Caracras (Venezuela). - (ECS). En conmemoración del 45° aniversario de la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), este jueves 25 de febrero se realizó el Foro Latinoamericano y Caribeño de amistad y solidaridad con el pueblo Saharaui en formato digital. El evento, organizado por el Instituto Simón Bolívar para la Paz y Solidaridad entre los Pueblos (ISB), ha sido transmitido por el canal youtube del ISB.
El foro contó con la participación de diversas organizaciones latinoamericanas y caribeñas que han expresado su solidaridad con el Sáhara Occidental para lograr su libertad e independencia.
En este evento estuvo también presente Jorge Arreaza, Canciller de la República Bolivariana de Venezuela y Su homólogo saharaui, Mohamed Salem Uld Salek, Ministro de Asuntos Exteriores de la República Árabe Saharaui Democrática.
En el marco de esta semana aniversario de la lucha por la soberanía del Sáhara Occidental, el canciller saharaui ofreció un discurso sobre la situación actual en el Sáhara Occidental; la guerra, la represión y la situación de los refugiados saharauis.
Discurso íntegro:
"Excelentísimo Señor Jorge ARREAZA, Ministro del Poder Popular para las Relaciones exteriores, Señoras y señores organizadores de este importante evento. Participantes de América Latina, del Caribe y de otras partes del mundo.
Compañeros y compañeras; En nombre del Presidente Brahim Gali, Presidente de la República Saharaui y Secretario General del Frente POLISARIO, quisiera agradecer primero al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, bajo la dirección del Excelentísimo Señor Nicolás Maduro y al Partido Socialista Unido de Venezuela la muy amable invitación y por la organización de este importante evento de solidaridad tan simbólico como oportuno.
SIMBÓLICO porque demuestra nuestro apego permanente como Africanos, Latinoamericanos y Caribeños, a la solidaridad mutua, en el marco del justo combate que libran nuestras naciones, y OPORTUNO porque el pueblo saharaui se presta a celebrar, dentro de dos días, el 45 aniversario de la proclamación de la República Saharaui tras una heroica lucha de liberación nacional contra la presencia colonial española.
Por esta ocasión, quisiera hacer llegar los saludos solidarios de todo el pueblo saharaui, del Frente POLISARIO, y del gobierno de la República Saharaui, a todas y todos nuestros hermanas y hermanos en América Latina y el Caribe.
Compañeras y compañeros; Nos reunimos hoy porque compartimos y creemos en algo importante en la existencia de la humanidad, y vital para la misma existencia de los pueblos y naciones: me refiero a la SOBERANÍA de los pueblos.
Históricamente la humanidad pago un pesado tributo, a un alto precio, y durante siglos, para llegar a la conclusión de que el solo respeto de la soberanía de los pueblos puede garantizar la PAZ entre los pueblos y países del mundo.
La soberanía es, y tiene que ser la ilustración y demostración concreta, del ejercicio real de los derechos de los pueblos reconocidos por los tratados y convenciones internacionales, y por el derecho internacional contemporáneo.
Por ello resulta inútil hablar de SOBERANIA sin el respeto del derecho de autodeterminación e independencia, derecho que significa la libertad de cada pueblo de elegir su futuro y su sistema político, social y económico. La soberanía otorga a cada pueblo el derecho de vivir libremente en el territorio de su país y gozar de los recursos naturales de este.
Compañeras y compañeros; Con esta breve introducción quería subrayar que la lucha por la soberanía ha sido, y seguirá siendo siempre lo que reúne a todos los defensores y amantes de la libertad, la paz, la democracia y el respeto de los derechos humanos en el mundo. Esa es la lucha que libramos cada uno de nosotros en su país y continente. Aún hoy, Estamos asistiendo y enfrentando todo tipo de violaciones de los derechos y principios básicos reconocidos por la comunidad internacional, y que constituyen la base y los fundamentos de las relaciones internacionales.
Seguimos enfrentando, aun hoy, el colonialismo en pleno siglo XXI, la ocupación extranjera por la fuerza, el bloqueo económico, el terrorismo de estado, la invasión con fuerzas mercenarias, la desestabilización, y la no menos grave intromisión en los asuntos internos de nuestros países. Efectivamente, estamos haciendo frente a la brutal y criminal tentativa de negar la
existencia de nuestros países, y los legítimos derechos de nuestros pueblos por aquellos que se autoproclaman defensores de la legalidad internacional, la democracia y los derechos humanos.
Es aquí el lugar y el momento de condenar de manera firme y contundente el descarnado recurso a la política de DOBLE BAREMO en las relaciones internacionales.
El caso de la República Saharaui demuestra el carácter cínico e ilegal de dicha política. Cuando, por ejemplo, se exige a Venezuela la organización de elecciones, se negó, en el mismo momento, al pueblo saharaui votar en un referéndum de autodeterminación. Y, cuando mandan tropas, supuestamente, para defender la integridad territorial de la República de Mali, hacen exactamente lo contrario apoyando a Marruecos en su violación de las fronteras internacionales de la República Saharaui, y la ocupación de parte importante de su territorio.
