El Guerguerat, 15 Noviembre de 2020. - (ECSAHARAUI)
Por Mohamed Salem Abdelhay/ECS
La tensión en El Guerguerat ha alcanzado cotas impredecibles a la par que preocupantes, tras 23 días de bloqueo, el ejército de ocupación marroquí incursionó en la zona y abre el fuego contra los manifestantes saharauis. Entonces el ejército de la liberación saharaui abre el fuego de su artillería en respuesta al ataque marroquí. Se inicia la guerra, Marruecos rompe el alto el fuego y el Frente Polisario anuncia el inicio de la lucha armada.
Para entender la hoja de ruta del régimen marroquí, es necesario situarse en el contexto de acción en el que se encuentra sumergido Marruecos. Desde el pasado 21 de Octubre que se encuentra bloqueado el tampón de El Guerguerat, se han producido enormes pérdidas en la economía colonialista marroquí, así como a sus socios, entre ellos España y Francia.
Para atajar las consecuencias derivadas del bloqueo, en primer lugar, el ejecutivo marroquí accedió a facilitar el puerto de Dajla ocupada como lugar alternativo para que los cargueros españoles descargaran su mercancía, no obstante, les informó de que solo les dejaría descargar hasta el día 9 de noviembre, sin ofrecerles otra solución. En otras palabras, los pesqueros y camiones tienen que descargar, pero el cierre de El Guerguerat lo ha hecho imposible y estos últimos movimientos de tropas y ataques dificultan aún más la vuelta a la normalidad de la brecha ilegal.
Evidentemente Marruecos sabe a que se expone si deja varados a los barcos españoles y/o europeos y no estará dispuesto a iniciar una batalla diplomática con su socio ibérico, por lo tanto esta opción queda descartada.
Evidentemente Marruecos sabe a que se expone si deja varados a los barcos españoles y/o europeos y no estará dispuesto a iniciar una batalla diplomática con su socio ibérico, por lo tanto esta opción queda descartada.
A partir del día 9, Marruecos lleva concentrando tropas cerca de la brecha. El Frente Polisario declara el estado de alarma máxima por la aproximación de las tropas y la ONU pide no obstruir el tráfico civil y comercial normal en la brecha ilegal en El Guerguerat. El ejército saharaui lleva tres días atacando posiciones del ejército marroquí sin que este responda, salvo algunos intercambios de disparos de artillería.
Marruecos es consciente del poder de difusión que tiene el Frente Polisario y una acción militar marroquí centrará toda la atención de la comunidad internacional en el Sáhara Occidental, por lo que se podrían precipitar actuaciones contrarias a los intereses de la fuerza ocupante simplemente por aparentar la imagen de estado democrático y pacifista.
Por otro lado está Francia, contacto de Marruecos en el Consejo de Seguridad de la ONU y asesor primordial. En las últimas horas ha retirado sus tropas de Mali, desconociéndose hasta el momento el porqué a pesar de que dicha maniobra no deja de ser preocupante ya que es un aliado marroquí con participación directa en la ocupación del Sáhara Occidental. Hay que señalar que Francia se encuentra ahora sumida en una crisis terrorista, ha abierto frentes con Turquía y el mundo árabe por las continuas declaraciones de su presidente, por lo que una intervención francesa agravaría el rechazo ya generado, algo que París evita a toda costa por temor a que se incrementen los ataques terroristas. Francia actúa con prudencia pero con predisposición.
Por otro lado está Francia, contacto de Marruecos en el Consejo de Seguridad de la ONU y asesor primordial. En las últimas horas ha retirado sus tropas de Mali, desconociéndose hasta el momento el porqué a pesar de que dicha maniobra no deja de ser preocupante ya que es un aliado marroquí con participación directa en la ocupación del Sáhara Occidental. Hay que señalar que Francia se encuentra ahora sumida en una crisis terrorista, ha abierto frentes con Turquía y el mundo árabe por las continuas declaraciones de su presidente, por lo que una intervención francesa agravaría el rechazo ya generado, algo que París evita a toda costa por temor a que se incrementen los ataques terroristas. Francia actúa con prudencia pero con predisposición.
El último y no menos importante, es la elección del próximo presidente estadounidense, que a todas luces apunta a ser Joe Biden. Perteneciente al partido político que más afinidad tiene con Mohamed VI y con la ocupación marroquí del Sáhara Occidental, ya que bajo el gobierno de Obama se optó por primera vez a la implantación del plan de autonomía en vez de un referéndum de autodeterminación como solución al conflicto. De hecho, un agente del gobierno marroquí recientemente hizo una donación de 40.000 dólares para la campaña de Biden, siendo rechazada por este último. Igualmente, las relaciones entre Biden y Mohamed VI son aparentemente excelentes, visitó Marruecos en 2013 y 2015, asistiendo a fiestas ceremoniales y reuniones, llegando a afirmar que la solución al contencioso saharaui pasa por una autonomía justa y duradera. A fin de cuentas, la elección de Biden resultaría determinante en el curso de los acontecimientos, ya que podría actuar como aval marroquí para intervenir contando con el beneplácito del presidente más poderoso del planeta, lo que anularía las preocupaciones marroquíes por la presencia de la MINURSO.
No hay que olvidarse que el bloqueo de El Guerguerat ha surgido y está desarrollándose durante el transcurso de una de las mayores crisis económicas del último siglo, los flujos dinámicos de capital global están cambiando de forma agresiva. El contexto actual está marcado por el frenético derrumbe de las economías capitalistas más desarrolladas con el posterior shock en todas las regiones del mundo y la prolongada depresión del capitalismo europeo, lo que posibilita la salida al exterior para complementar las pérdidas monetarias. Partiendo de este contexto que ha derivado en un clima social alterado, donde el pueblo europeo pide respuestas y soluciones a sus gobiernos, Marruecos conoce las oportunidades que le brinda mantener el territorio ocupado y seguro para las empresas que saquean. Usará de nuevo este escenario como arma de presión y concesión. Realmente es un juego de suma cero donde se retroalimentan tanto la fuerza ocupante como las corporaciones, ya que mientras se explotan los recursos se mantiene la ocupación a favor de Marruecos y las multinacionales elevan sus ingresos. Esta es quizás la opción más favorable en términos factuales para el régimen de Mohamed VI. Aún así, en las actuales circunstancias, casi que se podría afirmar que ni Francia ni otra superpotencia se someterá a una larga guerra en el Sáhara Occidental, por el coste económico de la misma, por las inclemencias que ofrece el desierto saharaui y por la inestabilidad en la que sumiría a la región norteafricana. De aquí se desprende que la frágil economía de Marruecos, embestida por la pandemia y agravada por el bloqueo de El Guerguerat no soportaría una guerra, y en caso de serlo, produciría efectos sociales, políticos y económicos completamente antagónicos en el país monárquico.
Todas estas variables confluyen y cada una posee un diferente grado de implicación, generando un marco estratégico donde se expresan numerosas contradicciones entre poderes e intereses susceptibles a variaciones imprevisibles, alterando el paradigma dominante y posibilitando nuevos cursos de acción. Sin embargo, Marruecos teme dar pasos en falso, su cautela es manifiesta, demuestra no actuar de forma autónoma y siempre a la espera de terceros actores que orienten su proceder. El principal objetivo del Frente Polisario debe pasar por evaluar minuciosamente todas estas variables de modo que se pueda predecir o adelantar a cualquier hipotética eventualidad.
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