Frontline: Los saharauis traicionados mientras Trump se regodea con Marruecos por la normalización con Israel.

Washington, 09 Enero de 2021. - (ECSAHARAUI) 

Por Salem Mohamed /ECS 

Un vehículo del ejército marroquí pasaba junto a los restos de un automóvil en Guerguerat, sur en el Sahara Occidental el 24 de noviembre, tras la intervención de las fuerzas armadas reales marroquíes en la zona. Foto: FADEL SENNA / AFP



Estados Unidos ha conseguido que Rabat establezca relaciones diplomáticas con Israel al reconocer al Sáhara Occidental como parte del Reino de Marruecos, lo que vuelve a sumir a la región en la confusión. El alto el fuego que se ha mantenido desde 1991 entre las fuerzas saharauis y Marruecos ha colapsado oficialmente.

En su último acuerdo transaccional, pocas semanas antes de dejar el cargo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, persuadió a Marruecos para que estableciera relaciones diplomáticas con Israel. La medida convirtió a Marruecos en el cuarto país árabe en romper filas con el resto del mundo árabe y musulmán en los últimos tres meses. Al anunciar el acuerdo, Trump ha hecho que Washington abandone su política establecida desde hace décadas en el Sáhara Occidental reconociendo a la región, en disputa, como parte integral del Reino de Marruecos.

El Sáhara Occidental se describe a menudo como la "última colonia que queda" en África. Trump tuiteó el 10 de diciembre que había reconocido la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental y que "nuestros dos grandes amigos, Israel y Marruecos, han acordado mantener relaciones diplomáticas plenas". 


Fue un ejemplo clásico de "quid pro quo"

Marruecos ha insistido en la aquiescencia de Estados Unidos sobre la cuestión del Sáhara Occidental a cambio del establecimiento de relaciones diplomáticas con el estado judío.

La República Árabe Saharaui Democrática (RASD), o la antigua colonia española del Sáhara Occidental, es miembro de pleno derecho de la Unión Africana (UA) y su soberanía ha sido reconocida por muchos estados de todo el mundo. Con la decisión unilateral de Trump, Estados Unidos se ha convertido en el primer país en reconocer formalmente al Sáhara Occidental como parte del Reino de Marruecos. 

Jared Kushner, el yerno del presidente de Estados Unidos y su asesor personal, hizo la mayor parte de las negociaciones a puerta cerrada entre Marruecos e Israel. Kushner confirmó que el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental está vinculado exclusivamente a la normalización de las relaciones del reino con Israel.

La decisión del presidente de los Estados Unidos viola todas las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. A los pocos días del anuncio de Trump, el gobierno de Estados Unidos imprimió un nuevo mapa que mostraba al Sáhara Occidental como parte del Reino de Marruecos y dijo que un consulado estadounidense abriría sus puertas en la región en los próximos días. 

El republicano Jim Inhofe, presidente del Comité de Servicios Armados en el Senado de los Estados Unidos, afirmó que Trump fue "mal asesorado" y que podría haber hecho el acuerdo entre Israel y Marruecos "sin negociar el derecho de un pueblo sin voz". 

Por su parte Elliot Engel, un demócrata que ocupa el cargo de presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara, afirmó por su parte que la administración Trump "había puesto patas arriba un proceso de la ONU apoyado internacionalmente para abordar la disputa sobre el Sáhara Occidental, que las sucesivas administraciones de ambas agrupaciones políticas han apoyado".

Las anteriores administraciones estadounidenses participaron en los esfuerzos para encontrar una solución al prolongado conflicto en el Sáhara Occidental. En 1998, la ONU propuso un referéndum para determinar el futuro del pueblo del Sáhara Occidental. Pero el gobierno marroquí, con la ayuda de Francia y, en cierta medida, de Estados Unidos, siguió actuando con intransigencia y poniendo trabas y obstáculos. Sin embargo, James Baker, quien fue secretario de Estado durante la presidencia de George HW Bush, hizo todo lo posible para que los marroquíes aceptaran un referéndum en su calidad de representante personal del secretario general de la ONU para la región desde 1997 Hasta 2004.

Baker emitió una fuerte declaración en la que criticaba la reciente medida, señalando que Trump había “negociado cínicamente el derecho a la autodeterminación” del pueblo saharaui. “Parecería que los Estados Unidos de América, que se fundaron sobre el principio de autodeterminación, se han alejado de ese principio con respecto al pueblo del Sáhara Occidental. Esto es muy lamentable”, dijo.


