Por Lehbib Abdelhay /ECS
Tras 22 días de bloqueo, las consecuencias directas que se derivan al impedir el intercambio de mercancías en la zona fronteriza ilegal de El Guerguerat se han hecho notar en la economía colonialista marroquí y mucho más en el mercado negro.
Prueba de ello es que en los últimos días, las autoridades mauritanas han experimentado una bajada considerable de operaciones de incautación de drogas, provocada por el cierre de la brecha ilegal.
Por su parte, Marruecos se siente aturdido al no saber cómo enfrentarse a esta nueva forma de reivindicación pacífica sin precedentes en su historia política, y que está dejando bastantes estragos económicos y diplomáticos en su ya débil sistema. No obstante, los saharauis que protestan en El Guerguerat se mantendrán firmes en su posición, exigiendo el cierre definitivo de este paso fronterizo mientras las fuerzas de ocupación marroquíes observan pasivamente.
El audaz éxito de los manifestantes saharauis consistió en atacar de forma pacífica directamente a los verdaderos intereses marroquíes, de forma que la fuerza ocupante se delate ante la propia MINURSO y la comunidad internacional, produciendo esto dos efectos completamente opuestos; por un lado reactiva en contra de su beneficio el interés de la ONU en solucionar el conflicto y constatando por otro lado; la violación del alto el fuego y su continuo obstruccionismo a un proceso de paz.
Con este tipo de actitudes, queda demostrado que la táctica marroquí se basa en trasladar el centro de gravedad del conflicto a sus pérdidas/ganancias y no donde debe estar, que es en la soberanía e interés del pueblo saharaui. Desarmando su propia tesis de reclamar el Sáhara Occidental como parte de su integridad territorial y no por cuestiones de saqueo colonial. Aunque la incoherencia de dicho argumento defensivo emerge con mayor claridad cuando se conoce su propio trasfondo histórico y es que sencillamente es una tesis nacional-expansionista propugnada por un partido político marroquí irónicamente llamado Istiqlal, ''independencia'' en árabe.
Vivimos en una coyuntura mundial dominada por la ecuación de la pandemia, Marruecos ha sido literalmente arrollado por la misma, cerrará el año con los peores datos económicos del siglo, a saber; contracción del PIB de un 6,2%, caída del 20% de ventas junto a una devaluación del 5% de su moneda, y por si fuera poco, un galopante 27% de pobreza que apunta a estallido social.
Marruecos no está en condiciones de permitirse perder los ingresos por la brecha ilegal de El Guerguerat. Sin embargo hay razones para ambos escenarios; un ataque militar contra los manifestantes y provocar casus belli, cargando simultáneamente el coste económico
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