El injusto bloqueo impuesta a la República de Cuba, y el saqueo y robo de los recursos naturales del Sahara Occidental por parte de aquellos que se presentan como promotores del desarrollo sostenible y la interdependencia en un mundo globalizado, recurran a los organismos internacionales para servir e imponer intereses contrarios a los principios y objetivos de la Carta de las Naciones Unidas, mediante el bloqueo que tiene como impactos y consecuencias la penalización de pueblos enteros, y genera de esta forma y con esta política el desempleo, al hambre, la pobreza y las enfermedades, como lo ha bien detallado la relatora especial de la NN.UU Sra. Alena Douhan, en su informe sobre Venezuela
La cacareada exigencia de la presencia de observadores independientes en las elecciones venezolanas, la libertad de la prensa para cubrir esos comicios, contradice de manera flagrante, la condescendencia con que esos mismos agoreros silencian el bloqueo informativo de las grandes agencias de prensa y otros medios de comunicación, ante la prohibición del ocupante marroquí al acceso a la prensa, a las organizaciones no gubernamentales de defensa de los derechos humanos, y en general, a los observadores internacionales. Cuando es sabido que en los territorios ocupados de la República Sahrauipor Marruecos lleva más de cuatro décadas cometiendo crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Centenas de desaparecidos, miles de muertos o torturados en centros de reclusión secretos, ejecución sumaria de pacíficos defensores de los derechos humanos, cadenas perpetuas en farsas de juicios por manifestar pacíficamente.
En estos mismos momentos, las ciudades ocupadas están bajo régimen de toque de
queda, y los domicilios de todos los saharauis defensores de los derechos humanos, y residencias de militantes de la Intifada, son transformadas en lugares de arresto domiciliario donde las víctimas son torturadas ante los ojos de sus propios familiares. El caso más emblemático de esa brutalidad policial es el de la familia Ahel Jaiya, y sus hijas Sultana y Luaara, la casa de la familia de Mohamed Lamin Haddi y la casa de la familia de Mahfouda Bamba Lefkir , para mencionar, como ejemplo estas 3 casas de las decenas que se encuentren en la misma situación Frente a esta incalificable situación, los parlamentarios europeos, los periodistas, así como los distintos observadores, son sistemáticamente expulsados, manu militari, a la llegada de sus vuelos, sin que ello suscite la mínima indignación de la supuestamente defensora y exigente Unión Europea, a la hora de aplicar o defender su política exterior común sobre los temas relativos a la democracia y a los derechos humanos.
Marruecos goza de total impunidad bajo la tutela francesa. Francia no se ruboriza con su descarada defensa de un régimen despótico y feudal, presto a hacer todas las sucias labores a las encomendadas por sus protectores. Sobra decir que el sistema político en Marruecos no reúne los mínimos visos de un régimen democrático. El ciudadano marroquí no es más que un súbdito de rey. El parlamento, el ejecutivo y la justicia son únicamente para consumo de la galería. Todos los poderes están concentrados en manos del rey al que se le otorgo el estatuto sagrado, y por ello, incuestionable, no se somete a ningún control, ni se le puede criticar.
Además, Marruecos es un país agresor que ocupa por la fuerza territorios de su vecino del sur, esto es, la República saharaui. Y, con la complicidad de algunos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU pretende perpetuar su ocupación obstruyendo la descolonización del Sahara Occidental en clara violación de las resoluciones y decisiones de las organizaciones internacionales, tribunales
internacionales. La Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO) no ha logrado hasta hoy llevar a término la única misión a ella encomendada por los continuos obstáculos interpuestos por Marruecos, consciente de que un referéndum sería contrario a sus pretensiones. Por las mismas razones la
MINURSO es la única Misión de las Naciones Unidas que no dispone de una componente para velar por el respeto de los derechos humanos en los territorios ocupados.
Como Marruecos hay países que no gozan todavía de la plena soberanía. Sus pueblos viven sometidas a la opresión y dominación extranjera a través gobiernos impuestos de fuerzas e intereses ajenos
Amigas y amigos
Los saharauis volvieron a retornar a las armas contra la ocupación militar de partes del territorio nacional saharaui el 13 de noviembre pasado, tras la violación del ejército marroquí del cese el fuego acordado entre las partes bajo los auspicios de las NN.UU y la Unión Africana porque no se ha impuesto a Marruecos honorar sus compromisos y obligaciones contratados en el marco del Plan de Arreglo del 1991.
Compañeras y compañeros; Ha quedado claro que nuestras luchas son las mismas. Son las luchas de todos los pueblos del mundo por su soberanía, la igualdad, el respeto del sistema político, socioeconómico y cultural de cada pueblo. Seguiremos luchando por nuestros derechos a preservar nuestra soberanía. Los países y pueblos que quieren ser independientes y soberanos tienen que pagar su precio, y en ello estamos.
Viva la solidaridad entre el pueblo Sahraui y los pueblos de América Latina y el Caribe. Muchísimas gracias."
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