El papel de la ONU para la solución del conflicto. 

La Corte Internacional de Justicia (CIJ) había dictaminado en 1975 que "no habían pruebas de ningún vínculo legal de soberanía territorial" entre el Sáhara Occidental y Marruecos. En 1991, la ONU estableció una misión para encontrar una solución al problema mediante negociaciones. Después de las conversaciones encomendadas por la ONU, se acordó que se organizaría un referéndum para decidir el futuro del territorio. El pueblo saharaui tendría la opción de unirse a Marruecos como provincia autónoma u optar por la independencia. Después de jugar a ganar tiempo e intentar desgastar la resistencia saharaui, Marruecos finalmente se negó a aceptar el referéndum en el que la independencia del Sáhara Occidental es una opción. En 2007, Marruecos anunció unilateralmente un plan de "autonomía" para la región.

El Consejo de Seguridad apoyó por unanimidad la celebración de aquel referéndum. Pero cuando Marruecos saboteó los planes, el Consejo de Seguridad no hizo nada. Francia ha estado utilizando su influencia diplomática en el Consejo de Seguridad para bloquear una solución política. Estados Unidos, a pesar del papel desempeñado por Baker, ha ayudado a los esfuerzos de Marruecos para frustrar el referéndum.

El 30 de octubre de 2020, un mes antes de que Trump revocara las resoluciones anteriores del Consejo de Seguridad y el derecho internacional, el Consejo de Seguridad volvió a renovar el mandato de su misión en el Sáhara Occidental. La resolución de octubre 2548 enfatizó “la necesidad de lograr una solución política realista, practicable y duradera a la cuestión del Sáhara Occidental, basada en un compromiso”. La administración Trump no se opuso entonces. Pero ahora ha notificado al Consejo de Seguridad su reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental.

Inmediatamente, el portavoz principal del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, declaró que no hay ningún cambio en la posición de la ONU tras la decisión unilateral de la administración Trump.

Alemania, miembro no permanente del Consejo de Seguridad, ha pedido una sesión especial del Consejo de Seguridad para discutir urgentemente el tema. España, la potencia ocupante hasta 1975, ha rechazado el reconocimiento estadounidense del territorio como parte de Marruecos.


La Resistencia del Frente Polisario. 

El Frente Polisario, que lidera la lucha por la descolonización en el Sáhara Occidental, condenó en los "términos más enérgicos" la decisión del presidente estadounidense y prometió intensificar la lucha hasta que las fuerzas marroquíes se retiraran de todo el Sáhara Occidental. 

El representante del Frente Polisario en Washington, Mouloud Saaid, dijo que la decisión de Trump “fue una flagrante violación del derecho internacional”. Hizo hincapié en que la República Saharaui era “una realidad irreversible” y que “los tiempos en que las potencias extranjeras pueden cambiar las fronteras de África han terminado”. Los saharauis y la comunidad internacional esperan que la administración entrante de Joe Biden restablezca el status quo. Hasta ahora, solo las monarquías del Golfo han apoyado la decisión de Trump de reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.

Marruecos alberga los ejercicios militares anuales del Comando Africano de los Estados Unidos (AFRICOM) en el continente. Israel había proporcionado entrenamiento de contrainsurgencia al ejército marroquí durante la primera guerra con las unidades militares saharauis.

El Frente Polisario libró una guerra curel con Marruecos y Mauritania que duró 16 años. Marruecos dividió el territorio en dos partes tras la salida de España en 1975. Mauritania pronto renunció a su reclamo, pero Marruecos se ha aferrado al territorio y ocupó el resto de la región. La guerra terminó en 1991 después de que se firmara un acuerdo de alto el fuego entre las dos partes. El Frente Polisario pasó de la lucha armada a la diplomacia. 

En estos tres décadas de paz, Marruecos ha mantenido su ocupación sobre el 80 por ciento del territorio donde se ha amordazado la voz del pueblo saharaui. Muchos marroquíes se han asentado en la zona, que tiene uno de las reservas de fosfatos más ricos que se conocen. El mar a lo largo de la costa del Sáhara Occidental está repleto de abundante vida marina y tiene también abundantes reservas de petróleo y gas.

