si aún sienten y padecen de su propia patria hagan lo mejor para ésta, su pueblo y sus nuevas generaciones y más importante aún, su propia causa.
La abundancia actual de jóvenes es fruto de las tasas de natalidad más elevadas de décadas pasadas. Aquellos niños son los jóvenes y adultos activos del presente. Las medidas deben tomarse, además, de forma urgente porque la deuda con los jóvenes saharauis sigue siendo colosal, según indicadores generados por ECSAHARAUI en los campamentos de refugiados saharauis.
Nos ceñiremos a las últimas modificaciones y nombramientos en casi todos los Ministerios de la RASD. En casi el 90 por ciento de estos nombramientos sobrepasan la edad de jubilación y son el ejemplo claro de que la regeneración ha fracasado, que no sólo en los territorios controlados por el Frente Polisario, si no que ahora vemos también que se va expandiendo hacia la diáspora como para reforzar el bienestar de la vieja guardia y que se mantengan un reparto de poder que sin concretar en más detalles, muchos ya sabemos que es absolutamente sectario y no obedece a razones de capacidades políticas y menos de méritos educativos.
'Hoy la juventud saharaui es meramente observadora de todo lo que sucede y el gran problema recae sobre quienes pesa la responsabilidad de actuar de manera ejemplar y modélica, parecen cegados por el poder y por su propia avaricia, pero alguna vez, solo alguna, deben olvidar que la juventud puede dejar pasar algunas cosas pero es la innegable dueña del futuro, quizás eso no lo olviden.
En este análisis, la mayoría de los saharauis califican de «simples y fatalistas» las voces que patrocinan de que la República Saharaui está reviviendo el pasado. Se defiende incluso que un Gobierno equilibrado podría impulsar cambios que necesitan los más de 200 mil refugiados saharauis que malviven en el desierto o los más de 500 que viven bajo la reprrsión desde mediados de los años setenta, aunque advierten de que el futuro político de la RASD será «desordenado y políticamente conflictivo».
OPINIÓN
Por Salem Mohamed/ECS
El Frente Polisario tiene entre sus manos un tesoro. Pero si lo descuida, puede tornarse en una bomba de tiempo. La RASD cuenta ahora con una abundancia de jóvenes formados, pero debe invertir urgentemente en ellos, porque esta posición de privilegio está llegando a su fin.
Lo que se expone aquí no tiene otra intención más que la de aportar una crítica constructiva frente a la impunidad política de algunos cavernícolas del poder dentro de las instituciones saharauis.
Después de celebrarse el Décimo Cuarto Congreso del Frente Polisario, en el que pese a quien pese notoriamente ha sido una demostración de los avances democráticos y la disposición de los máximos mandatarios a aceptar las nuevas fórmulas y propuestas de saneamiento democrático dentro de una institución que en pocos años ha celebrado muchos más congresos que otros internacionalmente conocidos partidos, por ejemplo el Partido Comunista Cubano. Lo cual evidencia un buen síntoma de salud democrática.
Los hechos que han llevado a escribir este artículo, son la pretensión de visibilizar la indignación de los jóvenes y no tan jóvenes, que propios y extraños se quiten los antifaces y si aún sienten y padecen de su propia patria hagan lo mejor para ésta, su pueblo y sus nuevas generaciones y más importante aún, su propia causa.
La abundancia actual de jóvenes es fruto de las tasas de natalidad más elevadas de décadas pasadas. Aquellos niños son los jóvenes y adultos activos del presente. Las medidas deben tomarse, además, de forma urgente porque la deuda con los jóvenes saharauis sigue siendo colosal, según indicadores generados por ECSAHARAUI en los campamentos de refugiados saharauis.
Nos ceñiremos a las últimas modificaciones y nombramientos en casi todos los Ministerios de la RASD. En casi el 90 por ciento de estos nombramientos sobrepasan la edad de jubilación y son el ejemplo claro de que la regeneración ha fracasado, que no sólo en los territorios controlados por el Frente Polisario, si no que ahora vemos también que se va expandiendo hacia la diáspora como para reforzar el bienestar de la vieja guardia y que se mantengan un reparto de poder que sin concretar en más detalles, muchos ya sabemos que es absolutamente sectario y no obedece a razones de capacidades políticas y menos de méritos educativos.
'Hoy la juventud saharaui es meramente observadora de todo lo que sucede y el gran problema recae sobre quienes pesa la responsabilidad de actuar de manera ejemplar y modélica, parecen cegados por el poder y por su propia avaricia, pero alguna vez, solo alguna, deben olvidar que la juventud puede dejar pasar algunas cosas pero es la innegable dueña del futuro, quizás eso no lo olviden.
En este análisis, la mayoría de los saharauis califican de «simples y fatalistas» las voces que patrocinan de que la República Saharaui está reviviendo el pasado. Se defiende incluso que un Gobierno equilibrado podría impulsar cambios que necesitan los más de 200 mil refugiados saharauis que malviven en el desierto o los más de 500 que viven bajo la reprrsión desde mediados de los años setenta, aunque advierten de que el futuro político de la RASD será «desordenado y políticamente conflictivo».
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