Las fantasías de Trump y la inmolación del Majzén.

Madrid, 11 Diciembre de 2020. - (ECSAHARAUI) 

OPINIÓN 

Por Mah Iahdih Nan /ECS 


No hay duda, el régimen feudal Marroquí se acaba de suicidar, se ha lanzado al vacío,  al precipicio de la política infantil y fantasiosa del desprestigiado Donad Trump. La desesperación y angustia de la monarquía Alaouita, la ha empujado a aceptar lo que había rechazado, hace apenas dos meses,  cuando el dúo Trump-Netanyahu les ofrecieron el reconocimiento del Estado de Israel a cambio de un estéril e inútil reconocimiento de su soberanía sobre el Sahara Occidental.

El Majzén ha acabado sucumbiendo a las tentadoras e ineficaces  ofertas de Trump, empujado básicamente por tres nuevos factores que afectan  en extremo la estabilidad del reino feudal; La delicada y casi terminal salud de su Rey,  el reinicio de la guerra en el Sahara, y la catastrófica e insostenible situación socioeconómica que atraviesa el país.  Son elementos de peso que están provocando que el Majzen deambule por lo escenarios de la política internacional sin rumbo y dando tumbos sin sentido, inventandose cada día una fábula distinta, para cubrir y enmascarar su insostenible viaje hacia el abismo; un día se salta el alto el fuego firmado con los Saharauis hace 30 años, otro día hace alardes de la apertura en el Sahara de los consulados fantasmas de las potencias mundiales Guinea Bissau, Haití o Comoras y el siguiente día lo acaba rematando con las ocurrencias y alucinaciones del ya apartado y jubilado Trump.

La Kamikaze decisión marroquí, que se suma a dos pequeños emiratos feudales del Golfo y a la semi-fallida dictadura de Sudan, significa una verdadera traición a uno de los estandartes de la “nación árabe” que es la defensa de la noble lucha del pueblo Palestino y que seguramente Marruecos pagará un precio altísimo por inmolarse en esta aventura Trumpiana, impopular en todos los países árabes. Aunque las relaciones de Israel con Marruecos eran estrechas y conocidas, desde que el rey  Hassan II ejerciera de agente del MOSAD, cuando soplo los planes de los países árabes a Israel, durante la guerra de los seis días que a la postre propició la derrota de la coalición árabe. Como compensación por su chivatazo, el Rey Hassan II, recibió unos años después la inestimable ayuda sionista en la guerra del Sahara.

Seguramente, habrá quien califique el trueque de ocupación por ocupación de; “éxito de Marruecos” “espaldarazo a la política marroquí” o “triunfo de las tesis marroquíes en el Sahara”. Pero nada más lejos de la realidad, solo será el éxito de la política de twiter, de los titulares de un día y finalmente servirá para exagerar el imaginario y la fantasiosa propaganda marroquí, Porque es un triunfo efímero, que no se sostienen por ningún lado.

En primer lugar, según el derecho internacional,  ningún Estado, entidad o persona  está legitimada para conceder la soberanía sobre un territorio, sólo la voluntad popular de los habitantes de un territorio están legitimados para conceder o despojar la soberanía sobre ese territorio. La Declaración de Trump, viola hasta las mismas resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de las Naciones Unidas, redactadas, negociadas y  votadas por los mismos Estados Unidos de Ámerica, es decir Trump se salta hasta las propias decisiones del Estado que él representa. Lo que nos lleva a concluir que la fanfarronada de Trump es un acto  nulo y a todas luces ilegal, ineficaz e inoperante. 

Aunque Trump se pase el resto de sus días escribiendo Twits, declarando la marroquinidad del Sahara  y el Majzen llenando su propaganda con victorias imaginarias; el Estatus y la naturaleza del Sahara Occidental seguirá siendo el mismo hasta que lo decidan los propios Saharauis o se vuelva a reescribir el derecho internacional.

Las Declaraciones de Donald Trump, han provocado, la reacción inversa de lo que pretendía el desesperado Majzen, se ha producido una avalancha de pronunciamientos variopintos de organismos, países y personalidades como: las Naciones Unidas,  Unión Europea, la Unión Africana, Gran Bretaña, Rusia, Suecia etc   y un sinfín de personalidades y cargos políticos. Todos ellos han coincidido en destacar  que la naturaleza jurídica y legal del conflicto del Sahara Occidental, como territorio no autónomo, es invariable y está sujeta a la aplicación de las  resoluciones que emanan de los organismos internacionales y del derecho internacional.

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