La decisión estadounidense sobre el Sáhara Occidental se produjo inmediatamente después del primer estallido serio de hostilidades entre Marruecos y el Frente Polisario tras el acuerdo de alto el fuego de 1991. En la segunda semana de noviembre, Marruecos envió tropas para reabrir por la fuerza una carretera cortada por manifestantes saharauis. La carretera conecta el territorio ocupado del Sáhara Occidental y Mauritania, pero pasa por territorio liberado bajo control del Frente Polisario. La manifestación pacífica tuvo lugar en la brecha ilegal en El Guerguerat, a través de la cual se lleva a cabo gran parte del comercio entre Marruecos y el África subsahariana. Los saharauis consideran que la carretera es ilegal y afirman que contraviene la tregua de 1991.

El ejército marroquí cruzó el territorio controlado por los saharauis patrullado por la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU (MINURSO) para dispersar por la fuerza a los manifestantes y asegurar el área estableciendo un puesto militar allí. Las fuerzas saharauis entraron para enfrentarse al ejército marroquí. Según los informes, evacuaron a los civiles y luego intercambiaron disparos con las fuerzas marroquíes.

Brahim Ghali, secretario general del Frente Polisario, dijo que la operación militar marroquí constituyó un “acto de agresión y una flagrante violación del alto el fuego” de 1991. También anunció la “reanudación oficial de la lucha armada en defensa de los derechos legítimos de nuestro país". En una carta al Secretario General de la ONU, dijo que Marruecos había socavado cualquier posibilidad "de lograr una solución pacífica y duradera a la cuestión de la descolonización en el Sáhara Occidental" al lanzar un ataque militar.

Desde entonces, el Frente Polisario ha anunciado su retirada del acuerdo de alto el fuego. Sus fuerzas han comenzado a realizar ataques de guerrilla de golpe y repliegue contra las fuerzas marroquíes a lo largo del muro militar de 2.700 km de largo que los marroquíes habían construido para mantener alejados a los combatientes saharauis cuando los dos bandos estaban en guerra de 1975 a 1991. El militarizado muro marroquí es la barrera militar más larga del mundo.

Sidi Ouagal, secretario general del Ministerio de Seguridad y Documentación de la RASD (MSD), dijo que “El ejército real marroquí ha vuelto a cometer un error como lo hizo en 1975 y se ha involucrado en una guerra sin esperar una respuesta tan rápida y poderosa del ejército de la Liberación Saharaui, que obligó al régimen marroquí a jugar su última y más sucia carta al intercambiar la normalización con un "tweet" de un presidente saliente".

Argelia, el mayor aliado de los saharauis y que su territorio alberga a más de 1.70.000 refugiados saharauis, condenó enérgicamente la proclamación de la administración Trump. El primer ministro Abdulaziz Djerad dijo que la decisión de Trump fue diseñada para "desestabilizar" a su país. La desestabilización de Libia por parte de Occidente había sumido a la región del Sahel en una profunda confusión. Otra guerra en su puerta es lo último que quiere el gobierno argelino.

El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, que preside la Unión Africana, ha instado a ambas partes a reducir las tensiones y volver a la mesa de negociaciones. Sudáfrica ha reconocido a la RASD como un estado independiente.


¿Fin del estancamiento?

Puede que los saharauis finalmente se hayan quedado sin paciencia después de esperar más de medio siglo para ser libres. Los saharauis, junto con los palestinos, se encuentran entre los pueblos más traicionadas por el mundo. A ambos se les ha prometido una solución duradera solo para ser defraudados, y ambos son víctimas de asentamientos poscoloniales. Tanto en Palestina como en el Sáhara Occidental, Estados Unidos ha desempeñado un papel clave en la privación de derechos a los hijos de esas dos regiones.

Los saharauis tienen motivos para estar decepcionados por el abyecto fracaso de la ONU en su intento de encontrar una solución al problema fundamental que es la descolonización. La misión de la ONU en el Sáhara Occidental no tiene entre sus competencias el poder de vigilar las violaciones de derechos humanos en el territorio. Marruecos frustró todos los esfuerzos de la ONU para celebrar un referéndum, con la connivencia de Francia. Ahora, con Estados Unidos también abiertamente en la esquina de Marruecos, será una lucha más dura para los saharauis.

Artículo traducido del original: Frontline.

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